1.3 Los Presocráticos: El Pensamiento Cosmológico
Monistas
a) Los Jonios o Milesios
Los jonios o milesios, provenientes de Jonia, Asia Menor (costa del Egeo de la actual Turquía), incluyen a Tales de Mileto, su discípulo Anaximandro y el discípulo de este último, Anaxímenes.
Tales de Mileto: Se le atribuyen dos ideas filosóficas principales:
- El arjé es el agua. No como elemento físico-material (H2O), sino como cualidades naturales: humedad, fluir, filtrarse, solidificarse y evaporarse. Considera que el agua cohesiona el cosmos y funciona como principio rector.
- «Todo está lleno de dioses». Este pensamiento se denomina «hilozoísmo» (del griego hyle = «materia», y zoé = «vida»). Significa que, en el cosmos, todas las cosas están interrelacionadas, y para conocer la verdad de una cosa debemos explorar sus relaciones con el resto. Nada es trivial o irrelevante; todo encierra una razón de ser que el sabio debe descubrir.
Anaximandro: Sostiene que el arjé es el ápeiron = «lo indefinido, aquello que no se puede definir». Afirma que todo nace del ápeiron y, al morir, vuelve a él. Describe el mundo como una sucesión de injusticias, lucha y desequilibrio, pero el tiempo genera orden y justicia. Un pensamiento similar al de Heráclito.
Anaxímenes: Considera que el arjé del cosmos es el aire, atendiendo a sus cualidades de condensar y rarificar, no como compuesto físico-material.
b) Los Pitagóricos
Los pitagóricos, una secta religiosa y hermética fundada por Pitágoras de Samos, afirman que el arjé es el número, específicamente la tetraktis. Esta es la organización de cuatro números que estructuran la realidad: uno (unidad), dos (dualidad), tres (cierre) y cuatro (sólido). La tetraktis se representa como un triángulo equilátero de lados formados por cuatro puntos.
La importancia de los números influye en Platón, así como su hipótesis de la inmortalidad y transmigración de las almas (metempsícosis). Fueron los primeros en descubrir las relaciones entre música y matemáticas (armonía musical).
c) Heráclito de Éfeso
Apodado «el oscuro», Heráclito escribe aforismos, mezclando lenguaje racional y poético. Según él, el arjé del cosmos es el fuego (continuo encenderse-apagarse). La realidad es puro movimiento (dinamismo de la realidad) y lucha perpetua (dialéctica).
Introduce la palabra lógos para referirse a la razón (orden) que atraviesa la naturaleza (physis). El lógos es el mismo para todos, pero vivimos como si cada uno tuviera su propio entendimiento. Diferencia entre la razón natural y la humana.
Utiliza la palabra aletheia = verdad, que significa «desocultarse, salir a la luz». El sabio no se conforma con las apariencias, sino que busca las razones ocultas.
Platón, antes de conocer a Sócrates, fue discípulo de Crátilo (continuador de Heráclito) y tomó de él la idea de dinamismo y cambio perpetuo.
d) Parménides de Elea
Parménides, en su Poema de la diosa sobre los caminos del saber, afirma que solo hay un camino de la verdad: «que el ser es y el no-ser no es». Lo único verdadero es «el ser». Parménides caracteriza «el ser» como arjé del cosmos, afirmando que es: inmutable, inmóvil, eterno, circular, perfecto e indivisible.
Platón se inspira en Parménides para caracterizar «el ser» de las ideas.
e) Heráclito vs. Parménides
Ambos introducen conceptos clave:
Conceptos ontológicos: «esencia» y «apariencia». La realidad tiene dos formas: apariencia (falsa, engañosa) y esencia (auténtica realidad oculta, descubierta por la reflexión). Para Heráclito, la esencia es el dinamismo; para Parménides, el ser inmóvil.
Conceptos epistemológicos: «verdad» y «opinión». El filósofo accede a la verdad (conocimiento de la esencia); el común, a la opinión (creencia en las apariencias).
f) Eléatas vs. Heraclíteos
Los eléatas (parmenídeos) buscan demostrar la negación del movimiento; los heraclíteos, la afirmación del puro movimiento. Este debate se conoce como dialéctica ser-devenir. El «ser» representa quietud; el «devenir», dinamismo.
Ejemplo: desarrollo de una planta. Eléatas: el «ser» de la planta permanece. Heraclíteos: la planta es puro dinamismo.
Los presocráticos «pluralistas» buscan resolver este debate, introduciendo principios múltiples.
Pluralistas
a) Empédocles
Afirma que el arjé son los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego. Lo que permanece son los elementos; lo que cambia es su combinación. Los elementos son cualidades naturales, no compuestos físico-materiales.
b) Anaxágoras
El arjé son las homeomerías («semillas»), innumerables y con propiedades únicas. El cosmos se ordena a partir de estas semillas, dispuestas por un intelecto ordenador (nous), inherente a la naturaleza. Platón tomará esta idea para el Demiurgo.
c) Atomistas (Leucipo y Demócrito)
El arjé son los átomos, elementos indivisibles y minúsculos que se combinan aleatoriamente en el vacío. Lo único permanente son los átomos y el vacío. El movimiento se debe al vacío. La naturaleza es, en último término, azar.