Principios Fundamentales del Pensamiento Social Cristiano: Dignidad, Bien Común y Solidaridad

Principios Fundamentales del Pensamiento Social Cristiano

Persona: El PSC ve a la persona como sujeto y objeto de normas éticas, libre y social, con derechos y deberes dentro de una comunidad.

Dignidad: El ser humano tiene dignidad inherente, creada a imagen de Dios, lo que fundamenta sus derechos.

Bien Común: Las condiciones sociales deben permitir el desarrollo integral de todos. Este bien es indivisible y se busca en conjunto con otros.

Solidaridad y Subsidiaridad: La solidaridad es un compromiso con el bien común, mientras que la subsidiaridad fomenta la autonomía de las instituciones más pequeñas, apoyadas por las superiores.

Dignidad y Sociabilidad

El Pensamiento Social Cristiano sitúa en la Dignidad de la persona el primer principio fundamental. La dignidad se apoya en cuatro premisas:

  • La bondad natural de lo creado por Dios.
  • La ordenación de todo hacia el hombre.
  • La referencia en Jesucristo.
  • La limitación o corrupción del corazón del hombre (el impulso hacia el mal).

El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, es el centro de la sociedad y ésta debe favorecer el desarrollo de sus facultades, aspiraciones y de la felicidad.

El Pensamiento Social Cristiano señala unos rasgos de la sociabilidad. Los seres humanos somos sociables por naturaleza. La sociabilidad une a las personas, siendo plural y buscando conseguir el bien común, favoreciendo el desarrollo y promocionando las sociedades intermedias hasta los organismos supranacionales y la comunidad universal.

En términos de derechos humanos, el PSC los ve como expresión de la dignidad humana, previos a las leyes, derivados de Dios y vinculados a deberes. La dignidad humana es inherente e inalienable, y los derechos deben respetarse en todas las circunstancias, con un equilibrio entre derechos y deberes para evitar exigencias excesivas sin fundamento.

Bien Común

El Bien Común procede de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas. Nos referimos al conjunto de condiciones sociales que consienten y favorecen en los seres humanos el desarrollo íntegro personal. Es indivisible, se persigue junto con los demás y favorece a cada uno, en particular, y a todos, en general. Tiene que ver con el compromiso con la paz, la organización de los poderes del Estado, al ordenamiento jurídico, los servicios básicos de las personas. La responsabilidad de construir el bien común es competencia del Estado y de cada una de las personas.

La Solidaridad

La Solidaridad: toda persona, como miembro de la sociedad, está ligado al destino de esta y, según el Evangelio, a un destino de salvación de todos los hombres. La solidaridad contempla dos aspectos:

  • Es virtud moral: es la determinación firme de la persona de luchar por el bien común. No es un sentimiento superficial de lástima por los males ajenos.
  • Es principio social: porque debe promover la justicia social en orden al bien común, localizando las injusticias para ser transformadas en estructuras solidarias.

La Subsidiaridad

La Subsidiaridad complementa el principio de la solidaridad, y es el principio que se encarga de promover las expresiones originarias de sociabilidad. Según este principio, las organizaciones superiores deben estar en actitud de ayuda (“subsidium”), promoción y desarrollo de las inferiores.

Participación Social

La Participación social asegura la realización de las exigencias éticas de la justicia social, la participación y contribución justa y responsable de los miembros de la sociedad para el desarrollo social, económico, político y cultural. Es consecuencia de la subsidiaridad. Es deber de todos los hombres para potenciar el bien común. Es aspiración del hombre y da cuenta de su dignidad y libertad en el progreso. Debe promoverse la participación protegiendo a los más débiles y favoreciendo la alternancia de los dirigentes políticos, frente a totalitarismos de toda índole.

El Destino Universal de los Bienes

El Destino universal de los bienes: los bienes de la tierra están destinados al uso de todos los hombres para satisfacer su derecho a una vida conforme a la dignidad de la persona y exigencias familiares. Se incorpora en el cristiano para la promoción de la justicia. La persona necesita dichos bienes materiales para cubrir las necesidades primarias básicas para su existencia. No es sinónimo de disponer de lo que apetezca o de aquello que pertenece a los demás.

El Derecho a la Propiedad Privada

El Derecho a la propiedad privada tiene origen en su conquista por el trabajo personal. Está subordinado al derecho al uso común o al destino universal de los bienes. La propiedad debe ser accesible a todos por igual. Busca la autonomía personal y familiar y se entiende como ampliación de la libertad humana y de la responsabilidad. Es elemento esencial del PSC y su búsqueda de política económica social y democrática.

Valores Permanentes del PSC

  • La Verdad. El fin de la razón humana es la verdad.
  • La Libertad: consiste en la capacidad que tenemos los humanos para realizar las tareas vitales que su condición racional plantea a su responsabilidad moral. La concepción cristiana considera la libertad sobre la base de la responsabilidad moral personal.
  • La Justicia: es el fundamento de toda vida social, es la disposición permanente de las personas para dar a cada uno “lo suyo” o debido a cada persona. Tipos:
    • Justicia conmutativa: regula la relación del individuo con otro individuo.
    • Justicia distributiva: regula la relación de la comunidad con cada uno de sus miembros.
    • Justicia legal: lo que deben los individuos a la comunidad.
    • Justicia social: lo social impone a la justicia la exigencia de ajustarse a los cambios sociales y de la vida social.
  • El Amor: la fe cristiana impone por encima de la justicia y por vocación de Dios el valor del amor, encaminado a la caridad y la solidaridad. La justicia social debe tener como fuente el amor.

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