1. este fragmento, correspondiente a las meditaciones metafísicas de descartes, trata sobre la primera demostración sobre la existencia de Dios que enuncio Descartes. Descartes afirma que la idea de un ser infinitamente perfecto nos la ha otorgado Dios, puesto que el Yo es infinito e imperfecto, y la idea de Dios no ha podido extraerla ni crearla por los sentido, sino que la idea de Dios, o un ser infinito tiene que ser una idea innata (connatural al sujeto) y, por tanto, no puede ser una idea adventicia (que procede de la experiencia), ni tampoco una idea facticia (fantaseada por el sujeto)
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Las reglas del método
Las dos obras más importantes de descartes son “el discurso del método” y las “meditaciones metafísicas”. El punto de partida de la filosofía cartesiana es el siguiente: ¿Cómo asegurar que la ciencia físico-matemática de la naturaleza es verdadera? ¿es posible establecer alguna verdad absolutamente cierta e indudable sobre la que construir esa nueva ciencia con total seguridad? Para responder a estas cuestiones descartes trata de formular un método de investigación que permita avanzar en el conocimiento con seguridad.
El objetivo fundamental de descartes es encontrar un método que garantice el razonamiento correcto y la reconstrucción de todo el saber humano. Las reglas son:
- Regla de la evidencia: rechaza cualquier idea que no sea clara y distinta. Se llega a la evidencia, bien por intuición o bien por deducción.
- Regla del análisis: reduce lo complejo a sus componentes más simples, que pueden conocerse intuitivamente.
- Regla de la síntesis: partiendo de los elementos simples, conocidos por intuición, se construye argumentos o deducciones más complejas.
- Regla de la enumeración: se revisan todos los pasos dados para comprobar que no se han cometido errores en el razonamiento.
La duda metódica y el cogito
Descartes aplica el método a la metafísica para averiguar si existe una primera verdad absolutamente cierta, sobre lo que elevar el edificio de conocimiento.
Plantea la duda metódica, que cuestiona todos nuestros conocimientos a fin de hallar alguno que sea seguro e indudable. Niveles:
- Desconfianza del conocimiento aportado por los sentidos: como estos nos engañan muchas veces podrían engañarnos siempre.
- Confusión entre el sueño y la vigilia: los sueños no se distinguen a veces de la realidad.
- Hipótesis del “dios engañador”: quizás dios nos ha grado de tal manera que nos engañemos siempre.
- Hipótesis del “genio maligno”: aun suponiendo que dios no puede engañarnos porque es bondadoso, podría existir un espíritu malvado que se divirtiese haciéndonos errar cada vez que razonamos.
Aunque la duda parece haber eliminado todos nuestros conocimientos, en el acto mismo de dudar aparece algo que resiste cualquier duda: “pienso logo existo” (cogito, ergo sum”). Cogito constituye la clave de bóveda de la metafísica cartesiana. Se trata de la verdad, conocida con absoluta claridad y distinción, cuya certeza permite fundamentar de modo seguro el “edificio de las ciencias” se ha señalado que su antecedente directo es la proposición de san agustin “si yerro , existo” ( “si fallor, sum”).
Demostración de la existencia de dios
Descartes define el yo como una sustancia pensante, hay ideas, voluntades y juicios. Las ideas son de tres clases: adventicias aquellas ideas que parecen provenir de los objetos exteriores; facticios las crea nuestra imaginación y las innatas parecen ser connaturales al sujeto.
-primera demonstración de la existencia de dios: ahora bien, entre las ideas innatas encontramos la de un “ser infinitamente perfecto” (dios), que no ha sido creado por el yo, ya que este es finito e imperfecto, esa idea ha tenido que ser puesta en el sujeto por un ser realmente infinito, con lo que queda demostrado que dios existe.
-segunda demostración de la existencia de dios:
Dado que el yo tiene en su mente la idea de un ser infinitamente perfecto, ese ser tiene que incluir entre sus perfecciones la de existir necesariamente.
-tercera demostración de la existencia de dios: si el yo se hubiese dado a sí mismo la existencia, se habría dado todo tipo de perfecciones, ha tenido que hacer sido tenido a la existencia por otro ser, que puede ser contingente o necesario. En la cadena de seres contingentes, dios es el ser que ha hecho posible esa cadena.
-demostración de la existencia del mundo exterior: dios tiene que ser bondadoso y no puede engañarnos: él garantiza que el mundo exterior y la ciencia matemática que ocupa de él es verdad.la metafísica cartesiana distingue tres sustancias: la infinita (dios) la pensante (alma) y la extensa (cuerpo físico). En la metafísica cartesiana se define como algo que existe y no necesita otra cosa para existir (dios). Descartes distingue entre: sustancia pensante (res cogitans) y sustancia extensa (res extensa), el atributo de la primera es el pensamiento y sus modos son las almas; el atributo de la segunda es la extensión y sus modos son los cuerpos físicos.
Antropología
La antropología cartesiana es dualista. En el hombre se distingue el alma (inmortal) caracterizada por el pensamiento y el cuerpo (que es material y se caracteriza por la extensión) son independientes. El cuerpo y el alma plantean problemas al sepáralo, descartes los resuelve mediante la glándula pineal, punto de contacto entre ambas.
3. Descartes vivió en el contexto de la guerra de los treinta años, tras la paz de westfalia, España inicio un proceso de irreversible decadencia frente a Francia que fue el estado más influyente de Europa hasta alcanzar su apogeo con el “rey sol”. Desde el punto de vista socioeconómico Europa tardo décadas en salir de la profunda crisis causada por el conflicto. En el plano político se impuso el estado absolutista, que concentra todo el poder del rey, designado por Dios. La organización social era estamental: rey nobleza y “tercer estado”. En el terreno religioso hubo un enfrentamiento entre la reforma protestante y la contrarreforma católica, destacando el orden de los jesuitas frente al protestantismo, y el jansenismo, movimiento que se difundió en Francia a través de los escritos de Arnald y Pascal. En el arte domina el barroco con el fin de promover la fe de los fieles y para exaltar el poder de los monarcas de la época, destacan Velázquez y Bernini. La literatura manifiesta una concepción pesimista del hombre, resaltando la fugacidad y la vanidad de la vida, y preocupación por la muerte. Es un gran filósofo de la Edad Moderna. Marcada por dos grandes novedades filosóficas y científicas, el humanismo renacentista y la revolución científica moderna. Se desarrollo primero en Italia y luego se extendió pos Europa el humanismo renacentista; coincidió con la crisis de la filosofía escolástica. Recuperaron el interés por la naturaleza y el hombre; elaboraron un pensamiento antropocéntrico frente al teocentrismo medieval y se va a centrar principal mente en dos problemas: problema del conocimiento y problema de la libertad, especialmente en política. En la revolución destacan Copérnico y Newton. Características: mecanicista y matematicista: mecanicista porque reducía la realidad a partículas materiales exactas que se mueven mediante choques mecánicos entre dichas partículas. Ciencia matematicista se habían recuperado teorías matemáticas de Pitágoras y Platón, influyendo sobre la nueva ciencia de la naturaleza: interpretara la naturaleza como un conjunto de fenómenos regulado por leyes matemáticas. La nueva ciencia acabo con la concesión aristotélico-tomista del universo plantea nuevos problemas. El primero: el escepticismo: es una filosofía surgida en la antigua Grecia pero reactualizada en el s. XVI por Montaigne, no existe ningún conocimiento cierto ni ninguna verdad evidente, todo puede ponerse en duda. Problemas del método y el problema del origen y fundamentos de nuestro conocimiento científico: abordados por los filósofos del s. XVI, el racionalismo corriente filosófica fundada por Descartes que va a tratar de encontrar un método capaz de superar el escepticismo y encontrar verdades ciertas y evidentes. Los racionalistas consideran que la fuente de todo conocimiento humano es la razón, especialmente la razón matemática, mientras que la eternidad ocupa para ellos un lugar muy secundario.
4. San Agustín diferencia entre: libre albedrio se lo otorga Dios al hombre para hacerle responsable de sus actos; y la libertad que lo alcanza solo cuando actúa bien, es decir, racionalmente. Para San Agustín no basta con la fe, sino que la razón también debe colaborar en el conocimiento de la verdad, porque son incompatibles; la de se encarga de dirigir nuestra inteligencia en la búsqueda de la verdad, y la razón nos permite entender los contenidos de la fe, que así recibe apoyo por parte de nuestra inteligencia. En San Agustín la búsqueda del conocimiento de la verdad se encuentra impulsada por el amor espiritual, que busca elevarse hasta la verdad única inmutable y eterna. La teoría agustiniana parte del conocimiento sensible. Mientras no entremos una verdad indudable ( que solo podemos encontrar en ella certeza interior( siempre acabaremos en el escepticismo. Desde la verdad se emprende la ascensión espiritual, y mientras asciende va pasando por el conocimiento discursivo y por el intuitivo de las verdades eternas, el hombre no logra completarla sin la acción de Dios que lo ilumina intelectualmente. San Agustín demuestra la existencia de Dios a través de las verdades eternas: el ser humano no puede crearlas ya que es un ser imperfecto, por lo que tienen que ser creadas por un ser eterno (Dios). Dios creó el mundo con las ideas que tenía en su Mente (ejemplarísimo), los seres creados poseen imperfecciones. La creación no es instantánea. La existencia del mal en el mundo no prueba que dios no existe, si no que el mal físico consiste en la privacidad del bien, puesto que las criaturas son distintas al creador, por lo que son imperfectas. El mal moral es dualista: el hombre se compone de alma (inmortal) y cuerpo (mortal). Dios ha dotado al hombre de libre albedrio para que pueda escoger entre el bien y el mal. Desde ese momento el alma para salvarse necesita de la gracia de Dios. La diferencia entre egoísmo y virtud de paso a la interpretación agustiniana enfrentando a dos ciudades: la ciudad terrenal y la ciudad de Dios. A lo largo de la historia estas ciudades han estado entrenadas, las provincias divinas han previsto la victoria de la ciudad celestial.