Pensamiento de Kant: Ilustración, Ética Formal y Razón Práctica

Bloque II: La Ilustración y el Pensamiento de Kant

1. La Ilustración

La Ilustración fue un vasto movimiento cultural que se desarrolló a lo largo del siglo XVIII. Aunque tuvo sus orígenes en Gran Bretaña, alcanzó su máximo esplendor en Francia, desde donde se extendió al resto de Europa. El pensador más destacado de este periodo fue el filósofo Immanuel Kant. En el ámbito político, predominaba en Europa el Despotismo Ilustrado.

  • Metafísica: Destaca el naturalismo, que concibe la naturaleza como una realidad autónoma que no necesita de Dios para ser explicada. La naturaleza se convierte en el primer principio explicativo de la realidad.
  • Epistemología:
    • Plena confianza en la razón: Se cree que la razón puede responder a todas las preguntas sobre el mundo, el hombre y la sociedad. Es una razón autónoma, independiente de cualquier sujeción a iglesias, estados o tradiciones.
    • Es una razón crítica que lo somete todo a juicio, incluso a sí misma.
    • Es una razón unida a la experiencia, orientada principalmente a la práctica y no a la especulación teórica.
    • Cientificismo: Admiración por la ciencia, considerada el principal producto de la razón.
    • Enciclopedismo: Los ilustrados consideraban necesario difundir la ciencia y la cultura. De ahí surge la idea de la Enciclopedia, una obra que resume de forma clara todo el saber de la época.
  • Religión: La mayoría de los ilustrados defendían una religión natural, basada en la razón y que excluye los elementos irracionales. Predominaba el deísmo, doctrina que admite la existencia de Dios como creador del Universo, pero niega la providencia y el gobierno divinos.
  • Política y sociedad: Se creía que, gracias a los avances de la razón, el hombre se liberaría de las supersticiones y comenzaría un periodo de constante perfeccionamiento material y espiritual. Reinaba un gran optimismo.
  • La sociedad debía organizarse de acuerdo con la naturaleza humana y principios racionales. Los seres humanos son libres e iguales por naturaleza y poseen derechos que el poder político debe respetar. Se defienden teorías contractualistas: la sociedad y el estado son el resultado de un pacto entre individuos, cuyos derechos prevalecen sobre la colectividad.

2. Éticas Materiales y Ética Formal Kantiana

La razón humana tiene dos funciones: la razón teórica, que busca conocer cómo son las cosas, y la razón práctica, que se ocupa de cómo debemos comportarnos, respondiendo a la pregunta: ¿qué debo hacer?

La ética kantiana representa un cambio radical respecto a las éticas anteriores. Kant busca establecer una moral racional y de validez universal. Para ello, critica las éticas materiales, según las cuales la bondad o maldad de la conducta depende de algo considerado como Bien supremo o fin último al que el hombre aspira. Es decir, existe un contenido.

Kant critica estas éticas por las siguientes deficiencias:

  • Empíricas (a posteriori): Sus preceptos y contenidos se extraen de la experiencia.
  • Hipotéticas: Establecen normas como condición o medio para alcanzar un fin (el Bien supremo).
  • Heterónomas: El sujeto actúa determinado por leyes impuestas desde fuera.

Kant propone una ética formal (vacía de contenido empírico), donde la bondad o maldad de las acciones no depende del contenido del acto, sino del móvil que determina la voluntad. Esta ética se caracteriza por ser:

  • A priori, universal y necesaria, válida para todos, independientemente de las circunstancias.
  • Categórica: No establece un fin último y formula imperativos absolutos, no condicionados.
  • Autónoma: El propio sujeto se determina a sí mismo.

La voluntad: Solo podemos hablar de algo bueno si nos referimos a una buena voluntad, que siempre está dispuesta a obrar por deber. El hombre actúa moralmente cuando actúa por deber, independientemente de las consecuencias. Kant distingue tres tipos de acciones: por deber, conformes al deber y contrarias al deber. Solo las primeras son propiamente morales.

Esta voluntad es autónoma y se da a sí misma sus propias leyes, que Kant llama imperativos. El imperativo categórico es una ley moral válida para todos. No nos dice qué hacer, sino cómo actuar en todas las situaciones, teniendo en cuenta solo el respeto por el deber, lo bueno independientemente de sus consecuencias.

Kant formuló el imperativo categórico de varias maneras:

  • «Obra según una máxima tal que puedas querer que se convierta en ley universal». Cualquier norma debe ser tal que el sujeto pueda querer que se convierta en una ley para todos.
  • «Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca meramente como un medio». El hombre nunca debe ser utilizado como un medio, sino que es un fin en sí mismo.

3. Postulados de la Razón Práctica

En la Crítica de la Razón Pura, Kant demostró la imposibilidad de un conocimiento objetivo del alma, de Dios y de la libertad. Estos no son objeto de conocimiento científico, sino que deben admitirse como postulados de la Razón práctica. Son proposiciones que no son evidentes ni demostrables, pero que deben aceptarse como ciertas porque, de lo contrario, algo sería imposible. Son supuestos necesarios como condición de la moral misma:

  • La libertad: Si el hombre no fuera responsable de sus actos, la moral sería imposible.
  • La inmortalidad del alma: El hombre aspira a una plena adecuación de la voluntad con la ley moral, un objetivo inalcanzable en esta vida. Por lo tanto, debe existir otra vida donde se alcance esa perfección.
  • Dios: Como garantía de que virtud y felicidad coincidirán finalmente. Debe existir un ser que sea el supremo Bien, en quien se identifiquen el ser y el deber ser, y en el cual se recompense el cumplimiento del deber.
  • Mundo: El mundo existe como el ámbito en el que se desarrolla la voluntad.

La razón práctica no prueba teóricamente nada ni alcanza un verdadero conocimiento. Los postulados son exigencias de la razón práctica, pero no conducen a un conocimiento, sino a una «fe racional». No permiten decir «yo sé», pero hacen verosímil que se pueda decir «yo quiero».

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