Platón y su contexto histórico
Platón nace en el año 427 a.C., en medio de una interminable guerra que mantenían Atenas y sus aliados frente a Esparta y los suyos, la Guerra del Peloponeso. Durante la primera mitad del siglo IV y hasta la muerte de Platón (347), el marco político sigue inestable. Hay una crisis que se extiende al ámbito cultural. Ante esta situación Platón se pregunta por qué los gobernantes conducen a los Estados a la crisis y enfrentamiento continuo y las revueltas y conspiraciones de la corte, veían en las ideas de Platón una amenaza para el régimen. -CF-
La Academia y la educación en Atenas
Su fracaso en Siracusa le lleva a fundar en Atenas un centro para educar a ciudadanos y gobernantes, la Academia. La democracia permitía que los ciudadanos accedieran por sorteo a cargos públicos. Este nuevo sistema había convertido a los sofistas en educadores de quienes quisieran ascender en ese contexto político. Para ellos, por tanto, la educación tiene una finalidad práctica inmediata, y consiste esencialmente en enseñar retórica, el uso del lenguaje como medio de persuasión del Consejo, Asamblea o Tribunales populares. Sin embargo, Platón la entiende de modo distinto, por eso su filosofía desembocará en una crítica no sólo a la explicación sofista del hombre y de su dimensión ético-política, sino también a la corrupción del sistema político que había desembocado en una permanente crisis. Ese enfrentamiento no será sencillo. Para acometerlo Platón profundizará y desmontará el subjetivismo y relativismo de estos maestros de retórica.
La influencia de Sócrates y los presocráticos en Platón
La concepción platónica del ser y de su conocimiento responde a la búsqueda de un fundamento a su nueva propuesta antropológica y ético-política. Ahora bien, esos argumentos platónicos contra los sofistas se nutren de ideas, especialmente de Sócrates y algunos presocráticos. Criticará al pensamiento sofista y al mecanicista y este propuso el concepto y el razonamiento inductivo como medio para superar el relativismo y el subjetivismo. Platón irá más allá y dotará de realidad objetiva al concepto introduciendo las ideas y el intelectualismo moral y también se inspira en la presocrática de la que asumirá la importancia de las matemáticas, su dualismo antropológico, la identificación del hombre con su alma racional y la reencarnación, los rasgos del ser de Parménides. También asume su dualismo gnoseológico así como que lo sensible es el terreno de la opinión y del ser no verdadero. De Heráclito acepta su visión del mundo sensible como un mundo en perpetuo fluir, y que, por tanto, no puede ser susceptible de conocimiento verdadero. Finalmente, criticará el mecanicismo atomista y defenderá una explicación teleológica eliminando algún vestigio mecanicista.
La República y la dialéctica platónica
La República es la obra fundamental de los diálogos de madurez, que se corresponde con el tercero de los cinco períodos en que se divide la filosofía platónica. En el diálogo se van desgranando los temas relativos la justicia, exponiendo cuáles son las clases sociales que componen la ciudad y cuáles las partes del alma humana. Especial atención se dedica a la educación del gobernante-filósofo y cómo éste mediante la dialéctica ha de alcanzar la idea del Bien Siendo la mejor forma de gobierno el de los más sabios (aristocracia), cualquier otra ha de ser degeneración de aquella.
La crítica de Nietzsche a Platón
Friedrich Nietzsche es uno de los autores más polémicos de la historia de la filosofía siendo la cultura occidental y la tradición filosófica duramente criticadas por él, pero siendo el más criticado Sócrates y Platón. En el plano ontológico, la filosofía platónica se caracteriza por el dualismo, y Platón defiende la existencia de dos mundos, el inteligible y el sensible o de la realidad física, sujeto al cambio y al devenir. El de las ideas es la auténtica realidad, que se capta por la razón y que es el único que puede proporcionar verdadero conocimiento (epistéme). El sensible, no es más que un mundo aparente, que se capta por los sentidos y solo da lugar a un conocimiento subjetivo y cambiante que no es más que mera opinión (doxa). Para Nietzsche es la única realidad existente. El supuesto «mundo verdadero de Platón es para él una invención de la razón, un síntoma de decadencia que muestra a la vez el desprecio de este mundo colocando su finalidad y su sentido en la otra vida. El Ser y toda la filosofía tradicional, no es más que una ficción vacía y una afrenta contra el mundo, frente a la verdadera realidad, la vida, que es puro devenir, pluralidad y transformación constante. Platón también defiende el dualismo y hay dos formas de conocimiento (doxa y episteme) que se corresponden con los dos mundos existentes. En Platón razón y sentidos se enfrentan siempre con la victoria de la razón. Sólo a través de la razón es posible conocer, ya que los sentidos muestran una verdad superficial. Nietzsche, por el contrario, realiza una defensa total de los sentidos, estos no mienten nunca. Mostrándonos el cambio, la multiplicidad y el devenir nos muestran la verdadera realidad. Es la razón la que nos engaña con sus prejuicios, la que transforma el testimonio de los sentidos convirtiéndolo en conceptos que nos hacen concebir las cosas como dotadas de unidad, duración, esencia… La razón momifica la realidad, los conceptos suplantan y nos hacen olvidar la vida. Abstracciones como sustancia, causa o Dios han sido tomadas como signos de una realidad verdadera que está detrás de ellas, cuando en realidad estas entidades metafísicas son creadas por el propio lenguaje y, a juicio de Nietzsche, son unas «herramientas artificiales» para la comprensión del mundo. Los conceptos supremos, los más generales, son a la vez los más vacíos. Para Nietzsche el arte que utiliza la metáfora, el símbolo y no el concepto, es un medio más adecuado que la filosofía de expresar el mundo. La verdad absoluta en que creían Platón y Descartes es imposible para Nietzsche, un error provocado por la forma de funcionamiento de la razón. En el plano antropológico también Nietzsche se opone a la concepción dualista platónica y tradicional. Platón identifica al hombre con el alma, que pertenece al mundo inteligible y tiene sus mismas características. El cuerpo no es más que un una cárcel. Nietzsche, valora el cuerpo, sus sentidos y sus instintos naturales. Frente al intelectualismo de Sócrates y Platón, defiende que solo los sentidos nos mostrarán la realidad del devenir y que son los instintos los que deben guiar nuestros actos. En el plano de la moral, Nietzsche se opone radicalmente a la moral platónica, por considerarla antinatural, contraria a los valores de la vida. Platón, ya lo hemos dicho, continúa la moral de Sócrates adoptando el intelectualismo moral como teoría clave para alcanzar el Bien, la Justicia, la Verdad. La formulación de la teoría de las ideas, la duplicación del mundo y la fundamentación de lo sensible a partir de lo inteligible inspiró al cristianismo hasta poner el sentido de la vida en un más allá transcendente y sobrenatural. Pero esto para Nietzsche es un síntoma de decadencia, de nihilismo. El considera que los valores morales son aquellos que favorecen la vida y que éste es y debe ser el único criterio de validez moral. Es por ello que el hombre bueno en el terreno moral es el Superhombre, poseedor de una voluntad fuerte que no obedece más precepto que el que ella dicta, consciente de solo existe un mundo, una sola vida, en contraste con la idea de bondad del platonismo y el cristianismo, que consiste en reprimir los impulsos del cuerpo con el fin de salvar el alma para la otra vida. Podemos decir que la filosofía nietzscheana puede entenderse como una inversión del platonismo en cuanto que la idea del «mundo verdadero es el mayor peligro para el hombre porque lleva a un desprecio de la realidad y a hacer esto «en nombre de la verdad».