El Perspectivismo en «El Tema de Nuestro Tiempo»
En El tema de nuestro tiempo, Ortega y Gasset propone una renovación de la filosofía que supere la oposición entre razón y vida. El primer capítulo esboza su teoría de las generaciones. Este texto pertenece al último capítulo, denominado La doctrina del punto de vista, que sigue el esquema siguiente:
Necesidad de una síntesis entre cultura y vida.
Dos formas de entender las relaciones entre cultura y vida: racionalismo y relativismo.
Perspectivismo como una nueva opción.
El error de la utopía racionalista.
La verdad integral.
Dios como punto de vista.
La Doctrina del Punto de Vista
El texto que tenemos delante se sitúa dentro del perspectivismo, que es la teoría que Ortega propone para superar tanto el racionalismo como el relativismo. El texto se sitúa al final de esta parte y recoge también el comienzo de la que habla del error de la utopía racionalista.
Ideas Principales del Perspectivismo
La estructura de este texto puede expresarse en las siguientes ideas:
Cada vida es un punto de vista sobre el universo.
Cada individuo es un órgano insustituible para la conquista de la verdad.
Así, la verdad adquiere su dimensión vital.
El error inveterado ha sido suponer que la realidad tenía una fisonomía propia.
La Verdad desde la Perspectiva Individual
Lo que este texto quiere decir es que cada sujeto se acerca a la realidad desde una perspectiva distinta, que está marcada por la circunstancia de cada cual. Nadie tiene la misma perspectiva que otro, y es eso precisamente lo que convierte a cada individuo en algo imprescindible para la búsqueda de la verdad. Pero la verdad tiene una dimensión vital e histórica, porque sería absurdo pensar que, por ejemplo, un griego de la Atenas del siglo V a. C. tuviera la misma perspectiva vital que un estadounidense del siglo XX. En eso precisamente ha consistido el error de la utopía racionalista: en creer que existe una verdad eterna y universal al margen de la vida y de la historia.
Repetición de Ideas
El texto que tenemos delante se sitúa dentro del perspectivismo, que es la teoría que Ortega propone para superar tanto el racionalismo como el relativismo. El texto se sitúa al final de esta parte y recoge también el comienzo de la que habla del error de la utopía racionalista.
La estructura de este texto puede expresarse en las siguientes ideas:
Cada vida es un punto de vista sobre el universo.
Cada individuo es un órgano insustituible para la conquista de la verdad.
Así la verdad adquiere su dimensión vital.
El error inveterado ha sido suponer que la realidad tenía una fisonomía propia.
Lo que este texto quiere decir es que cada sujeto se acerca a la realidad desde una perspectiva distinta que está marcada por la circunstancia de cada cual. Nadie tiene la misma perspectiva que otro y es eso precisamente lo que convierte a cada individuo en algo imprescindible para la búsqueda de la verdad. Pero la verdad tiene una dimensión vital e histórica porque sería absurdo pensar que, por ejemplo un griego de la Atenas del siglo V a.c. tuviera la misma perspectiva vital que un yanqui del siglo XX. En eso precisamente ha consistido el error de la utopía racionalista: en creer que existe una verdad eterna y universal al margen de la vida y de la historia.
expresarse en las siguientes ideas:
Cada vida es un punto de vista sobre el universo.
Cada individuo es un órgano insustituible para la conquista de la verdad.
Así la verdad adquiere su dimensión vital.
El error inveterado ha sido suponer que la realidad tenía una fisonomía propia.
Lo que este texto quiere decir es que cada sujeto se acerca a la realidad desde una perspectiva distinta que está marcada por la circunstancia de cada cual. Nadie tiene la misma perspectiva que otro y es eso precisamente lo que convierte a cada individuo en algo imprescindible para la búsqueda de la verdad. Pero la verdad tiene una dimensión vital e histórica porque sería absurdo pensar que, por ejemplo un griego de la Atenas del siglo V a.c. tuviera la misma perspectiva vital que un yanqui del siglo XX. En eso precisamente ha consistido el error de la utopía racionalista: en creer que existe una verdad eterna y universal al margen de la vida y de la historia.
por la circunstancia de cada cual. Nadie tiene la misma perspectiva que otro y es eso precisamente lo que convierte a cada individuo en algo imprescindible para la búsqueda de la verdad. Pero la verdad tiene una dimensión vital e histórica porque sería absurdo pensar que, por ejemplo un griego de la Atenas del siglo V a.c. tuviera la misma perspectiva vital que un yanqui del siglo XX. En eso precisamente ha consistido el error de la utopía racionalista: en creer que existe una verdad eterna y universal al margen de la vida y de la historia.