I. San Agustín (354 – 430)
1. Relación entre Fe y Razón
La razón, por sí sola, no basta para alcanzar la verdad, pues por naturaleza es limitada, débil e imperfecta. La razón ha de someterse a la fe.
2. Teoría del Conocimiento
Adaptación de Platón al cristianismo. El hombre no debe buscar la verdad en lo exterior, en lo sensible, porque lo sensible es demasiado inestable. Solo en la interioridad del alma el sabio encontrará la sabiduría. Allí encuentra el camino hacia las ideas, realidades inmutables y eternas, objetos verdaderos de la ciencia, que habitan en la inteligencia divina. Agustín distingue tres tipos de ideas:
- Lógicas y metafísicas (verdad, falsedad, esencia…).
- Ideas matemáticas (números, figuras).
- Ideas éticas (virtud, orden, paz).
3. La Historia
Las dos ciudades es una obra de San Agustín en la que, por primera vez, se lleva a cabo una filosofía de la historia. A partir de 410 —toma de Roma por Alarico— los paganos acusan al cristianismo de ser el responsable de la ruina del imperio: se retiran de los asuntos públicos y son pacifistas potenciales. Los mismos cristianos se sienten abrumados: si Roma se hundía, ¿arrastraría consigo a la Iglesia? San Agustín toma partido e infunde ánimos. Entre 413 y 426 escribe una obra que explica el sentido de la historia, desde la creación del mundo hasta el Juicio Final. Historia lineal y no circular (contra la concepción griega y estoica). San Agustín divide la historia en seis edades, correspondientes a los seis días bíblicos de la creación del mundo. La tesis es que, desde la venida de Cristo, se vive en la última edad, pero la duración de esta solo Dios la conoce. No hay por qué pensar que se acerca el fin del mundo. El Imperio romano no es nada definitivo: su fin no significa ni el fin de la Iglesia ni el fin del mundo. Roma se tambalea no por culpa de los cristianos, sino por las miserias del paganismo. La caída de Roma es un episodio más de la lucha que mantienen en la tierra las dos ciudades: la ciudad celestial y la ciudad terrena.
II. Santo Tomás de Aquino (1225-1273)
A través de los árabes se despertó en Occidente la curiosidad por el aristotelismo. En el siglo XII se traducen directamente del griego al latín las obras de Aristóteles y también las obras y comentarios de los filósofos árabes. En el siglo XIII, Aristóteles se pone de moda y abundan sus traducciones y comentarios. Tomás de Aquino intentó asimilarlo y construir un sistema que armonizara cristianismo y aristotelismo. Sus obras más importantes son Suma contra los gentiles y Suma teológica (inacabada).
1. Relación entre Razón y Fe
La razón natural se debe poner al «servicio de la fe». La filosofía es la sierva de la teología.
2. Adaptación del Aristotelismo al Cristianismo
Tomás de Aquino adopta los principios del aristotelismo: las teorías de la substancia y accidentes, de la materia y la forma, de la potencia y el acto, de las cuatro causas… Pero no acepta el aristotelismo en su integridad porque contiene elementos anticristianos, como la afirmación de la eternidad del mundo o la no inmortalidad del alma.
3. Las Cinco Vías de Santo Tomás o Pruebas a Posteriori de la Existencia de Dios
Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino piensa que todo conocimiento humano comienza por los sentidos. Por ello, la demostración de la existencia de Dios solo puede hacerse a partir de las criaturas («de abajo arriba»). Su demostración es a posteriori. Además, es necesario hacer esta demostración, ya que la existencia de Dios no es una verdad de evidencia inmediata —para el ser humano— como pretendía Anselmo de Canterbury en su famoso «argumento ontológico», una demostración a priori. Tomás de Aquino acepta la famosa prueba aristotélica sobre la existencia de un «motor inmóvil» del Universo, añadiendo otras cuatro. Propone, así, cinco «vías» que poseen un idéntico esquema y que solo difieren por su punto de partida. El punto de llegada es siempre el mismo —Dios—, pero considerado de un modo diferente (como «motor inmóvil», como ser «Infinitamente perfecto», etc.).
Esquema de las Vías
Punto de partida: Un hecho de experiencia (interpretado metafísicamente). Por ejemplo, el movimiento en el mundo.
Recorrido:
- Todo lo que sucede tiene necesariamente una causa. Se utiliza aquí uno de los principios filosóficos más utilizados y discutidos más tarde, el principio de causalidad: «Todo lo que se mueve, es movido por otro» (Aristóteles).
- Tiene que haber una primera causa. No es posible, en efecto, recurrir a una serie infinita de causas subordinadas entre sí, de tal manera que cada una no haga sino transmitir, por ejemplo, el movimiento. Tal serie no explicaría el movimiento, ya que solo constaría de transmisores o «intermediarios». Debe haber, por tanto, una causa primera del movimiento. Y esa causa debe estar, evidentemente, fuera de la serie causal, es decir, no ser a su vez causada (porque, entonces, ya no sería la causa «primera») y ser inmóvil (puesto que si se moviera, sería movida por otro).
Término: Esa causa primera es Dios. Luego Dios existe. Y Tomás presupone que la causa primera es el Dios de la revelación cristiana.
4. El Ser Humano
En general, Tomás adopta la concepción aristotélica del ser humano, pero introduciendo importantes modificaciones para ponerla de acuerdo con la doctrina católica, como, por ejemplo, que el alma puede subsistir separada del cuerpo.