Platón: Obras, Antropología y Ética

Obras

Diálogos socráticos de juventud

  • Apología de Sócrates
  • Protágoras

Se reproduce con bastante fidelidad la doctrina de Sócrates. Tema: virtud (método socrático: no se llega a ninguna conclusión).

Diálogos de transición

  • Menón
  • Crátilo

Viaje a Italia; contacto con los pitagóricos. Sicilia: Dionisio I de Siracusa. Atenas: funda la Academia. Comienza a elaborar sus propias teorías. Predominan los problemas políticos. Primeros esbozos de la Teoría de las Ideas.

Diálogos de madurez

  • Banquete (amor)
  • Fedón (inmortalidad del alma)
  • República (organización del estado)
  • Fedro (belleza y naturaleza del alma)

Atenas: dirección de la Academia. Teoría de las Ideas. Elaboración de una teoría del Estado.»Otr» Sócrates: seguro de sí mismo. Principales mitos.

Diálogos críticos

  • Parménides (autocrítica de la teoría de las Ideas)
  • Teeteto, Sofista

Viaje a Siracusa: prisionero (tarda 2 años en volver); pesimismo. Dudas sobre sus doctrinas. Sócrates deja de ser el protagonista. Estilo seco y difícil. Desaparecen los mitos.

Últimos diálogos

  • Timeo (cosmología)
  • Las Leyes (política: rigidez, intolerancia)

Nuevo viaje a Siracusa y nuevo fracaso. Interés por la cosmología y la historia. Influencia del pitagorismo. Política: postura dura y conservadora.

Antropología

Para Platón, el alma (psique) es el principio de la vida del cuerpo, y el elemento opuesto a la corporeidad: el alma es inmortal, pertenece al mundo inteligible, mientras que el cuerpo es mortal y pertenece al mundo sensible. Puede ser arrastrada por el cuerpo, que la atrae con sus deseos, pero puede liberarse de estas ataduras si no se deja persuadir por el engaño de los sentidos y se recoge en sí misma con ayuda de la filosofía.

Recogiendo influencias órficas y pitagóricas, no solo defiende la inmortalidad del alma sino también su transmigración de unos cuerpos a otros.

En el diálogo Fedro, para explicar la naturaleza del alma, recurre al famoso mito del carro alado. Un auriga guía un carro con dos caballos, uno es bueno y hermoso, y el otro todo lo contrario. Uno de los caballos es atraído por el mundo material y desestabiliza el carro haciendo caer a las tres almas en un cuerpo terrestre, fundiendo alma con cuerpo y haciendo surgir un hombre mortal.

Después, en La República, explica que el alma está compuesta de tres partes o fuerzas, que tienen diferentes funciones y se localizan en lugares específicos del cuerpo:

  • La parte racional, nos diferencia de los animales y supone el elemento más elevado, se asemeja a lo divino y es inmortal. Se localiza en el cerebro y su misión es conducir a las otras dos partes del alma. Sus virtudes son la sabiduría y la prudencia.
  • La parte irascible reside en el pecho y está emparentada con la moral, siendo fuente de pasiones nobles como la valentía. Su virtud es la fortaleza.
  • La parte concupiscible es la que tiene que ver con tendencias o deseos menos controlados que los anteriores. Origina bajas pasiones. Su virtud debe ser la templanza frente a los excesos.

Cuando el alma racional ejerce correctamente su función se produce la armonía en el individuo que será después reflejo de la armonía social.

Ética

La dialéctica y el amor son los caminos hacia las Ideas, pero por sí mismos no bastan: es necesaria la virtud (areté), que es también un camino hacia el Bien y la Justicia. Además, según Platón, el hombre aislado no puede ser bueno ni sabio: necesita la comunidad política (el Estado).

No hay un concepto único de virtud platónica sino conceptos diversos que no son excluyentes entre sí:

  • Virtud como sabiduría. Es el concepto socrático, al cual Platón siempre fiel. Solo que ahora ese «saber» es de orden superior: el conocimiento de las Ideas del Bien, Justicia, Valor, Piedad, etc. De este modo, Platón intenta superar el relativismo de la virtud de los sofistas.
  • Virtud como purificación. Tanto en el Fedro como en el Fedón, el hombre virtuoso es el que purifica su alma de las pasiones y la desprende del cuerpo para poder realizar el acceso a las Ideas. Este concepto de virtud tiene fuertes resonancias pitagóricas.
  • Virtud como armonía. Este concepto se encuentra desarrollado en la República. La justicia es considerada aquí como la virtud fundamental, y consiste en «el acuerdo de las tres partes del alma”. La armonía surge en el alma cuando «cada parte hace lo que le es propio». Por ello, el alma racional debe ser prudente y conducir a la parte irascible, que a su vez tiene que ser valerosa, y ambas deben sujetar a la parte concupiscible para que no sea arrastrada por los deseos sensuales.

Por tanto, Platón establece una clara correlación entre el alma y el Estado: «en el alma de cada uno hay las mismas clases que en la ciudad, y en el mismo número». La estructura de la ciudad se encuentra reflejada en el alma (y viceversa). Por ello, la ética conduce a la política. Solo en la ciudad justa es posible educar hombres justos.

En el Menón se plantea también otro de los temas fundamentales del pensamiento platónico: ¿Podemos aprender la virtud? Si fuera ciencia podría enseñarse, igual que las matemáticas. Pero vemos que padres virtuosos son incapaces de transmitir la virtud a sus hijos, incluso hay hombres virtuosos que con el tiempo se vuelven malvados, y al contrario. Por tanto, la virtud ni se da por naturaleza ni se puede aprender, porque tampoco es mera opinión, porque cuando contemplamos un acto virtuoso coincidimos al reconocerlo. Platón concluirá que la virtud es un don divino, que no se puede enseñar como la episteme.

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