Platón
Metafísica: Platón afirma que existen dos niveles de realidad: el mundo sensible, el que nos llega a través de los sentidos, resulta cambiante y poco fiable y el mundo inteligible o mundo de las ideas, eterno, que captamos a través de la inteligencia. Con la teoría de las ideas pretende 3 objetivos: 1) Ético: fundar la virtud en el saber. 2) Político: los gobernantes deben ser filósofos que se guíen por ideales absolutos. 3) Epistemológico: fundar la ciencia sobre bases seguras; las ideas. Las ideas trascienden a las cosas del mundo sensible. Esta separación entre las ideas y las cosas la representó Platón en La República mediante una alegoría: el mito de la caverna. Las ideas no son de naturaleza material, pero tampoco simples conceptos mentales. La relación entre ideas y cosas se puede analizar; desde el punto de vista de las cosas, se dice que es una relación de participación o imitación, desde el punto de vista de las ideas, es la llamada presencia o se dice que las ideas son causa de las cosas. Las ideas se encuentran jerarquizadas; la idea suprema es la idea del bien. La finalidad del mundo, su propósito es realizar el bien, realizar el areté, es decir, el mundo tiende al bien, a su propia perfección. El bien es como la luminosidad que permite ver las ideas, su sentido, su finalidad. Las ideas no representan lo que las cosas o las acciones son, sino lo que deben ser. En La República Platón compara la idea del bien con el sol, puesto que del mismo modo que el astro es el origen de la vida en el mundo sensible, la idea del bien ilumina y da al ser a las demás ideas del mundo inteligible.
Teoría del Conocimiento: Platón consideraba que las impresiones, al ser cambiantes, no nos proporcionan conocimiento. Contra el relativismo sofista, afirma que la posibilidad de un conocimiento verdadero se apoya en verdades absolutas e inmutables y que en un conocimiento que tiene como objeto algo cambiante no es un verdadero conocimiento. Las cosas no son lo que parecen, para conocerlas debemos captar su verdadero ser, que consiste, según Platón, en la idea o forma. El mundo de las ideas tiene para Platón las características del ser parmenídeo: fijo, inmutable, eterno y verdadero. Platón nos presenta dos formas de conocer las ideas: 1) Reminiscencia: conocer es recordar, las cosas imitan a las ideas. Sirve como ocasión para el recuerdo. 2) El camino como ascenso hacia el bien: se representa a través del mito, en el que el hombre encadenado a una cueva da por hecho que la verdadera realidad la constituyen las sombras que se mueven en el interior de la misma. Uno de estos prisioneros se libera de las cadenas. Cuando contempla el sol emprende el descenso con el objetivo de liberar a su compañero de la ignorancia. Platón distingue dos formas de conocimiento: 1) La opinión es el conocimiento sensible de las cosas de este mundo y está sujeta a error. Dentro de la opinión, distingue también la imaginación y la creencia. 2) La ciencia se ocupa del mundo de las ideas y sus enunciados nos conducen siempre a la verdad. La ciencia se basa en dos grandes conocimientos: el pensamiento, propio de la matemática, y el conocimiento, fruto de la contemplación directa de las ideas.
Antropología: Platón, basándose en elementos órficos y pitagóricos, elabora una teoría antropológica como soporte de sus concepciones éticas y políticas. Su concepción es dualista: concibe al ser humano como un compuesto de cuerpo (sôma) y alma (psijé) unidos accidentalmente. El cuerpo es una cosa sensible más que se genera y se muere. Es un obstáculo para lograr la perfección, por lo que la misión del ser humano en vida es tratar de purificarse (cátharsis) para poder ascender el alma a su lugar natural: el mundo de las ideas, alcanzando la felicidad. Es la tumba (sema) del alma. El alma es inmortal y domina sobre el cuerpo. Es una sustancia homogénea. Su actividad propia es la contemplación de las ideas y constituye la esencia del ser humano, por tanto, la antropología platónica es una psicología. Platón divide el alma en tres partes: La teoría del alma: El alma es el fundamento del movimiento y de la vida. Proviene del latín ánima, que es lo que anima a un cuerpo, por lo que tiene movimiento. El alma es el principio del conocimiento. Conocemos gracias al alma. Se identifica con el noûs, es una inteligencia capacitada para conocer las auténticas realidades: las ideas. Tiene diversas capacidades o dynamis. Tiene tres dimensiones y funciones: Racional: representada por el auriga, que es la que contempla las ideas, la que toma decisiones. Agresiva: es la dimensión en que radican los impulsos voluntarios, es inseparable del cuerpo. Apetitiva: es la fuente de los deseos y las pasiones relacionadas con el cuerpo
Ética: es una ética eudemonista, afirma que el fin que persiguen todos los seres es la felicidad. La felicidad exige unas condiciones: el equilibrio del alma y su armonía. Virtud y felicidad estarán vinculadas. Platón presenta distintas perspectivas de la virtud: 1) Virtud como sabiduría: concepto socrático que Platón nunca abandonó del todo. Intentaba superar el relativismo moral de los sofistas. Solo el que sabe de medicina puede curar a un enfermo. Pero frente a Sócrates, Platón afirma que no basta con conocer la virtud sino que hay que practicarla. 2) Virtud como purificación: el hombre prescinde cada vez más del cuerpo para poder acceder al mundo de las ideas. Es un concepto cargado de resonancias pitagóricas y órficas. Platón es contrario al hedonismo, no rechaza los placeres, siempre que estos sean moderados y estén controlados por la razón. 3) Virtud como armonía: surge cuando cada parte hace lo que le es propio. Significa que la parte racional debe guiar a la agresiva y ambas dominar a la apetitiva. La virtud se puede ver en: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Fruto de la armonía surge la salud del alma. Esta virtud tiene primacía sobre las demás.
Teoría política:
La República nos plantea una utopía política: aunque esta palabra sea propia del pensamiento renacentista (especialmente en autores como T. Moro o Campanella) la obra platónica intenta describir la Idea de Estado, y por ello uno de sus temas centrales será la justicia en el Estado. Este diálogo convierte a Platón en uno de los primeros utopistas de la historia. En esta utopía, el gobierno debe caer en manos de los filósofos, de los sabios, tesis defendida por Platón precisamente para evitar la ineptitud que detectaba en muchos de los políticos de su tiempo. Así el modelo platónico es una aristocracia de la virtud y del saber: el poder político no se hereda, sino que se ocupa temporalmente gracias a las virtudes y la sabiduría propias del gobernante. No es su ascendente familiar el que determina su lugar en la sociedad, sino su virtud. Los gobernantes no podrán nunca buscar su interés personal sino que deberán gobernar según el orden de las Ideas. Para evitar la corrupción, los gobernantes (y también los guardianes) renunciarán a la propiedad y la familia. La sociedad platónica aparece dividida en tres clases sociales, que se corresponden con las tres partes del alma y con las tres virtudes específicas de cada una:
Clase social | Parte del alma | Virtud moral |
Gobernantes | Alma Racional | Prudencia, sabiduría |
Guardianes | Alma Irascible | Fortaleza, valor |
Productores | Alma Concupiscible | Templanza |
Se trata, por tanto, de una sociedad jerarquizada: en cada ser humano predomina un tipo de alma concreto que determina a su vez la clase social que le corresponde. Para esto, cada individuo será educado, según sus capacidades, para ocupar un lugar concreto en la sociedad. Por ello, la sociedad platónica es, ante todo, una institución educativa, donde la formación de los individuos (la paideia) ocupa un lugar esencial. Los ciudadanos quedan, de este modo, al servicio de la sociedad. Asimismo, Platón llegó a describir una evolución en las diferentes formas de gobierno, marcada en todo momento por la degeneración propia de cada sistema. Así, a la aristocracia (gobierno ideal, según Platón) le seguirá la timocracia (gobierno de los guerreros), a esta la oligarquía (gobierno de los ricos), y a esta la democracia (dominio de la masa manipulable), que dará paso a la tiranía, que sería la ruina del Estado. Aunque esta evolución no se comprobara en la historia de Grecia, sí deja ver claramente el escepticismo platónico respecto a la naturaleza humana. El proyecto político de Platón está formulado en contra del relativismo de los sofistas, aspirando a lograr un modelo intemporal de Estado. El tema político volverá a ser abordado en otro diálogo, las Leyes (éste ya del periodo de vejez), donde Platón expone una cantidad enorme de regulación estricta y rigurosa, tratando de evitar la decadencia del Estado. Todo estaría absolutamente legislado, para impedir que hubiera la más mínima variación. Se trataría una vez más de esa aspiración platónica a construir un Estado que supere el cambio y el devenir.
Platón y las nuevas cavernas: La filosofía de Platón tiene mucha influencia en la actualidad y se puede relacionar con muchos aspectos de la sociedad de hoy en día. En estos tiempos cada vez más personas crecen rodeadas de pantallas de ordenadores, de televisiones, de videoconsolas, mensajes subliminales y todo tipo de influencias manipuladoras. En el Mito de la caverna se explica cómo un grupo de hombres vive en una cueva encadenados viendo sombras toda la vida (las sombras las podemos comparar con los mensajes que nos dan los medios de comunicación) y uno de estos hombres al ser liberado sale fuera de la caverna y ve la realidad gracias a la luz del Sol y se da cuenta de que lo que antes estaba viendo eran sólo sombras y que no eran reales. En esta sociedad los seres humanos vivimos engañados, inmersos en un “confort” o en una “comodidad” que creemos que es bueno y normal y no luchamos por encontrar la verdad, muchas veces porque la verdad es dura y difícil de encontrar. La gente vive manipulada y cada vez menos personas hacen algo al respecto. Vivimos rodeados de sombras y estamos inmersos en esa “caverna” de Platón y parece que es muy cómodo vivir ahí porque cada vez menos gente quiere salir.