Voy a realizar una serie de preguntas que me permitirán desarrollar esta disertación: ¿qué entendemos por voluntad de poder?, ¿que hace que Nietzsche rechace la razón?
, ¿qué es la vida?
, ¿cómo relaciona Nietzsche la voluntad de poder con la vida?, ¿porqué se dice que Nietzsche es vitalista? Así, explicaré la convicción que le permite a Nietzsche tanto criticar como proponer una alternativa a esa cultura occidental centrada en la voluntad de poder y vida.
La voluntad de poder es la energía vital que nos lleva a actuar con el fin de autoafirmarnos. Es el entusiasmo, la pasión que nos impulsa a llevar a cabo determinadas acciones. Es la fuerza que hace que crezcamos, no es querer el poder, sino adquirir poder sobre uno mismo. En la voluntad de poder intervienen distintos factores como el ambiente, la alimentación…etc. La voluntad de poder está determinada por nuestra fisiología, una fisiología fuerte potenciará una voluntad de poder fuerte, se asemeja a un cohete que lleno de combustible se auto impulsa hacia arriba. La voluntad de poder expresa aquello en lo que nos hemos convertido y desde donde crearemos nuestros valores. Se caracteriza por ser inconsciente, irreflexiva, previa a la razón, ya que, según sea nuestro cuerpo, así será nuestra razón; es peculiar, al no haber dos fisiologías idénticas, la voluntad de poder es siempre cambiante y diferente en cada uno; esta exige resistencia, para afirmarse necesita oposición, y solo venciendo obstáculos consigue el aumento de poder; la voluntad de poder necesita del dolor, necesita de una sensación desagradable para crecer y hacerse fuerte, pues lo que no mata hace más fuerte; carece de finalidad externa, se quiere a sí misma, la fuerza se reduce a su actividad; la voluntad de poder es creativa ya que se manifiesta en obras originales e irrepetibles, es la voluntad de crear, siendo la mejor manera de anteponerse y marcar la diferencia; la voluntad de poder es libre, es libertad, sólo se obedece a sí misma y rechaza toda forma de manipulación. También tiene manifestaciones múltiples pues se muestra de tantas maneras como individuos. Continuaré explicando el rechazo de Nietzsche frente a la razón, ya que la voluntad de poder es previa a la razón.
Para explicar esto, utilizaré un ejemplo. Cuando un organismo detecta que determinada sustancia, como el alcohol, le sienta mal, defenderá con razones el porqué no consumirlo. Por ello, cuando Nietzsche pregunta por las razones de actuar del hombre, le pregunta directamente al cuerpo, y no a sus construcciones racionales. Por tanto, la voluntad de poder es la forma primitiva que configura todas las pasiones y potencias y que determina a la razón misma.
La vida es energía, potencia, fuerza. La vida es voluntad de poder, aspira a afirmar la vida, es un instinto de vida, y todos los seres vivos pretenden crecer y superarse. La voluntad de poder tiene como objetivo la elevación de la vida, mejorando nuestros sentidos, aumentando nuestras pasiones. Así afirma Nietzsche “tendrá que ser la encarnada voluntad de poder, querrá crecer, extenderse, atraer así, obtener preponderancia. – no partiendo de una moralidad o inmoralidad cualquiera, sino por que vive, y por que la vida es cabalmente voluntad de poder.” Así podemos decir que cuanto más fuerte sea la voluntad de poder más fuerte será la vida, una vida ascendente que exhibirá el placer como victoria; y a una voluntad de poder débil, se manifestará en una vida débil, exhibiendo el dolor como señal de su fracaso. Para diferenciarlas, existen tres conceptos que explicaré a continuación.
El primer concepto para diferenciar una vida ascendente de una descendente, una voluntad de poder fuerte de una débil, es su afán de superación, la capacidad de ganar a las fuerzas que se le resisten. La vida descendente es incapaz de oponer resistencia, incapaz de vencer en el combate de la vida y reniega de esta porque necesita una vida disminuida. Una voluntad de poder que se vuelve contra sí misma. Este concepto da lugar a dos alternativas: la negación de la vida, y la represión de la sensibilidad y la pasión como síntoma de la vida descendente ; y por el contrario la potenciación de la pasión, la afirmación de la vida es síntoma de la vida ascendente. Otro concepto es el de la relación con el dolor; la vida descendente tiene al dolor como una insatisfacción, depresión, tristeza y su propuesta para aliviarlo es negar la vida, no sufrir a cambio de no gozar; la vida ascendente tomaría el dolor como algo que lo fortalecerá, afirmando a sí misma. Y por último, por el trato con los instintos.
Voy a explicarlo mediante un ejemplo, cuanta más tensión eléctrica, más posibilidades de quedar electrocutado, pero generará más energía. Con este ejemplo, diremos que una vida descendente decidiría eliminar toda electricidad o moderar la potencia, y con esto suprimir peligro; la vida ascendente asumiría el riesgo , aglutinaría toda la fuerza para un mismo fin: nuestra autoafirmación, para así aprovecharse de su energía. Los seres humanos excepcionales se han podido beneficiar de una gran pasión que han sabido reconducir, cosa que los que tienen una vida descendente no sabrían hacer. La vida, a su vez, es el criterio principal para valorar las acciones humanas, lo que deriva al vitalismo, explicado a continuación.
La teoría de Nietzsche se clasifica como vitalismo a causa de lo ya expuesto: la vida como criterio principal de las acciones. Es la energía vital la que permite clasificar en jerarquías a los seres humanos y la que explica los motivos de las construcciones espirituales humanas, como la moral.
En conclusión, la vida se encuentra dirigida por la voluntad de poder. Esta explica el porque del rechazo de Nietzsche a la razón, ya que es previa a la razón, y depende de las condiciones fisiológicas de nuestro cuerpo. Así mismo, dependiendo de la fuerza de la voluntad de poder, podemos clasificar la vida en ascendente y descendente, es ascendente cuando tenemos superación, dolor, e instintos. Esto hace derivar en la teoría del vitalismo, con la que concluiré diciendo que este se deriva de un pensamiento que propone como premisa la voluntad de poder, la fuerza vital.