Pasar del mundo sensible al inteligible


-Teoría de las Ideas:

Platón intenta explicar el problema del cambio y de la multiplicidad en la naturaleza. Descubre una realidad suprasensible, metafísica, que dará razón de lo sensible, de lo físico. Siguiendo la distinción entre apariencia y realidad propuestas por Parménides, la realidad queda dividida en el Mundo sensible, formado por las cosas en constante cambio de Heráclito, y en el Mundo inteligible, el mundo de las Ideas permanentes e inmutables que poseen las carácterísticas del Ser de Parménides. Las Ideas son inmateriales, trascendentes (no están en las cosas), inmutables, eternas, únicas, objetivas (existen por sí mismas), universales, absolutas, y están ordenadas jerárquicamente (la idea de Bien es la idea suprema). Hay, además, ideas de todas las cosas: valores morales, valores estéticos, realidades corpóreas,

-Estructura del mundo inteligible:


El mundo de las ideas es un sistema ordenado y jerarquizado en el que no todas las ideas poseen el mismo valor: hay ideas subordinadas a otras, ideas inferiores que dependen de otras superiores. La idea suprema es la Idea del Bien,Es la idea más perfecta; es el principio incondicionado y absoluto que proporciona al mundo orden medida y unidad. De ella dependen las demás ideas pues a ella confiere el ser y la cognoscibilidad. La idea de Bien se identifica con la idea de Verdad y de Belleza, pues el Bien es lo verdadero y lo bello.
El mundo inteligible incluye dos regiones: las matemáticas y el mundo de las ideas. Además, a él se accede mediante la parte más elevada del alma: la razón.

-Génesis del mundo sensible:


El mundo sensible es la copia imperfecta del mundo inteligible que le sirve de modelo. También distingue en él dos regiones: el mundo de las sombras o imágenes y el mundo de los objetos o de los seres particulares. Es el mundo que conocemos mediante los sentidos.
Platón explica cómo se genera el mundo sensible a partir del mundo inteligible en el “Timeo”, y señala los elementos que intervienen en la formación de éste:
-La materia preexistente móvil y caótica.
-El mundo de las ideas, que es el modelo eterno a semejanza del cual es conformada la materia informe.
-El espacio como escenario donde tiene lugar la conformación y ordenación del mundo sensible.
-El Demiurgo como inteligencia que ordena la materia según el modelo de las ideas.
Así pues, para explicar la existencia del mundo sensible, Platón recurre a la intervención de un ser divino, el Demiurgo, eterno y bueno que ordena la materia caótica e informe tomando como modelo las Ideas. Es un Dios ordenador, no creador.
El Demiurgo obra de acuerdo con un fin: que todas las cosas sean buenas, y por tanto, ha hecho un mundo mejor y lo más bello posible. Platón adopta una explicación teleológica del cosmos y destila un cierto optimismo al considerar que éste es el mejor y el más bello de los mundos sensibles.
Platón explica la relación de las Ideas del mundo inteligible con las cosas del mundo sensible mediante la teoría de la participación y de la imitación. Las cosas sensibles participan su ser y su forma de las ideas, es decir, toman de ellas su ser y su forma. A causa de ello, las cosas sensibles imitan a las ideas, por lo que tienden a su perfección: el Bien.
Con el dualismo ontológico, Platón resuelve el problema del cambio, ya que lo que cambia es el mundo sensible, el mundo de las apariencias, mientras que el mundo de las esencias (Ideas) permanece inalterable.

Teoría del conocimiento:


La distinción entre mundo sensible y mundo inteligible lleva a Platón a diferenciar entre conocimiento sensible y conocimiento racional o inteligible. El primero nos muestra el mundo cambiante tal y como lo perciben los sentidos, mientras que el segundo nos permite captar lo permanente, las esencias de las cosas, las ideas. De los dos conocimientos es el racional el verdadero y auténtico conocimiento.

-Métodos para alcanzar el conocimiento verdadero:


-Reminiscencia o recuerdo:

“conocer es recordar”. El alma antes de unirse a un cuerpo permanecía en el mundo de las Ideas. Al unirse, se olvida de su vida allí, pero al percibir los objetos sensibles mediante los sentidos, recuerda las ideas de las que estos objetos son copias.

-Dialéctica:

método de conocimiento que consiste en avanzar en los razonamientos mediante la contraposición de tesis opuestas. Es el método que permite pasar del mundo sensible al inteligible.

-Amor:

es la fuerza que todo ser siente hacia aquello de lo que carece. Y de lo que todo ser carece es de belleza, de bien, de perfección. Este impulso lleva a los seres a pasar de los cuerpos bellos a las almas bellas, y de ahí a la idea de Belleza que se identifica con el Bien, la Verdad, el Ser.

-Purificación:

el filósofo sabe que sólo podrá llegar a la contemplación directa de las Ideas cuando muera y, por eso, mientras permanezca en el mundo sensible, su tarea consiste en purificarse y preparar el alma para su definitiva separación del cuerpo. Así, la muerte supone el paso a la contemplación plena de la verdad.

-Grados de conocimiento:


Platón establece los niveles de conocimiento en función de los grados de ser. Al conocimiento del mundo sensible lo llama opinión (doxa) y al conocimiento del mundo inteligible lo denomina ciencia (episteme).

-Opinión (doxa):

tiene como objeto el conocimiento de las cosas del mundo sensible y su instrumento son los sentidos. Es un conocimiento inestable porque trata sobre realidades cambiantes. Se subdivide en dos niveles:
-Imaginación o conjetura (eikasía): es un conocimiento de las imágenes de las cosas sensibles, de las sombras y reflejos.
-Creencia (pistis): se trata del conocimiento de los seres materiales, sensibles tales como animales, plantas…

-Ciencia (episteme):

tiene como objeto el conocimiento de lo inteligible y su instrumento es la inteligencia. Se trata del tipo superior de conocimiento.
-Inteligencia discursiva o pensamiento (dianoia): su objeto de conocimiento son las matemáticas. Es un método hipotético.
-Inteligencia intuitiva (noésis): tiene por objeto el conocimiento de las ideas que el alma aprehende a través de la razón, sin recurrir a lo sensible, pasando de idea en idea hasta alcanzar la idea de Bien.

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