Perspectivas Filosóficas sobre la Vida: Materialismo, Dualismo e Hilemorfismo

Monismo Materialista

Según la perspectiva del Monismo Materialista, que tuvo su auge en la segunda mitad del siglo XIX, los seres vivos son iguales a los no vivientes. Para Demócrito, todo es materia con una evolución gradual. Para Descartes, hay diferencias entre los seres vivos según cómo se ordenen y acomoden las partículas. Para él, el ser humano es perfecto, ya que solo fue creado por alguien tan perfecto como Dios. Al ser el animal más evolucionado, no merece un trato diferencial, y no todos merecerían existir, solo los que están más desarrollados, quienes poseen habilidades para la supervivencia. Para Marx, el materialismo es la única y más perfecta idea del hombre. Lo que importaba era la totalidad del Estado; si este tiene que perder personas en el camino para que triunfe, no importaba.

Dualismo

Para el Dualismo, el ser humano es diferente a todo lo que existe porque es portador de un espíritu, el cual se encuentra encerrado en la materia. El hombre antiguo veía que el bebé, al nacer, gritaba, y en ese momento era cuando ingresaba el espíritu. Este va a vivir para perfeccionar el alma mediante la purificación y el perfeccionamiento del espíritu, y al morir, si su vida fue perfecta, pasa a un estado ideal; si no, transmigra y vuelve a reencarnar en otro ser superior o inferior hasta alcanzarlo. Así era el pensamiento de Pitágoras. El cristianismo encontró similitudes con esta posición, ya que la persona era considerada por el valor del alma. Esto fue un error al tener un desprecio por lo corporal, porque si bien el alma es lo más importante, Jesús resucita con cuerpo. La crítica a esto es que, llevado al extremo, se considera que no es importante proteger al cuerpo, haciendo apología de la eutanasia y el suicidio que terminan con el cuerpo pero liberan al alma. Solo se va a proteger al alma y se va a menospreciar lo corporal. En el siglo XVII, Descartes retoma el dualismo en la modernidad; piensa que el cuerpo es una máquina que encierra el espíritu, y decía que el cuerpo eran todos los seres materiales.

Hilemorfismo

El Hilemorfismo (materia + forma), ideado por Aristóteles, comienza estudiando el dualismo hasta que entra en crisis, porque el problema empieza con el viviente más simple, no con el hombre, con la capacidad de crecimiento y de reproducción. Considera que el ser vivo es diferente y superior al no vivo; no hay evolución lineal de complejidad, sino un salto entre ambas materias.

La Inmanencia en los Seres Vivos

El viviente posee inmanencia: cohesión que conforma el individuo en sí mismo, unidad dividida del resto pero indivisa en sí. Si no puede conservar su unidad, no puede subsistir. El hombre mutilado tiene una pérdida que modifica la perfección de su vitalidad (debe estar completo, con cada una de sus partes, ya que son importantes y cada vida es valiosa).

La unión entre el alma y el cuerpo es tan profunda que la muerte se torna un problema: un individuo predeterminado a proteger la propia vida. Cuando muere, la materia es la misma, pero el principio vital no la puede sostener y no trabaja la inmanencia. Se transforma en interioridad con la progresión de las especies, que va más allá de la libertad física o de movimiento.

Características de los Seres Vivos

Las actividades de todo ser viviente son:

  • Desarrollo: Todos los seres vivos tienen una posibilidad de crecimiento físico y material. El ser humano no tiene límites de desarrollo espiritual, salvo una incapacidad psíquica.
  • Espontaneidad y autonomía: El ser vivo va hacia donde él quiere, dirige la propia acción. Si no hay libertad física, se manifiesta en el pensamiento (en los vegetales se percibe un atisbo de espontaneidad cuando buscan la luz solar).
  • Capacidad reproductiva: Desde los más simples hasta los más superiores.
  • Capacidad regenerativa: De autorrestauración.
  • Mortalidad: Cumple el ciclo y se termina.

Grados de Vida según Aristóteles

Aristóteles distingue distintos grados de vida:

  • Vegetativa: Son seres cuyas funciones son las más básicas: crecer, alimentarse, reproducirse y morir.
  • Sensitiva: Aparecen los sentidos que conectan al ser con el mundo animal, que persigue objetivos de tipo vital.
  • Racional: Cuando aparece la capacidad simbólica, no depender de la materia, sino captar sonidos que representan una idea en el receptor.

Conclusiones sobre la Valoración de la Vida

Las conclusiones son:

  • Valoración de todas las formas de vida: Todas las formas de vida son importantes.
  • Jerarquización de lo viviente: Algunas vidas se deben proteger más que otras, siempre evitando la parcialización y el extremismo. En caso de conflicto, hay que proteger al más valioso.
  • Cuidado de la vida desde el principio hasta el final.

La Inmortalidad del Espíritu

Aristóteles no aclara; al principio cree que la muerte no afecta la posibilidad de vida espiritual. Santo Tomás propone una solución: si el alma realiza actividades espirituales y esta no está sujeta a la materia, sino que la trasciende, entonces la muerte solo alcanza a la parte material del hombre; la parte espiritual no puede morir. Sin embargo, esa alma está incompleta y en pena, esperando reencontrarse con su cuerpo, porque si no, no somos del todo hombre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *