Contexto histórico-cultural
Platón nació en Atenas, en el último tercio del s. V a.C. Dicho siglo había sido el periodo de mayor esplendor de Atenas bajo el mando de Pericles, con la victoria en sus Guerras Médicas frente a los persas. Sin embargo, las cosas se torcerían para la potencia griega en el último tercio del siglo, cayendo en una profunda decadencia debido a diversos factores entre los que cabe destacar la epidemia de peste y, sobre todo, la Guerra de Peloponeso. Esta guerra, que duró casi 30 años, enfrentó a Atenas y Esparta en su disputa por la hegemonía de Grecia y concluyó con la derrota de Atenas. Tras dicha derrota, los atenienses tuvieron que vivir bajo el gobierno oligárquico impuesto por Esparta, denominado de los ‘Treinta Tiranos’. No obstante, dicho gobierno durará apenas un año y será destituido debido al arraigado sentimiento democrático de la población ateniense. En el 403 a.C., los atenienses restauran la democracia, aunque en realidad se trata de una democracia muy debilitada y que en nada se parecía a la de antaño. Para Platón, esta decadencia del modelo democrático adquiere máxima significación en el juicio a Sócrates, que acabaría desembocando en la sentencia de muerte para el mismo: ¿cómo es posible que el mejor hombre, el más sabio y más justo, según las propias palabras de Platón, sea condenado a muerte si no es por la propia corrupción y decadencia de la democracia ateniense? No obstante, Atenas parece recuperar parte de su esplendor pasado, pero esto no será más que un espejismo. Poco después, con la expansión del imperio macedónico, entra en colapso el ideal político griego y la polis (ciudad-estado) como forma básica de organización social en el que los ciudadanos tienen peso político, es sustituida por el modelo imperial, en el que los individuos no son más que súbditos al servicio de un emperador que monopoliza la legislación y el gobierno de sus territorios.
La filosofía en Grecia
La filosofía nace en Grecia en torno al s. VI a.C. con el famoso paso del ‘mito al logos’, favorecido por la peculiar concepción de la religiosidad griega donde no había libros sagrados ni dogmas de fe. Las prácticas religiosas estaban muy vinculadas a la vida pública debido a que las adivinaciones y profecías de los oráculos determinaban cuestiones de vital importancia para los griegos. Sin embargo, los oráculos coexistían con otro tipo de prácticas religiosas de carácter privado en las que únicamente podían participar los iniciados, los cultos misteriosos. El orfismo es un culto de tipo misterioso que pregona la inmortalidad y la transmigración de las almas y que influirá notablemente en el pensamiento de Platón. En escultura, el arte clásico, donde rige el ideal del orden, la serenidad y la racionalidad (concepto de canon) dará paso al arte helenístico que expresará movimientos violentos y el sufrimiento humano. En arquitectura, destaca en Atenas la reconstrucción de la acrópolis a cargo de Fidias e Ictino, y que en el Partenón encuentra su obra más emblemática. En literatura, la tragedia evolucionará desde los héroes de Esquilo y Sófocles, heroicos en la desgracia, a los posteriores de Eurípides, más humanizados. También cabe destacar a Tucídides en el género histórico. Los dos centros culturales más importantes en Atenas fueron La Academia de Platón, donde se enseñaba matemáticas, astronomía y filosofía basada en el socratismo, y por otro lado la Escuela de Isócrates que educaba según los principios filosóficos sofistas y destacaba en la enseñanza de la retórica.
Contexto filosófico
Podemos destacar las influencias presocráticas de: Heráclito, del que tomará la visión dinámica de la realidad para su realidad sensible; Parménides, que con la concepción del ‘Ser’ sentaría las bases para la Idea o realidad inteligible platónica; Pitágoras, del que tomará la importancia de las matemáticas y sus ideas sobre la inmortalidad y transmigración del alma; y Anaxágoras, que con su idea de que todo es conducido por una inteligencia superior (nous). La pregunta por la realidad (physis), característica del periodo presocrático, cambiará hacia la pregunta por la realidad humana (conocimiento, moral y política) que intentarán ser respondidas por los sofistas y Sócrates, desde ópticas totalmente contrapuestas. Los sofistas defenderán el relativismo y el escepticismo asegurando que es imposible el conocimiento objetivo de la realidad. Para ellos, la verdad es inalcanzable por definición. Por ello no merece la pena perseguirla y lo mejor es centrarse en lo práctico, en la búsqueda del éxito personal. Platón, defenderá la posibilidad del conocimiento objetivo y verdadero, un conocimiento que tendrá una repercusión especial en el ámbito moral, buscando establecer conceptos universales que expresen qué es la virtud, la justicia, el bien, etc., para poder llevarlos a cabo en la práctica. Bajo esta óptica, la sofística es vista como una forma de corrupción intelectual que debe ser exterminada de raíz, porque en su expansión verían tanto Sócrates como el propio Platón la causa principal de la emergente decadencia ateniense del momento. Platón unirá la pregunta cosmológica de los presocráticos a la antropológica de sofistas y Sócrates, creando un sistema filosófico completo que trata de explicar la realidad, la verdad, y el bien. Desea aplicar dichos conocimientos a la sociedad griega, acabando así con la crisis en la que se encuentra sumida.