Platón y el Gobierno de la Polis
El Descontento con la Democracia y los Sofistas
La filosofía de Platón surge del descontento con la política de su época y la insatisfacción con las teorías de los sofistas. En el contexto político de la época de Platón, existía la democracia, el gobierno del pueblo. Sin embargo, Platón consideraba a estos gobernantes como demagogos, manipuladores que utilizaban la oratoria para convencer a las asambleas, a pesar de que sus argumentos no siempre fueran verdaderos. Educados por los sofistas, estos individuos defendían la relatividad de la verdad. La condena a muerte de Sócrates, maestro de Platón, acusado de impiedad y corrupción de menores, profundizó el descontento de Platón con el sistema político.
El Filósofo como Médico de la Polis
Platón se propuso remediar los males políticos de su tiempo. Su solución: el gobierno de los filósofos, quienes, a través de la filosofía, la verdadera ciencia, podrían contemplar las Ideas en el mundo inteligible.
El Filósofo-Gobernante y el Intelectualismo Moral
La teoría del filósofo-gobernante de Platón surge de la aplicación del intelectualismo moral de Sócrates al ámbito político. Según esta teoría, el bien solo puede ser alcanzado a través del conocimiento de su verdadera esencia, su significado eterno: la Idea de Bien.
El Estado Justo y la Estratificación Social
El objetivo principal de Platón era la felicidad del hombre, alcanzable únicamente mediante una vida justa en sociedad. Platón propuso un Estado Justo estratificado:
- Productores: Encargados de abastecer a la polis.
- Guerreros: Protectores de la ciudad.
- Filósofos-gobernantes: Sabios que gobiernan a la luz de las Ideas.
Platón comparó esta división con la del alma humana: la parte apetitiva (concupiscible) en los productores, la irascible en los guerreros y la racional en los filósofos-gobernantes. Cada estrato posee una virtud: moderación, valentía e inteligencia, respectivamente.
El Estado Ideal y la Armonía Social
El Estado Ideal platónico se caracteriza por la armonía entre las tres clases sociales, donde productores y guerreros se subordinan a los filósofos-gobernantes, quienes, por su conocimiento del bien y la justicia, actúan conforme a estas realidades eternas e inmutables. Platón defiende aquí el intelectualismo moral socrático, una concepción absolutista de los valores: el bien, la justicia y la virtud son objetivos, universales y accesibles a la razón. El conocimiento del bien es suficiente para obrarlo con rectitud y alcanzar la felicidad.
La Formación del Filósofo-Gobernante
El camino para convertirse en filósofo-gobernante es un proceso educativo largo y arduo, que incluye gimnasia, música, matemáticas, astronomía y, finalmente, filosofía. A través de una selección rigurosa, se forman los más aptos para gobernar: aquellos que han contemplado directamente las Ideas.
La Dialéctica Ascendente y Descendente
La dialéctica es el método para ascender al mundo inteligible (dialéctica ascendente). Una vez allí, el filósofo-gobernante debe regresar al mundo sensible (dialéctica descendente) para aplicar lo contemplado en el mundo de las Ideas, cumpliendo así con su obligación moral.
Estatalismo y Organicismo en Platón
Platón defiende una visión estatalista y organicista. El ser humano es un animal social y su vida solo tiene sentido en sociedad. El Estado se ocupa de la felicidad del pueblo en su conjunto, no de la de cada individuo. El Estado se asemeja a un organismo donde cada parte cumple una función específica.
Conclusión: El Filósofo como Gobernante Idóneo
El gobernante ideal del Estado platónico es el filósofo, un individuo que, mediante un riguroso proceso educativo, logra contemplar las Ideas absolutas, eternas e inmutables. Con esta visión, gobierna plasmando la esencia de las Ideas en el mundo sensible. Conociendo las Ideas de Bien y Justicia, actúa conforme a ellas, gobernando con justicia y virtud, y logrando la felicidad de todos los ciudadanos.