El Perspectivismo de Ortega y Gasset: Una Crítica al Idealismo y Realismo
El perspectivismo, o raciovitalismo, de Ortega y Gasset es una expresión de su crítica al idealismo (o racionalismo), una tarea crucial de su tiempo. Para Ortega, estar «a la altura de los tiempos» significa superar la modernidad, cuyo principio reside en la subjetividad (el yo cartesiano, el sujeto pensante). La filosofía que gestó esta idea es el racionalismo y el idealismo.
Idealismo vs. Realismo
El idealismo (donde la realidad radical es el sujeto, activo constructor de la realidad, inseparable de la conciencia que conoce) se opone al realismo (la realidad radical son las cosas, el sujeto es pasivo, el mundo es independiente del sujeto). Sin embargo, Ortega argumenta que ambos se equivocan. La realidad radical no es ni el sujeto ni las cosas, sino la interdependencia del yo con las cosas, es decir, LA VIDA. Yo soy yo y mis circunstancias. El yo es siempre un yo en un mundo, y el mundo es mundo solo en su relación esencial con mi subjetividad.
Son dos caras de una misma moneda que se necesitan mutuamente.
El Concepto de Vida
El concepto de VIDA (influenciado por Nietzsche) representa para Ortega una superación tanto del idealismo como del realismo. Vida es un concepto «humilde», lo que nos pasa. Es la verdad radical porque en ella se dan nuestras verdades y nuestras cosas (epistemología, ontología). Vida es saberse, estar en el mundo, en las circunstancias, es libertad y fatalidad, es futurición (temporalidad).
Verdad y Perspectiva
En Verdad y perspectiva y El tema de nuestro tiempo, Ortega intenta superar tanto el objetivismo racionalista como el escepticismo (relativismo) con el perspectivismo.
- Objetivismo: Sostiene que la realidad existe en sí misma y es posible su conocimiento. Existe una verdad universal, objetivamente válida, que solo puede ser conocerse si el sujeto cognoscente no la deforma.
- Escepticismo: Dado que el conocimiento solo puede ser de un sujeto individual, la verdad universal no existe. Solo podemos conocer las apariencias de las cosas.
Para Ortega, ambas posiciones yerran al considerar que el punto de vista del individuo no es válido. El punto de vista individual es legítimo y el único posible. Todo sujeto de conocimiento ve el mundo desde una perspectiva, porque la realidad es perspectiva.
Nueva Idea de Razón
Ortega propone una nueva idea de razón. La razón pura del racionalismo, que prescinde de las peculiaridades del individuo, su cultura y su historia, es una ilusión. Esta razón físico-matemática ha sido útil para las matemáticas o la física, pero no para explicar los fenómenos humanos y sociales.
El irracionalismo vitalista (como el de Nietzsche) también se equivoca. La razón es fundamental para lo humano. El ser humano tiene «apetito de verdad y objetividad»; necesitamos entender el mundo para no sentirnos náufragos.
Ortega propone la razón vital, una razón que recoge las peculiaridades de la vida (la perspectiva, los proyectos del individuo, la cultura…). Esta razón es también razón histórica y busca comprender la realidad humana a partir de su construcción histórica y las categorías de la vida, superando las limitaciones de la razón pura.
Comprender vs. Explicar
Ortega considera que en las ciencias del espíritu no basta con explicar, es necesario entender. El mundo humano es el mundo del sentido. Para captar este sentido es necesaria la razón histórica que intenta comprender al otro reconstruyendo su biografía, su historia, instalándose en su perspectiva.
Conclusión
Ortega recoge los logros del historicismo, vitalismo y existencialismo para crear su propia filosofía, una filosofía «a la altura de nuestro tiempo»: antidogmática, dialogante, tolerante, que coloca al ser humano y su historia en el lugar que les corresponde.