Ética de Hume
Hume, como representante del empirismo, desafía la idea de que la distinción entre lo bueno y lo malo se basa en la razón. Argumenta que la razón no puede determinar nuestro comportamiento y que la moralidad es un sentimiento no fundamentado en la razón. Los sentimientos morales implican la aprobación o reprobación de ciertas acciones de forma natural y desinteresada. Contrario al relativismo moral, Hume sostiene que los humanos comparten una naturaleza común, como la simpatía, que permite compartir los sentimientos de los demás.
Sociedad de Rousseau
Rousseau expone su pensamiento sobre la sociedad en obras como Discurso sobre el origen de la desigualdad, El contrato social y Emilio. Ataca la propiedad privada como origen de la desigualdad y distingue entre lo natural y lo artificial en el hombre. Plantea una sociedad idealizada sencilla. En El contrato social, analiza el origen de la sociedad y propone que cada individuo se comprometa a sumar fuerzas en un contrato social. El contrato social sería una alienación en favor de la voluntad general, el bien colectivo de la sociedad. En Emilio, pretende una transformación social eductiva, donde la educación debe concordar con la naturaleza humana y los niños deben aprender por sí mismos.
Dios de Descartes
Descartes, fundador del racionalismo, utiliza la idea de Dios para justificar su método de conocimiento ante la iglesia católica y evitar críticas a sus conclusiones astronómicas. En Meditaciones físicas, explora la relación entre la existencia de Dios y la certeza del conocimiento. Distingue tres tipos de ideas: adventicias, facticias e innatas. Las ideas innatas, como la de infinito y perfecto, no pueden provenir del mundo exterior ni de nosotros mismos, por lo que deben haber sido creadas por un Dios infinito. Descartes concluye que Dios es bueno y no pudo permitir ningún genio maligno, garantizando así la existencia del mundo externo.
Ser Humano de Descartes
Descartes expone su visión del ser humano en Meditaciones metafísicas y Tratado sobre las pasiones del alma. Distingue tres tipos de substancias: res cogitans (alma), res extensa (cuerpo) y res infinita (Dios). El ser humano es un compuesto de res cogitans y res extensa. La res cogitans mueve a la res extensa. En el Tratado sobre las pasiones del alma, explica que las pasiones son fuerzas animales del cuerpo que agitan la voluntad. La libertad humana surge de la razón, que lleva a ideas claras y distintas y a elegir el bien.
Conocimiento de Hume
Hume, como empirista, niega las ideas innatas y afirma que la validez de una idea reside en la existencia previa de una impresión. Distingue entre impresiones (datos inmediatos de la experiencia) e ideas (representaciones de las impresiones). También habla de dos tipos de conocimientos: relaciones de ideas (juicios a priori, necesariamente verdaderos) y cuestiones de hecho (juicios a posteriori, cuya verdad se comprueba a partir de la experiencia). Hume critica la causalidad, señalando que nuestro entendimiento se limita a impresiones actuales y recuerdos. La relación causa-efecto se ve como una conexión necesaria entre eventos, pero carecemos de impresión que resalte esta necesidad. La certeza se basa en el hábito de observar relaciones causales, pero no podemos asegurarla objetivamente. Hume también critica las substancias cartesianas (mundo, Dios y alma) basándose en la crítica de la causalidad.