Tomás de Aquino es el autor más relevante de la filosofía medieval, con una gran influencia, especialmente en la filosofía aristotélica. Para Aquino, el hombre tiene una finalidad beatífica en Dios, más allá de lo puramente racional. El anhelo intelectual del ser humano se transforma en amor a Dios como creador.
El destino del ser humano está marcado por el alma incorruptible e inmortal, que será sometida a juicio final y a una valoración ética.
Hume
Hume establece una visión antropocéntrica, utilizando el método introspectivo y experimental para investigar el origen del conocimiento. Cuestiona los presupuestos teológicos, argumentando que el alma no puede ser probada y es simplemente una imagen pictórica para referirse a la grandeza del ser humano. Hume sitúa al hombre como parte integral de la naturaleza, alejándolo de cualquier noción de divinidad.
Desde una perspectiva empirista, Hume explica al ser humano a partir del estudio de su naturaleza y sus fuentes de conocimiento. Para Hume, la observación, la deducción y la causalidad son herramientas esenciales para comprender esta realidad. La razón es vista como un instrumento de nuestra tendencia vital, influenciada por nuestros deseos y pasiones.
Rousseau
Jean-Jacques Rousseau, con su doctrina, justifica la soberanía del pueblo y el liberalismo individualista. En su obra *El contrato social*, sostiene que el hombre es libre y bueno por naturaleza cuando vive aislado, pero se degenera y pervierte al unirse en sociedad, dando lugar al egoísmo y la competencia mutua, que lo corrompen. El Estado social debe mitigar estas consecuencias a través de un contrato social que respete las condiciones inalienables del hombre.
En este pacto, los ciudadanos deben someterse al soberano, aunque la soberanía reside en el pueblo, primando la voluntad de la mayoría. Su pensamiento influyó en la superación del modelo absolutista y fue uno de los pilares básicos del liberalismo democrático.
Hobbes
Thomas Hobbes, filósofo inglés, justifica con su teoría el origen de la sociedad y el absolutismo. Para Hobbes, el estado de naturaleza es aquel en el que el hombre se vuelve perverso y prima su interés personal. El hombre es un lobo para el hombre. Estas situaciones son precarias, y por eso los individuos se agrupan para someterse a una autoridad que los proteja. Así surge el contrato de comunidad, en el que renuncian a sus derechos de manera irrevocable y se proponen crear un estado, una institución indispensable.
Locke
John Locke propone el estado de naturaleza en el que se gozaba de ciertos derechos, lo que hizo necesaria la formación del estado, igual ante la ley, en el que el rey está controlado.
Tomás de Aquino es el autor más relevante de la filosofía medieval, con una gran influencia, especialmente en la filosofía aristotélica. Para Aquino, el hombre tiene una finalidad beatífica en Dios, más allá de lo puramente racional. El anhelo intelectual del ser humano se transforma en amor a Dios como creador.
El destino del ser humano está marcado por el alma incorruptible e inmortal, que será sometida a juicio final y a una valoración ética.
Hume
Hume establece una visión antropocéntrica, utilizando el método introspectivo y experimental para investigar el origen del conocimiento. Cuestiona los presupuestos teológicos, argumentando que el alma no puede ser probada y es simplemente una imagen pictórica para referirse a la grandeza del ser humano. Hume sitúa al hombre como parte integral de la naturaleza, alejándolo de cualquier noción de divinidad.
Desde una perspectiva empirista, Hume explica al ser humano a partir del estudio de su naturaleza y sus fuentes de conocimiento. Para Hume, la observación, la deducción y la causalidad son herramientas esenciales para comprender esta realidad. La razón es vista como un instrumento de nuestra tendencia vital, influenciada por nuestros deseos y pasiones.
Rousseau
Jean-Jacques Rousseau, con su doctrina, justifica la soberanía del pueblo y el liberalismo individualista. En su obra *El contrato social*, sostiene que el hombre es libre y bueno por naturaleza cuando vive aislado, pero se degenera y pervierte al unirse en sociedad, dando lugar al egoísmo y la competencia mutua, que lo corrompen. El Estado social debe mitigar estas consecuencias a través de un contrato social que respete las condiciones inalienables del hombre.
En este pacto, los ciudadanos deben someterse al soberano, aunque la soberanía reside en el pueblo, primando la voluntad de la mayoría. Su pensamiento influyó en la superación del modelo absolutista y fue uno de los pilares básicos del liberalismo democrático.
Hobbes
Thomas Hobbes, filósofo inglés, justifica con su teoría el origen de la sociedad y el absolutismo. Para Hobbes, el estado de naturaleza es aquel en el que el hombre se vuelve perverso y prima su interés personal. El hombre es un lobo para el hombre. Estas situaciones son precarias, y por eso los individuos se agrupan para someterse a una autoridad que los proteja. Así surge el contrato de comunidad, en el que renuncian a sus derechos de manera irrevocable y se proponen crear un estado, una institución indispensable.
Locke
John Locke propone el estado de naturaleza en el que se gozaba de ciertos derechos, lo que hizo necesaria la formación del estado, igual ante la ley, en el que el rey está controlado.