Platón, filósofo del siglo V a.C., influye en el pensamiento filosófico de autores posteriores a él, como es el caso de Aristóteles; pero también recibe influencia de la filosofía anterior a su periodo.
La Grecia del siglo V a.C. se caracteriza por el triunfo de Esparta sobre Atenas, y el posterior gobierno de los 30 tiranos. Sistema político que acaba con la vida de Sócrates y que llevará a Platón a oponerse al mismo. No es de extrañar que la muerte de su maestro le haga plantearse un gobierno totalmente opuesto al que vivió. Por ello, y basándose en los universales socráticos (virtud=bien=felicidad) elabora una teoría política en la que plantea como gobierno ideal una república.
De Sócrates recibe su mayor influencia. Para ambos, como ya mencioné anteriormente, el alcance de la felicidad está relacionado con el bien. Solo aquel que alcanza este podía ser feliz. La razón es la única que nos puede alumbrar en este camino, pues tanto Platón como Sócrates consideran que el conocimiento a través de esta es lo único que nos puede dar la felicidad. Solo el conocimiento nos puede llevar al alcance de los universales (bien, justicia, felicidad…), y por lo tanto, a ser virtuosos.
Es en este punto, donde ambos autores se diferencian de los sofistas (educadores de la época) pues si bien ellos educaban para lograr buenos ciudadanos, buenos gobernantes; los segundos perseguían políticos ideales, ansiosos de poder y sin los ideales socráticos y platónicos (sabio, virtuoso, justo, solidario…).
Pero no solo en este aspecto se diferencia Platón de los sofistas, sino también en su forma de entender la realidad; pues para estos no existen los universales, sino que todo es relativo al sujeto que conoce: las normas sociales son convenciones, no bienes dados por nadie, sino que están puestas por el propio sujeto. Platón contrario a esta teoría cree en la existencia de universales. Estos no los crea el sujeto, sino que son a priori en él, existen con anterioridad a él.
El auténtico conocimiento para Platón, no se encuentra en este mundo, sometido a cambios constantes, al devenir (idea que retoma de Heráclito), sino que existe en el mundo de las ideas. Mundo totalmente opuesto a este (mundo sensible) inmóvil, estático, permanente, fijo, verdadero. En él reside el verdadero conocimiento, las ideas, a las que Platón dará las mismas características que Parménides daba al ser, y que son las mismas del mundo verdadero. Se basará también en este autor para plantear los dos tipos de conocimiento existentes, el basado en la razón y el basado en los sentidos. Para estos filósofos los sentidos son engañosos y nos muestran una realidad cambiante, falsa, destructible, etc; por ello, solo la razón nos acerca al conocimiento.
Son estas tesis, las que llevan a Platón a argumentar sobre la existencia de dos mundos, de dos realidades, una cambiante ante la cual postula la existencia de otra fija en la que se da el verdadero conocimiento, al cual se accede a través de la dialéctica. Concepto que aunque toma de Heráclito, se diferencia de este en el uso que ambos hacen de él. Este último lo utilizaba para explicar todos los cambios de la naturaleza, mientras que Platón recurre a él como método que nos permite acceder al verdadero conocimiento, las ideas. Por un lado nos lleva de idea en idea hasta alcanzar la suprema, idea de bien (dialéctica ascendente) y por otro, nos permite saber el lugar que cada idea ocupa (dialéctica descendente).
El acceso a la idea de bien quedaba por tanto restringido a los sabios, los filósofos, los que poseían un alma racional. Frente a este alma poseedora del conocimiento sitúa Platón el cuerpo, poseedor de las pasiones. Este dualismo antropológico que conecta con el ontológico y gnoseológico, tiene su herencia en los pitagóricos. Para estos, al igual que para Platón, el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma, siendo esta última la que sobrevive una vez que muere el cuerpo. Este representa los instintos, las pasiones, los deseos, mientras que el alma, está en contacto con la parte racional, con el conocimiento, con la verdad.
Platón vive en el 2º tercio del siglo V en el que Atenas, su ciudad natal, pierde la hegemonía frente a Esparta en las guerras del Peloponeso, instaurando un gobierno en el que toman parte dos familiares suyos por parte de su madre, Critias y Cármides, que le invitan a formar parte de ese gobierno, el llamado gobierno de los 30 tiranos, que lo único que inspira es terror. Platón rechaza el participar en sus iniquidades, máxime cuando van a intentar involucrar en sus crímenes al que va a ser su maestro y va a marcar toda su vida y pensamiento, Sócrates.
Un año después la democracia queda reinstaurada tras una revolución popular instigada por Trasíbulo. Pero es precisamente con este gobierno cuando se condena a Sócrates a muerte, cuestión que repercutirá en su pensamiento, el cual dará un giro pasando desde su voluntad manifiesta, cosa que pone de relieve en la carta VII, a la política activa, cosa que era normal en todos los ciudadanos cuyo origen fuera la nobleza aristocrática, a un desengaño cada vez mayor que lleva a una renuncia a la participación activa en la política; pero, de ninguna manera una renuncia a pensar en la mejor forma de organización política. Esto provoca el inmiscuirse en el gran proyecto de su maestro, la obtención de una ciudad gobernada por la justicia. Esa labor la va a llevar a cabo en uno de sus diálogos de madurez, La República, en la que reflexiona acerca de la necesaria instauración de la justicia en la ciudad, labor llevada a cabo por el filósofo, que es el único capaz del conocimiento de la justicia y, por tanto, aplicando el intelectualismo moral de su maestro, de obrar y dirigir la ciudad justamente.
El Alma y su Naturaleza Tripartita
Alma. El hombre es una criatura dual, que participa igualmente del mundo de los sentidos –lo perecedero– y del mundo de las ideas –lo eterno e inmutable. También creía que el alma de cada hombre había existido en el reino de las ideas antes de encarnarse. Ya dentro del cuerpo, solo recordamos vagamente las ideas. Las cosas de este mundo le recuerdan las ideas. Este recuerdo despierta en el alma un deseo de volver a la verdadera morada del alma. Desde ese momento, el cuerpo y el mundo de los sentidos se empiezan a ver como algo imperfecto e insignificante. El alma ansía liberarse de las cadenas del cuerpo, por ello la unión es accidental y temporal. Teniendo en cuenta esto, el filósofo debe ir en contra de lo que hace la mayoría de las personas, las cuales se aferran a las imágenes imperfectas, a lo mudable y corruptible. Solo unas cuantas personas están capacitadas para elevarse a la contemplación de las ideas: esos elegidos son los filósofos. Los filósofos, además de todas estas cualidades, deben ser los menos preocupados por los bienes materiales. Es una entidad dinámica o fuerza que tiene una naturaleza tripartita.
La Importancia de la Educación
Educación. Es el paso de la ignorancia al conocimiento (estudio supremo). En el estado platónico tiene una gran importancia, puesto que siguiendo la máxima socrática, “la virtud es conocimiento” (intelectualismo moral), la educación mejorará notablemente a los ciudadanos, mediante un proceso de instrucción que tiene dos niveles. Primario, todos los ciudadanos se educan mediante la gimnasia y la música. Un 2º nivel, reservado a los futuros gobernantes, estudiando matemáticas y dialéctica.