Contexto histórico, cultural y filosófico de Platón
La vida de Platón (Atenas, 428-347 a. C.) transcurre en una época de gran agitación e importantes conflictos, fruto de las tensiones que se fueron intensificando durante toda la época Clásica de Grecia. En el centro de esta convulsión se halla la polis, la unidad política y social que hizo posible el gran desarrollo de la civilización griega, a la que tanto debemos.
No es extraño, pues, que Platón, cuya vocación política se vio frustrada por su personal experiencia negativa en este terreno, así como por su conversión a la filosofía de la mano de Sócrates, tenga muy presente en sus teorías y en sus proyectos prácticos la problemática política que tan acuciante debió resultar a sus conciudadanos. Así se refleja en muchos de sus diálogos (la República, de la que está sacado el fragmento que comentaremos, es un buen ejemplo) y en la autobiografía contenida en la famosa Carta VII, donde relata sus intentos de llevar a la realidad sus ideas políticas en Siracusa, ciudad de Sicilia con la que nuestro filósofo tuvo estrechos vínculos.
Problemática política
Podemos resumir dicha problemática política en los siguientes puntos:
- La Guerra del Peloponeso, que abarca toda la juventud de Platón, significó el estallido del conflicto de intereses entre las dos principales potencias griegas de entonces y de la contradicción entre los modelos políticos que cada una de ellas representaba: Esparta, aristocrática, y Atenas, democrática.
- En el transcurso de la guerra, tal y como la cuenta el historiador Tucídides, se pusieron en evidencia tanto los logros de la democracia, a la que Pericles llevó al máximo esplendor, como las debilidades que finalmente condujeron a su derrota. La unidad de la ciudadanía demócrata, identificada con la polis y que actuaba con convicción en favor del bien común, se vio contrarrestada por acciones individualistas en favor de intereses particulares corruptos y disgregadores que el propio marco democrático toleró e incluso alentó. El efecto aglutinador del compromiso por el bien común de los ciudadanos fue finalmente anulado por la acción desintegradora de políticos demagogos sin escrúpulos, que no dudaban en adular al pueblo para ganarse su favor y su voto, con tal de lograr el poder y satisfacer sus ambiciones personales.
- Al breve gobierno oligárquico y corrupto de los Treinta Tiranos (en el que, por cierto, participaron algunos parientes cercanos de Platón, como Critias y Cármides), impuesto a Atenas por Esparta tras el fin de la guerra, siguió la restauración democrática. Pero un hecho dramático acabó por desilusionar a Platón de sus afanes políticos: en 399 a. C. el régimen democrático procesa a Sócrates, acusándolo de impiedad religiosa y de corromper a los jóvenes, y lo condena a muerte. Parece que a algunos ciudadanos poderosos les molestaba el espíritu libre y crítico del maestro de Platón. Aunque en casos así era habitual que los condenados por tales causas pudieran «escaparse» al exilio, Sócrates decidió asumir la condena y, tomando la cicuta, dar testimonio de integridad intelectual y moral frente a sus acusadores. Para Platón este hecho crucial fue el comienzo de su andadura filosófica y el abandono definitivo de su carrera política en Atenas.
- El descontento de Platón con la política democrática (por su linaje aristocrático, quizás influyó también su ideología de clase y los afanes de la nobleza por recuperar privilegios y protagonismo), se concretó en su oposición a los sofistas, en cuyas enseñanzas veía las raíces profundas de los males de la polis:
- La retórica, principal materia impartida por ellos, enseñaba a convencer aun sin contar con el respaldo de un conocimiento verdadero sobre el tema de que se trate, lo que arrastra a decisiones equivocadas y contrarias a los intereses de quienes, engañados, las respaldan en la asamblea.
- La distinción entre fýsis y nómos, naturaleza y ley, llevaba a anteponer el interés privado con artimañas que ocultaran las ilegalidades y a socavar las bases del bien común que la ley representaba.
- El relativismo y el subjetivismo, por fin, fueron vistos por Platón como los enemigos a enfrentar, pues eran el fundamento teórico de conductas reprobables y perjudiciales para la integridad del orden político y social.
- La crisis política de Atenas no afectó al esplendor del arte y la literatura clásicos. Platón compartió aún con sus conciudadanos una concepción estética de la vida y el interés por los ideales de belleza que representaban los órdenes arquitectónicos, los cánones escultóricos, la preocupación por la proporción y la armonía perfectas de los elementos constructivos y las figuras.
- El interés del arte clásico por las medidas de la belleza física corresponde a un rasgo destacado del pensamiento científico y filosófico griego: la búsqueda del orden, la proporción y la armonía que dan racionalidad a la naturaleza. Y tiene asimismo su vertiente ética y política, plasmada en la literatura de todos los géneros, hasta el punto de que puede decirse que valores estéticos y éticos no se distinguen para la mentalidad clásica: la virtud es al mismo tiempo belleza y excelencia moral.
- Platón, en su búsqueda de los modelos ideales de la realidad, destacará como cima de su sistema metafísico las ideas de Bien y de Belleza, que impregnan de su propia esencia todo orden, ya sea el natural, el moral o el político.
En el ámbito filosófico
Además de la polémica con los sofistas, la obra platónica tuvo las siguientes influencias:
- La filosofía presocrática, desde los milesios a los atomistas, había destacado el carácter mudable y plural de la naturaleza. Cabe recordar especialmente la filosofía de Heráclito, que expresa con claridad la esencia cambiante y contradictoria del cosmos, sujeto, no obstante (recordemos que «cosmos» significa «orden» en griego), al orden armonioso de la ley racional superior, el Logos. Crátilo, primer maestro de Platón, lo familiarizó con el primero de estos aspectos del pensamiento de Heráclito, pero parece que no con el segundo. De ahí que su visión del mundo físico (el mundo sensible) destaque los rasgos mudables, efímeros y relativos de los fenómenos naturales que captan nuestros sentidos.
- Lo insatisfactorio de tal concepción de la naturaleza para el conocimiento racional y científico, un saber universal y necesario que debe revelar los rasgos estables y unitarios de lo real, debió alejarle de la filosofía natural y acercarle, primero, al Pitagorismo y su metafísica formalista y matemática, y luego a la filosofía de Parménides, que extremaba el rigor lógico no-contradictorio con que la verdad del pensamiento debe representar, e incluso equivaler, al Ser.
- Los referentes más inmediatos de Platón se encuentran, sin embargo, en Atenas y en su época. Ya hemos hablado de la Sofística y de la frontal oposición de la filosofía platónica a sus principales tesis.
- Es necesario, en este sentido, realzar la enorme influencia que sobre ella ejerció Sócrates. Podría decirse que toda la obra de Platón se orienta a alcanzar el objetivo socrático del conocimiento de los conceptos universales (inicialmente los términos morales, luego los metafísicos) y la superación del relativismo. Al mismo tiempo, el intelectualismo socrático inspiró la teoría de que sólo los que conocen el bien pueden llevarlo a la práctica, de tal forma que el gobierno ideal debe recaer en manos de los filósofos. Todo ello fue la base sobre la que Platón erigió su impresionante teoría metafísica de las ideas y su imagen del ser humano y de su destino.
- Además, el método socrático del diálogo como investigación común de la verdad (que se encuentra dentro de cada uno de nosotros) no sólo se reflejó en la forma literaria que toman los escritos platónicos (conversaciones en las que casi siempre el interlocutor principal es su maestro), sino que les da a éstos la impronta de una búsqueda viva, crítica y, quizás, como las mismas conversaciones con Sócrates, inacabable.
- Puede decirse, por tanto, que el pensamiento platónico es la primera gran síntesis que unifica en un sistema coherente las aportaciones filosóficas de sus antecesores en los dos ámbitos de los que se preocuparon: la naturaleza y el ser humano. La República, de donde procede el texto que comentaremos, es una de sus obras de madurez. En ella se recogen sus propuestas a toda la problemática tratada en esta exposición del contexto, de las que a continuación desgranaremos aquellas que sean relevantes para comprender y comentar mejor dicho texto.