Sócrates: Pensamiento y Filosofía del Derecho
El pensamiento de Sócrates, al igual que el de los sofistas, marca la transición de un enfoque cosmológico a uno antropológico, donde el ser humano adquiere mayor relevancia. Sin embargo, Sócrates se distancia del relativismo sofista.
La Filosofía Socrática
Sócrates parte del subjetivismo introducido por los sofistas y, a partir de él, desarrolla un nuevo orden vinculante con dos vertientes:
- Vertiente interior o subjetiva: Se centra en el interior del sujeto, específicamente en el alma (entendida como ‘razón’, no en el sentido cristiano). Un sujeto es libre si logra que la razón prevalezca sobre las pasiones e instintos. (Nota: Este dominio no se refiere a la moralidad, sino a los instintos ‘animales’. Para Sócrates, la moralidad siempre se sigue, como se explica a continuación).
- Vertiente exterior: Busca deducir una verdad objetiva, indubitable (superando el relativismo). Esto lo lleva a concentrarse en la determinación de los contenidos morales: establecer qué es justo, bueno, piadoso, etc. Este esquema de virtudes será desarrollado posteriormente por Aristóteles.
Para Sócrates, no existe diferencia entre razón teórica (verdad) y razón práctica (moralidad): verdad y moralidad son equivalentes, ya que «sólo un loco podría querer hacer el mal teniendo conocimiento del bien». Si el hombre conoce lo que es bueno, actuará en consecuencia.
La Filosofía del Derecho Socrática
Sócrates define la ley como «la determinación escrita de lo que, por acuerdo de los ciudadanos, debe hacerse u omitirse». La ley, por tanto, se establece a través de un proceso democrático.
Además, la ley se identifica con el Derecho, con lo justo. La justicia equivale a la legalidad: todas las leyes son justas y, por ende, válidas. Esto no impide que puedan surgir problemas de injusticia.
Es posible un conflicto entre Derecho Positivo y Derecho Positivo (ley-sentencia): la aplicación de la ley es injusta porque los magistrados la tergiversan (pero la ley en sí misma sigue siendo justa). En este caso, Sócrates enfatiza la protección del orden jurídico y la integridad del sistema. Por ello, ante la sentencia injusta de los Treinta Tiranos que lo condena a muerte, decide acatarla para preservar el sistema jurídico. Distinto sería si el mandato de los Treinta Tiranos no estuviera amparado por la ley: en ese caso, sería legítimo incumplirlo, al no ser un mandato legal ni, por tanto, justo.
También es posible un conflicto entre Derecho Positivo y Derecho Natural, una ley que contraviene los mandatos del orden natural (una ley natural). Esto se denomina injusticia extrema, pero Sócrates no lo aborda en detalle.
Platón: Ideas, Política y Derecho
Platón, discípulo de Sócrates, profundiza en las ideas de su maestro, añadiendo aportaciones propias.
La Filosofía Platónica
Las tesis de Platón se articulan en torno a la teoría de las ideas, desarrollada a partir del interés socrático por la verdad objetiva. Platón postula la existencia de dos mundos:
- El mundo de las ideas: Un mundo apriorístico que contiene un saber inmutable y permanente. Las ideas poseen tres características:
- Proporcionan un conocimiento objetivo de validez general estricta. Son válidas en todo caso, independientemente de la experiencia particular.
- Posibilitan un conocimiento objetivo de absoluta certeza y seguridad. El conocimiento de las ideas es el conocimiento verdadero (a diferencia del conocimiento empírico, que es mutable).
- Son verdades racionales eternas. No cambian por decisiones volitivas (ni humanas ni divinas). La idea de lo ‘justo’ es inmutable, incluso para la divinidad; está predeterminada.
- El mundo sensible: Compuesto por las cosas singulares, que participan o imitan a las ideas, pero no son las ideas en sí mismas. A través de las cosas singulares se obtiene cierto conocimiento, pero este está influenciado por las percepciones y los sentidos, siendo susceptible al cambio.
Sobre esta base, Platón fundamenta el resto de sus tesis. También distingue entre doxa (opinión), conocimiento a través de los fenómenos del mundo sensible (promovido por los sofistas), y episteme (ciencia), conocimiento científico derivado del mundo de las ideas, la verdad objetiva.
Teoría Política
Para Platón, el Estado se fundamenta en la división del trabajo. Cada individuo está mejor dotado para una función específica:
- Trabajadores: Proveer sustento económico.
- Guerreros: Brindar protección.
- Gobernantes: Dirigir a las demás personas.
Dado que cada uno está mejor cualificado para una función, lo justo es que cada uno realice aquello que le corresponde por naturaleza («dar a cada uno lo suyo»). Esta es una concepción organicista de la realidad política (cada parte tiene su función y juntas forman el colectivo). Esto conduce a una concepción autoritaria y determinista del sistema político: solo algunas personas están capacitadas para gobernar.
Respecto a la función de los gobernantes, Platón sostiene que deben ser aquellos capaces de acceder a la verdad objetiva, a las ideas. Solo los filósofos pueden acceder y comprender el mundo de las ideas, siendo los únicos aptos para participar en la formación de la voluntad del Estado. El resto de la población debe someterse a los dictados de los gobernantes, más sabios que ellos.
Los filósofos, al haber logrado que la razón prevalezca sobre sus instintos animales (siguiendo las ideas de Sócrates), son más sabios. Las demás clases, al no alcanzar este nivel de autocontrol, toman decisiones subóptimas y, por tanto, necesitan ser gobernadas.
Teoría Jurídica
Derecho Natural Ideal
La existencia del mundo de las ideas implica la existencia de un Derecho Natural ideal. Existen principios y concepciones inmutables y permanentes sobre lo justo, bueno, piadoso, valiente, etc. Esta es la verdad objetiva (no sujeta a interpretaciones ni relativismos; las ideas son universales).
Lo ‘ideal’ es, además, inmutable. No cambia por decisión divina: Dios no puede alterar la concepción de lo justo, ya que las ideas están predeterminadas.
El mundo de las ideas (y, por consiguiente, el Derecho Natural ideal) solo es accesible a los filósofos.
La Ley
La ley surge de la razón verdadera y recta, se plasma por escrito y es sancionada por el legislador. No hay contradicción entre ley y moral (la ley debe reflejar el mundo de las ideas). La ciudadanía la acepta (cada uno realiza su función) y se convierte en norma común del Estado.
La ley de la ciudad es norma sagrada de la razón y se impone a los ciudadanos para guiar su conducta y regular las relaciones entre Estados. Las finalidades de las leyes son:
- Procurar la paz y la convivencia social, tanto dentro de la ciudad como entre Estados.
- Ser generales: se aplican a todos los miembros de la ciudad.
- No se crean para satisfacer el interés de los gobernantes, sino para el bien de los gobernados. Dado que los gobernados no pueden imponer su razón a sus instintos, se establecen leyes que definan su actuar. Platón incluso admite el uso de la coacción (mentiras, engaños) para lograr el cumplimiento de las leyes (si no lo hacen por convicción), ya que «es por su bien» (aproximación paternalista).
- Tener como fin el reinado de la justicia (entendida como que cada uno haga lo que le es propio/dar a cada uno lo suyo).