Ortega y Gasset y Wittgenstein: Dos Visiones Filosóficas del Siglo XX

Ortega y Gasset: La Vida como Realidad Radical

Biografía y Contexto

Ortega y Gasset, pensador de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, nació en Madrid en 1883 y murió en 1955. Su filosofía se enmarca dentro del vitalismo. Aunque fue discípulo de Hermann Cohen en Marburgo, y por tanto, recibió una sólida formación neokantiana, no se identificó plenamente con esta escuela. Ejerció como catedrático de metafísica en la Universidad de Madrid y centró su reflexión en torno al concepto de vida.

La Vida como Realidad Radical

Para Ortega, la vida es la realidad radical. De esta premisa se derivan las siguientes ideas:

  • La vida es la realidad radical.
  • El hombre es un ser activo.
  • Las realidades, efectivas o presuntas, tienen que aparecer en la vida.
  • El hombre debe hacer algo para existir.
  • La vida no nos es dada, pues no es algo que nos podamos dar a nosotros mismos.
  • Los hombres deben hacerse su propia vida.
  • Nunca nos encontramos forzados a hacer algo determinado, por lo tanto, el hombre es un ser libre y por eso tiene la capacidad de decidir.

El texto presenta una estructura inductiva. El autor comienza exponiendo su tesis principal, la vida como realidad radical, y a continuación, desarrolla una serie de ideas para argumentar y exponer dicha tesis.

Filosofía, Razón Vital y Razón Histórica

Ortega sostiene que la filosofía no nace por utilidad, pero tampoco por capricho. La filosofía es, para él, «constitutivamente necesaria al intelecto», y tiene como nota radical el afán de buscar y capturar la verdad del modo como tal. En otras palabras, el hombre necesita filosofar.

Según Ortega, el ser humano no es una cosa, no tiene naturaleza, sino que tiene historia. No se puede estudiar con la razón naturalista, pues esta solo nos dirá cosas que se pueden cuantificar. La historicidad es el rasgo esencial de todo lo humano.

Ortega propone el vitalismo frente al idealismo y al realismo, ya que el problema filosófico fundamental es determinar lo más indudable de lo que hay: la vida. La vida, por tanto, incluye al sujeto y al mundo. La realidad radical es la vida, pero no en general, sino la vida de cada uno en particular. Además, tras el concepto de vida se esconde una teoría de la realidad y una forma de situarse el ser humano en esa realidad, en el mundo. Si la realidad radical desde la que el ser humano se abre a la realidad es la vida, la perspectiva vital es una condición fundamental para conocer lo real.

Todo esto debe tomarse como crítica de la razón pura y al irracionalismo. El irracionalismo en que cae el racionalismo surge por tomar la razón como «razón pura». Esta irracionalidad desaparece si fundamentamos la razón pura en la totalidad de la razón vital (raciovitalismo), es decir, funciona tomando al sujeto en su totalidad, no sólo como entendimiento desarraigado de la vida y la circunstancia biográfica.

La razón vital es razón histórica, pues la vida es «temporeidad» y comprende la realidad en su devenir. La vida se vuelve un poco transparente ante esta razón histórica, no ante una razón extra histórica. La razón está sometida a las circunstancias de cada ser humano. El giro que da Ortega es fundamental, si lo comparamos con autores como Descartes o Kant, quienes toman a la razón como no sometida al tiempo.

Wittgenstein: El Lenguaje como Juego

Biografía y Obras Principales

Ludwig Wittgenstein, filósofo y lingüista austriaco, publicó el Tractatus Logico-Philosophicus, obra que influyó notablemente en los positivistas lógicos del Círculo de Viena. Posteriormente, el propio Wittgenstein criticó severamente el Tractatus en Los cuadernos azul y marrón y en sus Investigaciones Filosóficas, ambas obras póstumas. Fue discípulo de Bertrand Russell.

El Concepto de «Juego del Lenguaje»

El tema central del texto es el concepto de juego del lenguaje. Las ideas principales que se presentan son:

  • La evolución y transformación sufridas por el lenguaje con el paso del tiempo.
  • El lenguaje entendido como actividad humana.
  • La existencia de múltiples géneros de oraciones.
  • El significado de las palabras depende del contexto en que se usan.
  • La multiplicidad de juegos del lenguaje.
  • El uso que hacemos de las palabras es el que determina su significado.

El texto presenta una estructura argumentativa encuadrada. Comienza con una tesis que expone la función pragmática del lenguaje y su concepción. Continúa con un cuerpo argumentativo donde establece que el lenguaje presenta multiplicidad. Finaliza con una conclusión que reafirma la tesis expuesta al principio sobre dicha función pragmática del lenguaje, exponiendo que el uso que hacemos de las palabras es el que determina su significado.

De la Función Descriptiva a la Multiplicidad de Usos

En sus Investigaciones Filosóficas, Wittgenstein argumenta que la estructura de la realidad se corresponde con la estructura del lenguaje. Esto le lleva a analizar el lenguaje como práctica, es decir, como la interacción de los hablantes. Introduce así el concepto de «juego del lenguaje«, que alude al hecho de que el significado de las palabras depende del contexto en el que se usan. Es el contexto el que determina el significado de los conceptos. Además, Wittgenstein introduce la noción de «uso lingüístico» como criterio del significado de las palabras, pues el uso que hacemos de las palabras en un juego de lenguaje es lo que determina su significado.

Con esto, rompe con la idea que defendía en el Tractatus de que la esencia del lenguaje está en su función descriptiva, donde el paradigma del lenguaje era el lenguaje científico que describía los hechos empíricos, desechando el sentido y validez para la verdad de los otros lenguajes. Según Wittgenstein, el lenguaje se usa para hacer descripciones de los hechos, pero también para muchas otras actividades. Esta idea lleva a considerar que el lenguaje es un conjunto de variados y múltiples instrumentos o herramientas utilizables en las más variadas formas.

La Filosofía como Terapia Lingüística

Según Wittgenstein, la tarea de la filosofía consiste en disolver los problemas filosóficos comprendiendo los usos lingüísticos. Concluye que los problemas filosóficos desaparecerán si mostramos que surgieron por una confusión lingüística, es decir, que la filosofía emplea palabras usadas originariamente en un juego lingüístico ordinario, utilizándolas en un uso «metafísico». Por tanto, si se devuelven las palabras de su uso metafísico a su uso diario, desaparecerán los problemas filosóficos.

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