Pensamiento de Nietzsche: Crítica a la Cultura, Moral, Religión y Filosofía

Pensamiento de Nietzsche

Su filosofía tiene una doble vertiente:

  1. Negativa: Critica absolutamente todo: los principales conceptos, la moral, la cultura, la filosofía occidental…
  2. Positiva: Busca desvelar toda la verdad oculta, intenta comprender y explicar la vida a través del método de la genealogía (origen psicológico de la palabra).

No hay una exposición sistemática de su pensamiento. Su filosofía también es una especie de eterno retorno, vuelve sobre los mismos temas, pero en definitiva confluye en la afirmación de la vida.

Crítica a los Valores de la Cultura Occidental

Nietzsche parte de este supuesto: la cultura occidental está viciada desde sus orígenes. Es una cultura racional y dogmática, y es decadente, por eso se opone a la vida, a los instintos, y está empeñada en instaurar la racionalidad a toda costa. La filosofía, la moral y la religión son dogmáticas para él. Hace una crítica total que abarca todos los aspectos de la cultura europea/occidental: mundo racional, mundo religioso, mundo moral; son los mundos que ha creado el hombre occidental y cuyos valores son interpretados por Nietzsche como síntomas de decadencia.

Nietzsche se lo plantea desde un punto de vista trágico, lo aborda a partir de dos conceptos: Dionisíaco (de Dionisio) y Apolíneo (de Apolo). La historia de Grecia está dividida en tres etapas:

  1. Arcaica: Nace la tragedia, hay una lucha entre lo bueno y lo malo, con un claro predominio de lo dionisíaco.
  2. Plenitud/Esplendor: Época de Pericles.
  3. Decadente: Época helenizante, exportación de los valores griegos al resto del mundo.

Parte del mundo griego porque el helenismo ha sido el instrumento de educación en Occidente. Toda esta cultura se basa en una concepción de la vida que es una mentira que hay que desenmascarar, mentira que han forjado los débiles.

Crítica a la Moral

Esta moral considera lo poderoso, lo fuerte, como algo suprahumano; lo débil, como algo vulgar, propio del hombre. Este ideal de moral es alienante al convertir al hombre en esclavo de esta ficción/mentira.

La crítica más profunda de Nietzsche a la cultura occidental es la crítica de los valores morales. El principal error de la moral tradicional es su antinaturalidad, es decir, ir en contra de la naturaleza, contra la vida. Es aquella moral que en virtud de leyes, decálogos, normas… se opone a la vida, a los instintos primordiales de la vida. Así ha sido la moral enseñada hasta ahora. La base filosófica de esta moral antinatural es el platonismo: el mundo de las ideas sirve de más allá religioso para los cristianos, de tal manera que acabó convirtiéndose en la metafísica cristiana. El centro de gravedad de estas ideas se pone, no en esta vida, sino en otra, en el más allá, en el mundo de las ideas, en el hombre celeste. Hay una evasión respecto al hombre concreto, viviente, al mundo real. Hace afirmar que existe un orden moral del mundo que dirige la historia de los hombres, lo que se ha hecho ha sido afirmar que alguien desde fuera del mundo, fuera de la vida, dirige a los hombres. Y entonces han prevalecido los valores de los débiles: la compasión, la misericordia, el sacrificio… en los que se ve la prevalencia de los instintos de decadencia sobre los de superación.

Nietzsche critica la moral porque la moral mata la vida: la vida descansa sobre unas bases que están en contra de la moral tradicional. Pero la vida no es lo único real, la moral es ficción, falsedad, calumnia… por eso dice Nietzsche: “mi principio; no se dan principios morales”. Dice Hirscherberger: “no nos parece que Nietzsche sea un enemigo tan acérrimo de la moral. Todo lo contrario. Solo rechaza una moral concreta, la alemana, burguesa, cristiana, idealista. Lo que él pretende es poner otra moral: la moral de la vida, la vida es voluntad de poder”.

Nietzsche distingue entre dos tipos de moral:

  • Moral de los señores (debería ser): es una moral caballeresca, propia de los espíritus elevados, la que ama la vida, el poder, la grandeza, el placer. Es la moral propia del superhombre, la que ama la muerte de Dios.
  • Moral de los esclavos (la que es): es la inversión de los valores; el dolor, la pequeñez, la humildad, amabilidad, compasión, resignación, paciencia… no crea estos valores, sino que los encuentra en sí mismo, por eso es pasiva. Representa la subversión de los valores que nace con el judaísmo y hereda del cristianismo (moralina).

Establecida esta distinción, Nietzsche examina la historia de la cultura occidental y constata un creciente ascenso de los valores de los débiles frente a los fuertes. Los débiles han tenido fuerza para imponer su criterio a los fuertes. Esta moral se extenderá a través del siglo XIX. Para superar esta decadencia de los valores cristianos, Occidente va a poner en su lugar al Superhombre, libre de toda servidumbre religiosa, de todo dogmatismo católico.

Crítica a la Religión

La religión implica la incapacidad de asumir uno su propio destino. Toda religión nace del miedo, de las angustias y de las necesidades, de la impotencia que siente el hombre en sí mismo. Por lo tanto, ninguna religión ha contenido jamás ninguna verdad. Concretamente el cristianismo ha invertido los valores de la antigua Grecia y Roma, que eran valores de la vida, y se ha inventado un mundo ideal, celestial, que lleva consigo una desvalorización del mundo terreno:

  • Supone el extravío más fuerte de los instintos que lleva a inventarse otro mundo y despreciar éste.
  • Sólo fomenta los valores mezquinos como la obediencia, el sacrificio, la humildad, que son sentimientos propios del rebaño. Es el enemigo mortal del Superhombre.
  • Habla de pecado, que es un atentado contra la vida. Con el concepto de pecado aniquila las formas y valores más nobles de la vida y pervierte la vida en su raíz.

La crítica que hace Nietzsche de la religión tiene precedentes muy claros en la filosofía de la Ilustración: alguna de sus afirmaciones recuerdan la misma crítica de Feuerbach. Nietzsche interpreta el Cristianismo como una “moral vulgar”, porque se opone a los valores específicos de la verdadera virtud. Esta vulgaridad de la religión cristiana no viene del hombre sino de Dios, que ha sido el gran obstáculo contra la vida y por eso hay que acabar con él.

Crítica a la Filosofía Tradicional

La crítica que hace Nietzsche a la filosofía tiene una unión estrecha con la crítica que hace a la Moral: la moral tiene su base en la filosofía platónica con sus dos mundos diferentes y distanciados: el mundo real y el mundo de las ideas. El mundo de los sentidos es malo, causa de perdición… La filosofía tradicional es dogmática: considera el ser como algo estático, fijo, inmutable, abstracto. Pero ese ser no existe. No hay conceptos estáticos, sólo existe el mundo de las apariencias, los fenómenos. De ahí que admire a Heráclito (el único filósofo que no ha falseado la realidad) y a Hegel (para quien toda la realidad está en un permanente devenir dialéctico). No admirará a Kant, por esa separación entre fenómeno y noúmeno: sólo existe el fenómeno, el mundo de lo aparente. Hay, por tanto, una negación del concepto metafísico del ser: “Pero Heráclito tendrá siempre razón al sostener que el ser es una ficción vacía”. La lógica busca la objetividad, captar la realidad, mientras que para Nietzsche la verdad es subjetiva. “La ciencia nace de la repugnancia del intelecto por el caos”.

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