Platón: La Sociedad Ideal y la Educación
En la sociedad ideal de Platón, cada ciudadano debe pertenecer a una clase social específica. Los individuos trabajan para el bienestar de toda la sociedad, no solo para sí mismos. La virtud principal es la moderación o templanza, que regula los deseos del alma concupiscible. Los bienes producidos deben usarse con medida, pensando siempre en la comunidad en su conjunto.
Clases Sociales y sus Funciones
- Filósofos-gobernantes: Aquellos con una parte racional predominante en su alma.
- Guardianes: Aquellos con una parte irascible predominante, dedicados a la defensa.
- Productores: Encargados de la producción de bienes, guiados por la templanza.
La justicia en esta sociedad se basa en que cada ciudadano ocupe el puesto que le corresponde según su clase social, realizando sus funciones de manera adecuada.
La Educación en la Sociedad Justa
Para Platón, la educación es fundamental para una sociedad justa. Permite seleccionar a los mejores gobernantes y guardianes. La educación se divide en etapas:
- Estudio de música, gimnasia, aritmética y geometría hasta los treinta años.
- Estudio de la dialéctica durante cinco años para los que superen la primera etapa.
- Servicio en la administración del Estado durante quince años.
- A los cincuenta años, los que superen la segunda etapa se convierten en filósofos y gobernantes.
Los gobernantes-filósofos y los guardianes no deben tener familia ni poseer bienes materiales para evitar el deseo de obtener ventajas personales o para sus allegados. Los hijos de los guardianes y filósofos serán cuidados comunitariamente por la polis.
Relación entre Clases Sociales, Virtudes y Partes del Alma
Platón establece una relación entre las clases sociales, las virtudes y las partes del alma, que se puede resumir en el siguiente esquema:
Aristóteles: Naturaleza, Hilemorfismo y Teleología (Física)
Aristóteles se enfocó en los seres materiales, individuales y cambiantes. A diferencia de otros filósofos que separaban el ser (estable e inmutable) del devenir (cambiante y material), Aristóteles buscó una solución al problema del movimiento.
El Movimiento: Acto y Potencia
- En todo cambio, hay un sustrato que permanece y que gana o pierde algo. Este sustrato es el sujeto del cambio.
- El sujeto adquiere una perfección con el cambio, a la que Aristóteles llama acto.
- Para adquirir un acto, el sujeto debe tener la capacidad de adquirirlo, lo que Aristóteles llama estar en potencia.
Por ejemplo, un estudiante de 2º de bachillerato está en potencia de obtener un título mientras cursa sus estudios. La potencia es una capacidad y una carencia a la vez: el estudiante puede obtener el título (capacidad), pero aún no lo tiene (carencia).
Aristóteles define el movimiento como el paso de la potencia al acto.
Hilemorfismo
Aristóteles introduce el concepto de hilemorfismo, que sostiene que la materia y la forma no existen separadamente en la naturaleza, sino que son dos principios que coexisten en el ser material.
Tipos de Movimiento
La estructura hilemórfica permite a Aristóteles distinguir dos tipos de movimiento:
- Movimiento accidental: Cambios en las características de un sujeto que no transforman su naturaleza. Por ejemplo, obtener un título es un movimiento accidental para un estudiante, ya que no deja de ser quien es. Al sujeto de este movimiento, Aristóteles lo llama sustancia o materia segunda.
- Movimiento sustancial: Cambios que afectan la esencia del sujeto. Aristóteles llama materia prima a lo que permanece en este tipo de cambio, y forma sustancial a lo que varía.
Causalidad
El principio de causalidad afirma que todo lo que llega a ser tiene una causa, o que todo lo que se mueve es movido por otro ser.
Las Cuatro Causas
Aristóteles distinguió cuatro causas:
- Causa material: La materia de la que está hecha una cosa.
- Causa formal: La forma que da a la cosa un modo de ser determinado.
- Causa eficiente: El ser que produce el movimiento.
- Causa final: El fin al que tiende el movimiento. Para Aristóteles, esta es la causa más importante, ya que en la naturaleza todo tiene una finalidad.
La filosofía de Aristóteles se caracteriza por la teleología, la idea de que todo en la naturaleza está determinado por fines o metas.