Platón y Aristóteles: Pilares del Pensamiento Occidental

Mundo de las Ideas vs Realidad Sensible en Platón

En la filosofía de Platón, el conocimiento verdadero y la realidad se dividen en dos niveles: el mundo sensible y el mundo de las Ideas. El mundo sensible es el ámbito físico y material que percibimos a través de los sentidos, constante cambio e imperfecto. Platón sostiene que lo sensible solo genera opiniones (doxa) y no permite alcanzar un conocimiento verdadero.

En contraste, el mundo de las Ideas es la realidad auténtica, comprendida mediante la razón. Las Ideas son esencias universales, inmateriales y eternas, como la Justicia, la Bondad y el Bien. Las Ideas son inmutables y el fundamento de todo. Cada objeto en el mundo sensible es copia imperfecta de estas Ideas. Este dualismo se representa en el mito de la caverna, donde los humanos solo perciben sombras de la realidad. Liberarse de las apariencias y ascender al mundo de las Ideas es el camino al conocimiento genuino, siendo la contemplación del Bien el logro más alto. Para Platón, el filósofo debe guiar a la polis hacia un estado justo.

Dualismo Alma-Cuerpo en Platón

En la concepción de Platón, el ser humano es un ser dual compuesto de cuerpo y alma. El alma es inmortal y proviene del mundo de las Ideas. Al unirse con el cuerpo material, el alma queda atrapada en el ámbito sensible y olvida las Ideas. Este dualismo establece que el cuerpo pertenece al mundo físico y mutable, mientras el alma aspira a retornar al mundo de las Ideas. Platón explica esto en el mito del carro alado, donde el alma se compara con un auriga que guía dos caballos: pasiones (parte apetitiva) y voluntad (parte irascible), siendo el auriga la razón. Solo mediante la razón se controla el alma y se recuerdan las Ideas (reminiscencia). La armonía interior se logra cuando cada parte del alma cumple su función: razón con sabiduría, voluntad con valentía y deseos con templanza.

La Polis Ideal según Platón

Para Platón, la polis ideal se organiza según la naturaleza y capacidades de cada ciudadano, asegurando justicia y bienestar. Esta estructura refleja la división del alma: gobernantes (filósofos guiados por la razón), guardianes (impulsados por la voluntad) y productores (motivados por deseos materiales). Cada clase tiene una función y virtud: gobernantes con sabiduría, guardianes con valentía y productores con templanza. La justicia se alcanza cuando cada clase cumple su función sin interferir. Platón advierte sobre la degeneración de las formas de gobierno: aristocracia, timocracia, oligarquía, democracia y tiranía. Solo los filósofos, conocedores del Bien, pueden crear una polis justa.

Aristóteles: Crítica a la Teoría de las Ideas

Aristóteles critica la Teoría de las Ideas de Platón, afirmando que el conocimiento debe basarse en lo concreto y sensible. La esencia reside en las cosas mismas, no en un mundo separado. En su Metafísica, el ser se entiende como sustancia primera (cosa individual), accidente (característica no esencial) y sustancia segunda (esencia universal). Clasifica la realidad en diez categorías. El cambio es fundamental, explicado por el cambio sustancial y accidental, usando materia, forma y privación (teoría hilemórfica). Introduce potencia y acto, y las cuatro causas (material, formal, eficiente y final). Propone un primer motor inmóvil, causa final y eficiente de todo.

Ética Aristotélica: La Búsqueda de la Felicidad

La ética de Aristóteles se centra en alcanzar la eudemonía (felicidad) mediante la virtud y la actividad racional. El ser humano es racional por naturaleza, y su felicidad radica en vivir virtuosamente. Las virtudes se dividen en éticas (hábitos de conducta equilibrados) e intelectuales (prudencia y sabiduría). Aunque la vida contemplativa es la más elevada, las necesidades materiales y sociales son esenciales. La vida social y política permiten desarrollar virtudes y alcanzar el potencial humano.

El Ser Humano como Animal Político en Aristóteles

Aristóteles define al ser humano como un «animal político», social por naturaleza, que se desarrolla plenamente en sociedad. La perfección y felicidad se alcanzan en comunidad, viviendo en virtud y satisfaciendo necesidades. La sociedad facilita la educación en virtud mediante leyes. La polis ideal es autosuficiente, permitiendo el bien y la justicia. Las formas de gobierno (monarquía, aristocracia, democracia) degeneran en tiranía, oligarquía y demagogia si buscan intereses personales. La justicia regula la relación con las leyes (legal) y entre ciudadanos (equitativa: conmutativa y distributiva).

Naturaleza Humana y Felicidad según Aristóteles

Para Aristóteles, el ser humano busca la felicidad mediante sus capacidades racionales y éticas. La naturaleza humana incluye aspectos racionales, vegetativos y sensitivos. La actividad racional define la esencia humana, y la felicidad se encuentra en la vida contemplativa. Sin embargo, las necesidades materiales y sociales son cruciales. El ser humano es social por naturaleza, un «animal político» que alcanza el bien en comunidad. La política y la ética regulan la acción humana. La polis permite practicar la justicia y desarrollar capacidades. La felicidad proviene de la vida contemplativa y virtuosa, con virtudes éticas (control de deseos) y dianoéticas (razón). La virtud requiere hábitos y el término medio. El ser humano alcanza la perfección viviendo éticamente en una sociedad justa.

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