Pensamiento de Platón: Dualismo, Conocimiento y Política

PLATÓN

«–Sócrates.- Decimos que existe algo igual. No me refiero a un madero igual a otro madero (…), sino al algo distinto, que subsiste al margen de todos esos objetos, lo igual en sí mismo. (…)»

1. Exposición de las ideas fundamentales del texto y su relación

a) Introducción al texto

El Fedón pertenece al período de madurez de Platón y está escrito en forma de diálogo porque el autor entiende la filosofía como una búsqueda conjunta de la verdad. El personaje principal del que se sirve Platón para exponer sus ideas, como se advierte en el texto a comentar, es Sócrates. El tema fundamental de la obra es la inmortalidad del alma en relación con la teoría de las ideas y con el conocimiento de las mismas, problemas filosóficos centrales de su sistema.

b) Ideas fundamentales del fragmento

  1. Por una parte, establece la existencia de dos tipos de realidades, pues afirma que “no es lo mismo esas cosas iguales que lo igual en sí”. Y así habla de una realidad inmaterial, las ideas, ejemplificadas con “lo igual en sí” –y que existe con independencia de la otra realidad, la física o material: “subsiste al margen de todos estos objetos”.
  2. El conocimiento de las ideas es un “proceso de reminiscencia, es decir, el conocimiento no es sino recuerdo de esas ideas que el alma contempló en una existencia anterior.
  3. Establece que el conocimiento de las ideas no procede del mundo empírico, –pues es imperfecto, perecedero, cambiante…– mientras que las ideas son perfectas, inmutables. Ahora bien, a partir del conocimiento sensible recordamos las correspondientes ideas: a partir de las cosas iguales se capta el conocimiento de la idea de igualdad (última intervención de Sócrates).

c) Relación entre las ideas del texto

  • Tras exponer la existencia de dos tipos de realidades, se pregunta de dónde surge el conocimiento de las ideas, de esos modelos perfectos.
  • Rechaza que pueda venir de la experiencia.
  • Y concluye cerrando el círculo con el ejemplo de las cosas iguales: la experiencia sirve de recordatorio de las ideas (de la idea de igualdad en el ejemplo). Por tanto, conocer es recordar.

Introducción al autor

Platón es el primer gran filósofo de Occidente que elabora un sistema filosófico, pues trata, relacionándolos, los grandes temas filosóficos. Es, además, una de las figuras sobresalientes de la literatura universal. Escribe en forma de Diálogos (El banquete, Fedón, Fedro, La República…) con una belleza literaria insuperable. Por todo ello, Occidente le ha llamado el divino Platón”.

A. Teoría del Conocimiento

El conocimiento verdadero de esas realidades objetivas y universales que llama ideas es fruto de la “REMINISCENCIA”, del recuerdo (anámnesis). Y expone esta teoría de dos formas:

  1. Desde un punto de vista mítico, afirma que el alma, antes de encarnarse, ha contemplado el mundo de las ideas, pero que, al quedar encarnada en el cuerpo, olvida esa experiencia. Pero el olvido no es total ni definitivo y al contacto con las cosas –participaciones de las ideas– se irá “despertando” en el alma aquel conocimiento primero.
  2. Desde un punto de vista dialéctico: Sócrates interroga a un esclavo que no sabe geometría y consigue que este solucione –limitándose a interrogarle– un problema geométrico. Y Platón concluye que el esclavo ha extraído de sí ese conocimiento y que todo aprendizaje es una cuestión de recuerdos.

En el diálogo Fedón aparece otra comprobación de la teoría. Por los sentidos constatamos la existencia de cosas más o menos cuadradas, bellas… pero esos datos de la experiencia no se ajustan completamente a las ideas, pues no existe una correspondencia absoluta entre los datos empíricos y las ideas: ninguna cosa sensible es absolutamente cuadrada… Esa perfección que poseen las ideas no procede del mundo sensible –imperfecto– sino de nuestro interior: el alma racional conoce esas ideas perfectas. Dado que las cosas imitan a las ideas, el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo, es decir, los sentidos solo proporcionan conocimientos imperfectos –el círculo dibujado en la pizarra…– pero aprovechando esos datos nuestra alma ¡RECUERDA los correspondientes conocimientos perfectos: el círculo ideal…

Grados y tipos de conocimiento.- Para Platón hay una relación entre los tipos de conocimiento y los tipos de ser y así en el LIBRO VI de La República expone, sirviéndose de la imagen de una línea dividida en segmentos, los diferentes niveles de conocimiento que corresponden a los niveles de realidad.

Distingue cuatro tipos de conocimiento que corresponden con las clases de la realidad:

  • Sobre el mundo sensible y sus objetos solo cabe la opinión (doxa) –por tener como objeto lo cambiante–. Dentro de la opinión diferencia dos grados: la creencia (pistis), que consiste en la percepción directa de los objetos sensibles (animales, …) y la conjetura o ilusión (eikasía), que es el estado de la mente que corresponde a la aprehensión de las imágenes, sombras….
  • Sobre el mundo inteligible o mundo de las ideas es el objeto de la ciencia (episteme) precisamente porque estas (el cuadrado en sí..) son universales, inmutables y objetivas. La ciencia se divide también en dos grados: a) las matemáticas: utilizan la razón deductiva (dianoia) y es el razonamiento que emplea el matemático, que todavía se sirve de hipótesis y de objetos sensibles y cuyo objeto son las entidades matemáticas; y b) la dialéctica: es un razonamiento puro (noesis) que consiste en la captación, a través de una intuición pura de la mente (nous), de las ideas en cuanto primeros principios de la realidad y del Bien como idea suprema.

La DIALÉCTICA como un método de conocimiento que puede ser:

a) Ascendente: tiene como objeto el conocimiento de las ideas y consiste en pasar desde el conocimiento sensible, que es particular, hasta el conocimiento de lo inteligible, que es universal. El dialéctico “asciende” desde el mundo sensible hasta el mundo inteligible, es decir, de lo contingente a lo necesario, de lo múltiple a lo uno, de las apariencias a la realidad hasta contemplar la idea de Bien (= el Sol).

b) Descendente: consiste en descomponer el objeto de conocimiento en sus elementos: se parte de ideas generales y, avanzando por división, se llega hasta la recuperación de lo sensible.

La dialéctica es considerada también la ciencia superior propia del filósofo gobernante y, en cuanto tal, consiste en la captación de las ideas supremas: el Bien y la Justicia.

Relacionada con la teoría del conocimiento se encuentra la METAFÍSICA, su famosa teoría de las ideas, en la que afirma que existen realidades inmateriales, absolutas, universales e independientes del mundo físico como, p. ej., la bondad en sí, la justicia en sí, la belleza en sí… Esas realidades fueron llamadas ideas (eidos) y formas (morphé) y de ellas derivan su ser todo lo bueno, todo lo justo, etc. De este modo, la filosofía platónica conduce a reconocer la existencia de dos tipos de seres o dos mundos, a saber: el mundo sensible y el mundo inteligible.

La teoría de las ideas implica un DUALISMO ONTOLÓGICO y un DUALISMO GNOSEOLÓGICO que Platón ilustra bellamente a través del MITO DE LA CAVERNA. En efecto, la teoría de la formas postula la existencia de dos mundos y, en relación con ellos, dos tipos de conocimiento: el MUNDO SENSIBLE (simbolizado por el interior de la cueva y que abarca tanto las sombras que contempla el prisionero como los objetos sensibles) y el MUNDO INTELIGIBLE (simbolizado por el exterior que contempla el prisionero liberado y que abarca las realidades matemáticas y las ideas). Del mundo sensible, que es mera copia o sombra del inteligible, solo cabe OPINIÓN, mientras que el mundo inteligible es el objeto de la CIENCIA.

Para Platón, eidos indica la esencia de algo, pero esencias incorpóreas y, en los diálogos de madurez (Fedón, Fedro…), las considera trascendentes (independientes de las cosas físicas). Las ideas son realidades inteligibles, paradigmas, la auténtica realidad y las cosas físicas deben su realidad a las ideas, pues la ”realidad” que hay en el mundo físico deriva de ellas, ya que el mundo sensible es mera apariencia, una copia defectuosa del modelo. Nuestro pensador admite que hay una multiplicidad de ideas –hay ideas de todas las cosas– aunque las más importantes son las ideas morales (idea de Bien…), las ideas estéticas (belleza), e ideas matemáticas y geométricas (triángulo, etc.). Entre ellas existe una jerarquía y en La República afirmó que el Bien es la idea suprema al ser un principio gnoseológico, ontológico y principio normativo. La relación entre las ideas y las cosas es explicada a través de los conceptos de participación e imitación (una flor es bella porque participa de la idea de Belleza y porque imita o copia dicha belleza).

Al postular dos mundos, un mundo de los sentidos, que siempre fluye, y un mundo unificado de ideas que se capta por la razón, Platón intenta una SÍNTESIS entre el punto de vista de Heráclito, para quien el mundo de las apariencias es múltiple y cambiante, y la doctrina de Parménides, según la cual la realidad es una e inmutable.

LA ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA, rica y compleja, se inspira en las doctrinas pitagóricas y en el orfismo y, presentada mediante mitos, ha influido extraordinariamente en la cultura occidental, sobre todo a través del cristianismo. Las intenciones que tenía nuestro filósofo al presentar su teoría sobre el alma eran tanto éticas –mostrar la necesidad de controlar las tendencias instintivas del cuerpo– como gnoseológicas (justificar la posibilidad del conocimiento de las Ideas).

CONCEPCIÓN DUALISTA DEL HOMBRE: Si el dualismo es el núcleo esencial de su metafísica al diferenciar dos tipos de realidad –el mundo de las ideas y el mundo sensible–, CON ESE DUALISMO GENERAL SE CORRESPONDE SU DUALISMO ANTROPOLÓGICO. En efecto, mantiene que el ser humano está formado por dos elementos muy diferentes, cuerpo y alma, y que el alma es una entidad no material que puede existir separada del cuerpo. De esta forma, el hombre es semejante a los dos mundos, pues mientras el alma racional se relaciona con el mundo de las ideas, el cuerpo pertenece al mundo material. Y la superioridad del Mundo de las Ideas sobre el de las cosas se traduce en su antropología en una prioridad absoluta del alma sobre el cuerpo, hasta el punto de afirmar que «el hombre es su alma».

EL CUERPO: a) es material y pertenece al mundo sensible. b) Su destino, por tanto, es perecer. c) Platón no tiene muy buena opinión de él y así dice que es la “tumba” y “cárcel” del alma; mientras tenemos cuerpo estamos muertos porque somos fundamentalmente nuestra alma. d) Supone un lastre negativo, pues genera necesidades, deseos y pasiones… que obstaculizan al alma de su meta: la búsqueda de la verdad y la contemplación de las ideas; e) de ese lastre que es el cuerpo, el alma tiene que purificarse y liberarse a través de la virtud y del conocimiento; f) no debe extrañar, por tanto, que Platón estuviera convencido de que la muerte corporal no perjudica al alma, sino que inaugura la auténtica vida, pues «morir es lo mejor que le puede pasar al filósofo» y de que la filosofía sea una «preparación para la muerte».

Respecto al ALMA, Platón recoge ideas del pitagorismo:

a) Constituye la esencia del hombre, el propio y verdadero ser de cada uno, pues no somos sino un alma que hace uso de un cuerpo; b) Es afín a las ideas, y es, como ellas, inmaterial, simple e inmortal y obtuvo sus conocimientos mientras estuvo en contacto con las Ideas, en su primera existencia (Fedro,). c) La unión del alma con el cuerpo es una unión accidental; es decir, una unión precaria, frágil, transitoria e incluso antinatural (ejemplo del piloto y la nave; el jinete y el caballo), ya que el lugar propio del alma es el mundo de las ideas, pues procede y pertenece a ese mundo. d) Mientras permanece unida al cuerpo, su tarea fundamental es purificarse, prepararse para la contemplación de las ideas. La purificación coincide con el proceso de ascensión desde el mundo sensible hasta el inteligible. Cabe preguntarse de dónde vienen esas impurezas. En las obras platónicas más dualistas (el Fedón) responde que las impurezas vienen del cuerpo, que trata de imponerse al alma impidiéndole el conocimiento intelectual. El alma ha de oponerse al cuerpo y a sus demandas, y en eso consiste la auténtica sabiduría y la suprema obligación moral del hombre. e) La función específica del alma es el conocimiento racional.

LAS TRES PARTES DEL ALMA: En sus obras maduras (La República, Fedro) adopta una concepción más compleja y, en una terminología poco rigurosa, habla unas veces de tres almas y otras de tres partes del alma. Y expone su antropología a través de un bello mito, EL MITO DEL CARRO ALADO: El alma es como un carro alado del que tiran dos briosos corceles conducidos por un auriga; los dos caballos de los dioses son igualmente buenos, pero los caballos de las almas humanas pertenecen a razas distintas: uno es bueno –el blanco– y el otro malo –el negro–, por lo que es difícil conducirlos. El caballo negro puede con el blanco y da en tierra con coche y auriga. Como consecuencia de la caída, el alma desciende a este mundo y se une a nuestro cuerpo.

Pues bien, las “tres” partes del alma son:

a) Alma racional (nous, logos): de naturaleza divina, situada en el cerebro, es inmortal; su actividad consiste en el puro pensar y en la contemplación de las Ideas. Es el auriga, del mito del carro alado, y le corresponde controlar el apetito.

b) Alma irascible (thymós): el ánimo, fuente de pasiones nobles, es el valor, el coraje o fuerza, que a veces cede a las exigencias del apetito, pero que debe convertirse en aliado de la razón en la tarea de someter y controlar las demandas del apetito. Situada en el pecho y, por tanto, mortal. Corresponde al caballo blanco.

c) Alma concupiscible o apetitiva (epithymía), el apetito: fuente de pasiones innobles; en ella residen los deseos irracionales y la búsqueda de los placeres que se oponen a la razón. Situada en el vientre y también mortal. Está representada por el caballo negro; malo, feo y difícil de guiar.

La inmortalidad del alma fue una de sus doctrinas más importantes, aunque los argumentos que expone para su demostración los consideraba solo probables y de un alcance relativo:

  • Argumento 1: La anámnesis: Como el alma recuerda las Ideas tenidas anteriormente y tiene muchas ideas no adquiridas por la experiencia, esto supone que, antes de unirse al cuerpo, tuvo una preexistencia diferente. Lo natural, por tanto, es que pase de la existencia terrena al Mundo de las Ideas (Fedón, 72).
  • Argumento 2: La simplicidad. Solo se corrompe lo que está compuesto de partes; como el alma conoce las Ideas porque se identifica con ellas –que son simples–, hay que deducir que también el alma es simple. Y si lo que es simple no puede corromperse, podemos deducir su inmortalidad (la República, 608).
  • Argumento 3: El principio de movimiento. Alma significa vida, es decir, principio de movimiento. Pero no se trata de un movimiento que procede de fuera, sino de sí misma, de su propia naturaleza. Esto significa que por sí misma siempre estará en movimiento, siempre tendrá vida, y que es inmortal (Las Leyes).

b) La transmigración y el destino del alma: Platón dedicó alguno de sus mitos más bellos al destino del alma (el mito del carro alado (Fedro), los mitos del juicio final, en el Fedón y la República; afirma que las almas salen de las manos del Demiurgo, todas iguales y eternas, y después se encarnan en cuerpos materiales concretos. Se trata de la primera encarnación.

En el «mito de Er» (República), Platón establece una jerarquía de valores a escoger para las sucesivas transmigraciones, eligiendo uno u otro personaje según el grado de virtud que desee: desde el 1º, Filósofo, hasta el penúltimo, Sofista o demagogo, y el último, tirano. Presenta el destino como resultado de la decisión personal, y no como una imposición fatalista de los dioses.

ÉTICA: Con Platón, el sentido de virtud da un giro respecto a los sofistas, pues lo que interesa sobre todo no es el éxito “mundano” sino, por decirlo así, el éxito para el alma. Y así el término virtud tiene en nuestro filósofo tres sentidos (que no son excluyentes):

  1. Virtud como “sabiduría”: Al igual que en Sócrates, aparece también la identificación de la Virtud con el saber superior, es decir, con el conocimiento de las ideas (Bien, Justicia, Piedad, Valor, Piedad,…). La diferencia está en que ahora el bien, la justicia y la felicidad son entidades que existen por sí mismas. Intenta así Platón superar el relativismo moral de los sofistas, pues estaba convencido de que existe lo Justo-en-sí, y que no depende de culturas ni tradiciones o sociedades. Y considera que solo puede obrar bien quien sabe o conoce lo que es el bien.
  2. Como “purificación” y “liberación” del alma respecto del cuerpo: es un concepto de virtud cargado de resonancias pitagóricas; en efecto, al considerar el alma como inmortal y que se encuentra encerrada en el cuerpo mortal, en diálogos como el Fedón y el Fedro, el hombre virtuoso es aquel que purifica su alma de las pasiones y se libera cada vez más de la esclavitud del cuerpo para poder acceder al Mundo de las Ideas. Para Platón, esta liberación tendría por objeto último que el alma, enteramente libre, y sin necesidad de reencarnarse en otro cuerpo, pudiera contemplar las Ideas.
  3. Como “justicia”. En la República habla de la justicia como la virtud fundamental, que consiste en «el acuerdo de las tres partes del alma, como si fueran los tres términos de una armonía [musical]». Platón sostiene que el alma tiene tres funciones, tres “partes” distintas: concupiscible, irascible y racional. Pues bien, a cada una de ellas le corresponde una virtud particular que la perfecciona. Tenemos así:
    • Sabiduría o Prudencia: es la virtud que capacita para elegir en cada caso la acción más adecuada. Se relaciona con la razón o parte racional del alma; en el mito del carro alado sería el auriga, responsable de la conducción, y es la virtud a desarrollar por los gobernantes, que son los auténticos filósofos.
    • Fortaleza: o valor, es la virtud que permite acometer acciones difíciles y soportar el esfuerzo o exponerse al peligro en la medida conveniente. Se relaciona con el ánimo o parte irascible. En el mito del carro alado es simbolizado por el caballo blanco, noble, y es la virtud que corresponde a los guerreros auxiliares de la polis.
    • Templanza o moderación: es la virtud que regula la tendencia hacia el placer sensible. Se relaciona con los deseos o apetitos, que es la parte concupiscible del alma. Es la virtud propia del alma concupiscible y en el mito citado es simbolizada por el caballo negro.

En resumen: la justicia (armonía) se produce en el alma cuando «cada parte hace lo que le es propio». En concreto, se trata de que la parte racional sea prudente (virtud propia de los gobernantes) para guiar a la parte irascible, cuya virtud propia es la fortaleza o el valor; y ambas conjuntamente puedan controlar a la parte apetitiva, cuya virtud fundamental es la templanza (propia de los artesanos). Por tanto, la justicia política es que cada clase social cumpla con su función, y entonces resulta la armonía, el buen funcionamiento de la polis.

Pero conviene señalar que no todos los hombres son iguales por naturaleza, y por esa razón no todos tienen las mismas capacidades. Platón habla de hombres de oro, de plata y de bronce. Algunos pueden conseguir todas las virtudes, pero otros, no. Unos se contentarán con la templanza, otros añadirán la fortaleza. Solo algunos –los verdaderos filósofos–, “los hombres de oro”, aspirarán a la virtud perfecta.

POLÍTICA.- Ningún griego podía desentenderse de la vida política y menos que nadie el joven aristócrata Platón, máxime cuando su vida filosófica estuvo determinada por un acontecimiento político: la condena y muerte de Sócrates, “el amigo de los dioses, el mejor y más sabio de los hombres”. La obra de Platón tiene una intención política: la constitución y gobierno de la ciudad, es decir, de sus élites dirigentes, una élite intelectual y moral que podrá reformar la ciudad.

En su obra La República, que es el primer tratado de filosofía política, reflexiona sobre la justicia y diseña la primera utopía política al dibujar una sociedad ideal donde concibe el Estado como una ampliación de nuestra alma.

ORIGEN DE LA CIUDAD Y DE LAS CLASES SOCIALES. Toda polis nace como respuesta a las necesidades humanas (ningún hombre es autosuficiente) y, existiendo tres clases de necesidades, la ciudad estará formada por tres clases sociales que tienen un paralelismo con las tres clases de alma y a cada una le asigna una función específica y una virtud propia.

a) Las necesidades materiales (comida, vestido…) son cubiertas por los productores (campesinos, artesanos y comerciantes) que, con su trabajo, proporcionan esos bienes y servicios; son los encargados de administrar los bienes materiales (no deben ser ni abundantes ni escasos) y en esta clase predomina el aspecto concupiscible del alma, que es buena cuando prevalece la virtud de la templanza.

b) La necesidad de custodia y defensa corre a cargo de los guerreros-auxiliares, cuya misión es defender a la ciudad tanto de los peligros exteriores como de los problemas internos. En ella prevalece el alma irascible y la imagen ideal es la de un hombre (o mujer) valiente y moderado: domina su carácter, obedece a los gobernantes… y la virtud propia es la fortaleza.

c) Necesidad de un gobierno del Estado, de unos gobernantes que son los dirigentes de la vida política; seleccionados de entre los mejores de los guardianes, son sometidos a formación específica especial que culmina con el estudio de la dialéctica –ciencia superior– que consiste en el conocimiento de las ideas supremas: el Bien, la Justicia, la belleza…; deben amar a la polis por encima de todo y gobernar en su provecho, no en el propio. En ellos predomina el alma racional y la virtud específica es la sabiduría. Por tanto, el criterio para ser gobernante no es la riqueza o la herencia, sino la sabiduría y la bondad. Platón, con su tesis del filósofo rey, pensaba que los asuntos políticos no se solucionarían hasta que gobernasen los auténticos filósofos o hasta que los reyes se convirtiesen a la filosofía. Solo así puede constituirse la ciudad perfecta, es decir, el Estado fundamentado sobre el valor supremo de la justicia y el bien.

La JUSTICIA es la armonía de esas virtudes cuando cada ciudadano y cada clase hacen lo que por naturaleza y por ley les corresponde.

En la última parte de La República hace un de los distintos regímenes políticos, que son los siguientes:

  1. Aristocracia: es el “gobierno de los mejoresintelectual y moralmente por su educación y altruismo, –sin que importe demasiado que sea ejercido por uno solo o por unos hombres superiores– los que dominan el Estado. Esta inteligencia generosa gobierna con sabiduría y permite establecer el equilibrio entre las clases sociales. A partir de este régimen superior o más perfecto, los otros manifiestan una inevitable decadencia.
  2. Timocracia: es el gobierno de los militares que ambicionan honores y riquezas; y es una forma de gobierno negativa porque en ella predomina lo pasional sobre lo racional (los militares han sido educados para desarrollar como virtud fundamental la fortaleza) y no conseguirían una auténtica justicia –sus representantes oprimen a las clases inferiores–, pues ejercen el poder en razón de la fuerza en vez de usar la fuerza de la razón.
  3. Oligarquía: es el “gobierno en el que mandan los ricos sin que el pobre tenga acceso al poder”. Este sistema político genera un tipo de “hombre sórdido” que busca el beneficio propio, el enriquecimiento de ese grupo privilegiado y que olvida el único tesoro político: la educación y la solidaridad. El deseo insaciable de riqueza corrompe a los ciudadanos y al régimen entero, brotando así la
  4. Democracia: “que nace al vencer los pobres” y extender el poder, por elecciones, a todos”; es, pues, el gobierno del pueblo. La ciudad se llenará de libertad y este régimen, “en el que hay tantas posibilidades, puede parecer el más hermoso”. Pero como los oligarcas negaron la verdadera educación al pueblo, este goce de libertad y este imperio de los deseos va corrompiendo la democracia, produciendo un caos social del que derivan muchas injusticias y preparando otro régimen más violento: la
  5. Tiranía: cuando la sociedad se encuentra en una situación caótica –“el exceso de libertad… termina en exceso de esclavitud”– surge el tirano, una persona feroz y sin escrúpulos que, aprovechándose de esa situación, se alza con todo el poder. Para Platón, se trata de la peor de las formas posibles de gobierno porque el tirano, emborrachado de poder, prescinde de la ley; es un régimen de terror, es la esclavitud entre esclavos.

LA EDUCACIÓN DE LOS GOBERNANTES: el estado platónico es una institución educativa cuya finalidad es promover la virtud y la justicia y donde el bien del individuo se subordina al bien social, al Estado. Propone para los guardianes y gobernantes una educación física, moral e intelectual que comienza con la gimnasia, música y matemáticas (guerreros); y entre los mejores de los guerreros se seleccionan los gobernantes, que han de estudiar la ciencia suprema: dialéctica: conocimiento del Bien, la Justicia, la Verdad…

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