Ortega y Gasset: Vida, Pensamiento y Legado Actual

Contextos

Los avances históricos que afectaron a Ortega fueron la crisis del 98 español, la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República en la que él participó activamente, la Guerra Civil y su exilio, la España franquista, su vuelta a esta España a partir de 1945, y las cuestiones europeas, como la Primera Guerra Mundial, la Europa de entreguerras, el ascenso del nazismo y fascismo, la Segunda Guerra Mundial, la postguerra, etc.

Madrileño, de familia liberal, propietaria de El Imparcial. Estudió en Madrid, ampliando sus estudios en Europa. Recibió la influencia del neokantiano Hermann Cohen (quien le comunicó el interés por el método científico). En 1910 gana la cátedra de Metafísica en Madrid. Muchísimos intelectuales españoles recibieron su influencia desde su intensa labor pedagógica y crítica en periódicos y conferencias.

En 1917 funda El Sol y en 1923 la Revista de Occidente, que terminó siendo el principal cauce para que entraran en España las principales ideas filosóficas de Europa. En 1931 firmó un «Manifiesto de los intelectuales» que apoyaba la Segunda República, pero poco a poco terminó distanciándose de la política activa, y en 1936, al comienzo de la Guerra Civil, abandona España.

Dentro del elenco de autores que desarrollan su labor filosófica en el mismo período que Ortega podemos destacar a Heidegger, Russell, el Círculo de Viena, la primera escuela de Fráncfort, Hartmann, Bergson, y un largo etcétera, sin olvidar el desarrollo científico protagonizado por Einstein y su teoría de la relatividad. Desde que la Ilustración entronizó la razón, el modelo se fue rompiendo en diferentes modelos. Así, tenemos una razón positivista en Comte, una razón histórica en Dilthey, una fenomenológica en Husserl y una analítica en los análisis del lenguaje. Ortega intenta negar el repudio frontal que hace Nietzsche de la razón, la defiende, pero también reconoce que Sócrates la estableció de forma unilateral. Ortega defiende una razón vital, no una pura y aislada. Ortega entendía la filosofía como un saber radical, que plantea los primeros y los últimos problemas.

En el terreno intelectual de Ortega confluyen muchas líneas, hasta tal punto que algunos le han negado originalidad. Siendo esto verdad, también hay que reconocer que Ortega es un pensador original, y que dotó a la filosofía española de un lenguaje propio y digno.

Relación y Actualidad

Las influencias que ejercen otros autores sobre Ortega son el concepto de historia y razón histórica de Dilthey, los conceptos de vida y verdad como perspectiva de Nietzsche y la consideración de la vida como proyecto de Heidegger, a través de conceptos como el de angustia o el quehacer de la vida de Dasein, pues el hombre concreto se encuentra en la angustia.

Para plantear la relación de Ortega con otros autores podemos hacerlo con Descartes, como modelo del raciovitalismo nietzscheano. Ortega había alabado la función de Descartes en la historia del pensamiento occidental, incluso consideró la duda metódica como un proceso interesante para fundamentar el conocimiento. Lo problemático fue parar la duda en la fundamentación del «yo pienso». El pensamiento no podía tener el grado de radicalidad que le concedía Descartes.

Ortega también se opuso a la sustancialidad del yo y a la posición esencialista del cartesianismo. El yo no es una sustancia, es proyecto. Por otro lado, en el raciovitalismo hay una clara herencia del vitalismo nietzscheano que ha sido conocida expresamente por Ortega. El filósofo alemán situaba la vida como el centro del pensamiento. Ortega se defendió del vitalismo argumentando que no es ni irracionalista ni vitalista.

La vigencia de un pensador actual es siempre patente. Teniendo en cuenta que Ortega murió en 1955, su pensamiento sigue estando en plena actualidad. Los finales del siglo XX y los comienzos del XXI se han distinguido por una preocupación por lo vital o lo existencial. En ese sentido, el raciovitalismo de Ortega sigue estando vigente. Él explicitó en el discurso filosófico las categorías de la vida, y esas categorías tienen hoy plena actualidad.

Pero otros temas centrales de la filosofía orteguiana siguen estando vigentes, su interés por relacionar cultura y vida han influido de manera decisiva en la valoración actual de la cultura. En un mundo cada vez más globalizado y donde es necesario el diálogo intercultural, el perspectivismo orteguiano se constituye como un fuerte anclaje para evitar posturas maniqueístas, y un claro referente para combatir el relativismo cultural. Permite una integración de formas culturales sin caer en el menosprecio ni en la sobrevaloración pueril.

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