El Contexto Filosófico de Ortega y Gasset
La filosofía de Ortega está profundamente relacionada con su contexto histórico, político y cultural. Su pensamiento se desarrolló a lo largo de la primera mitad del siglo XX, marcada por las tensiones de la Guerra Civil. Ortega defendía la integración de España en Europa, la “europeización” de España.
El comienzo del siglo XX en España fue un período difícil. Por un lado, España aún sufría la pérdida de sus colonias. Por otro lado, el progreso científico y técnico también se dejaba sentir en el país, trayendo consigo problemas económicos, sociales y culturales.
Esto ayuda a entender una de las preocupaciones prioritarias de Ortega: la renovación cultural de España y la introducción del pensamiento europeo. Además, estas tensiones y dificultades motivaron la reflexión filosófica de Ortega, emprendiendo el proyecto de una “reforma radical de la filosofía”.
Ortega se propuso la superación de la modernidad filosófica, es decir, el rechazo del idealismo europeo que parte de Descartes y que otorga prioridad absoluta a la “subjetividad”, dejando en suspenso la realidad del mundo exterior. Ortega pensaba que el tema de su tiempo era la vida, y que si se demostraba que la modernidad había concluido, entonces habría llegado el momento en que “España acaso despertaría otra vez plenamente a la vida y a la historia”.
Sin embargo, el mayor problema de España radicaba en la falta de una cultura política que encauzara las dificultades de convivencia y fuera capaz de proponer soluciones claras.
Legado Actual de Ortega y Gasset
La herencia vigente de Ortega consiste en la aportación de su concepto de razón vital al debate sobre la crisis de la modernidad, que no es sino una crítica al racionalismo europeo. Es también el creador de gran parte de la terminología filosófica española actual y quien más ha contribuido a dar a conocer el pensamiento filosófico español.
El Perspectivismo: La Doctrina del Punto de Vista
El texto a comentar pertenece a la obra de Ortega y Gasset El tema de nuestro tiempo, concretamente al capítulo décimo y último, titulado “La doctrina del punto de vista”. El tema central del texto es la doctrina del punto de vista o perspectivismo.
El perspectivismo es la teoría del conocimiento de Ortega, en la que se articulan dos conceptos fundamentales: circunstancia y perspectiva, que dan lugar a la verdad. En primer lugar, es una doctrina relacionada con la vida (“cada vida es un punto de vista sobre el universo”). En segundo lugar, se fija en el individuo como sujeto del conocimiento (“cada individuo es un órgano insustituible para la conquista de la verdad”). En tercer lugar, toma a las diversas verdades como complementarias.
Conceptos Clave del Perspectivismo
El perspectivismo es una nueva forma de entender el conocimiento. En él se articulan dos conceptos fundamentales: circunstancia y perspectiva.
- El sujeto del conocimiento ya no es el yo puro sino un yo anclado en su circunstancia.
- La perspectiva es el punto de vista individual, el único desde el que podemos conocer y el lugar desde el que captamos la porción de realidad que nuestro punto de vista nos permite conocer.
Al considerar Ortega que el mundo se ve desde cada perspectiva, desde un sujeto, convierte el concepto de mundo en horizonte. El mundo es algo cerrado y fijo propio de los anteriores sistemas filosóficos. Convertir el mundo en horizonte no es negarlo, sino interpretarlo en función del sujeto.
El raciovitalismo es una superación crítica del vitalismo y racionalismo, rechazando el irracionalismo del primero y, del segundo, su razón absoluta que deja de lado la vida.
Para Ortega, las dos perspectivas más radicales para el ser humano son la vida en la que estamos situados, y la razón.
La propuesta de Ortega consiste en la reflexión racional acerca de la vida real, concreta y circunstancial.
Para explicar la historia, Ortega se sirve de la teoría de las generaciones. Una generación es una unidad cerrada, compuesta por coetáneos que tienen una sensibilidad común y contacto vital.
Por último, decir que Ortega no renuncia a la posibilidad de una verdad absoluta y total, a la posibilidad de llegar a la suma de todas las perspectivas. El único sujeto que podría llegar a ello sería Dios, el Dios filosófico.
Comparación con Descartes
Vamos a comparar a Ortega con Descartes, ya que, como racionalista que es, Ortega alude a él en numerosas ocasiones y, concretamente, en El tema de nuestro tiempo.
Para Descartes, la razón y la vida son radicalmente diferentes y da prioridad absoluta a la razón frente a la vida. Solo la razón nos permite conocer la realidad tal cual es, nos proporciona certeza. Razón y vida son dos cosas separadas y opuestas. Siempre dará prioridad a la razón frente a la vida.
La razón cartesiana que nos proporciona conocimiento no es una razón concreta, vital, inserta en las circunstancias particulares del individuo, como la de Ortega, sino una razón universal y abstracta que produce una verdad universal y absoluta, válida para siempre.
Nada más lejos del pensamiento de Ortega que considerar que existe una verdad absoluta.
El sujeto del racionalismo es un yo puro, ultravital y extrahistórico que además debe ser un medio transparente, que no deforme la realidad cuando la conozca.
El sujeto del conocimiento de Ortega es el yo circunstancial que proporciona su propio punto de vista.