Problema de Dios en Tomás de Aquino

1.-Razón y Fe

– Para Santo Tomás existen dos niveles de conocimiento: el conocimiento natural, cuyo contenido es el universo y que se alcanza por la razón natural; y el conocimiento sobrenatural, cuyo contenido es la Revelación y que se alcanza mediante la fe. Hay verdades comunes a ambos: los preámbulos de la fe.

– Hay una ciencia mixta de ambos conocimientos: la teología sobrenatural. Estudia la fe mediante la razón. La fe aporta los primeros principios de la teología (los artículos de la fe); la razón se encarga de demostrar los preámbulos de la fe y ayuda a ésta realizando la función apologética, y deduciendo y ordenando los contenidos de la teología.

– Santo Tomás no opone la filosofía y la teología, la razón y la fe, porque ambas provienen de Dios, pero establece una clara distinción entre ellas: la certeza de la filosofía depende de principios evidentes para la razón, mientras que la certeza de la teología proviene de la Revelación y proviene de la aceptación de la palabra de Dios.

2.-

La existencia de Dios: las 5 vías

-La existencia de Dios, aunque fuera algo evidente en sí mismo no les es para nosotros y, por tanto, no es un conocimiento evidente; es necesario un proceso discursivo.

– Santo Tomás, que no acepta el argumento “a priori” de San Anselmo, demuestra la existencia de Dios mediante cinco vías que buscan remontarse desde el efecto a la causa;
Son, por tanto, vías “a posteriori”.

– Todas tienen un esquema parecido con algunas variaciones.

a) Parte de un hecho de experiencia (la existencia de: movimiento, series de causas eficientes, seres contingentes, grados de perfección, seres irracionales que obran por un fin)

B) Aplica el principio de causalidad (por ejemplo, en la primera vía, todo lo que se mueve es movido por otro)

C) Expone que es imposible un efecto hasta el infinito

d) Llega al término final de la vía: la existencia de Dios como: Motor inmóvil, causa incausada, ser necesario, ser perfectísimo e inteligencia ordenadora.

3.-

La esencia de Dios

– Santo Tomás aborda dos cuestiones: la posibilidad de conocer la esencia de Dios y cómo es la esencia de Dios.

– Uno de los principales retos a los que se enfrenta Santo Tomás en este tema es el de defender la posibilidad del conocimiento de Dios sin que se rebaje la calidad de su ser. Es preciso mantener una posición equilibrada que nos aleje de dos extremos: el peligro de antropomorfización y la posibilidad de un acceso únicamente arracional (místico)

-Santo Tomás empleará varios recursos:

– la afirmación: afirmaremos de Dios únicamente aquellas propiedades puras que no traen consigo imperfección alguna;

– la negación: negar las propiedades de la criatura que implican imperfección (niego el movimiento: Dios es inmóvil)

– la eminencia: diremos que Dios posee de forma infinita las perfecciones que encontramos en las criaturas: bondad, inteligencia, voluntad.

– ¿Cómo es la esencia de Dios? Las cinco vías ya nos suministran otros tantos predicados de Dios: Motor inmóvil, Causa incausada, Ser necesario y perfectísimo, Inteligencia suprema.

– ¿Qué es Dios? ¿En qué consiste la esencia de Dios? Dios es el mismo ser subsistente: en Él la esencia se identifica con la existencia. Esta propiedad es la raíz de todas las demás perfecciones (es el constitutivo formal) y aquello por lo cual su esencia se distingue de los seres creados, en todos los cuales la esencia es distinta de la existencia. Los atributos divinos o perfecciones de Dios tienen su origen en el constitutivo formal y pueden ser entitativos (como  la infinitud y la bondad) u operativos(como el querer o el poder).

4.-

La ética y la ley natural

– El fin último del hombre es la felicidad. Esta idea se conforma con la ética de la felicidad (eudemonista) y ética del fin (teleológica). La ley eterna que rige el universo, se encuentra también todos los seres, incluyendo la inteligencia humana, creando lo que conocemos como ley natural o moral. Esta ley nos impulsa hacer el bien y poder alcanzar la felicidad.

– La felicidad se alcanza con Dios, el fin del hombre. Dios gobierna sobre los seres irracionales con leyes y sobre racionales con la naturaleza. En esta naturaleza en la que el hombre es libre, puede actuar de acuerdo con el bien o contra él, con el mal. Para comprender las acciones del hombre, se entienden los factores en objeto, fin, y circunstancias.

– Por último, la conciencia conoce la naturaleza de una acción que, al conocerlos la conciencia, puede aplicar los principios. La costumbre actuar bien se denomina virtud, e impulsa al hombre hacia la felicidad.

5.-

La política y la ley natural

– El hombre convive en sociedad, pues es social por naturaleza. En este conjunto, se establecen unas leyes para organizar el estado, de acuerdo lo más próximo posible a las leyes natural y divina. Estas leyes poseen varias carácterísticas.

– En primer lugar, deben ser flexibles para ajustarse a la ley natural, ya que han de actuar de manera que alcancen amor y conocimiento verdadero. Además, deben dictarse por un gobierno o comunidad y, por último, deben llevar al bien común de los seres.

– Santo Tomás distingue al gobierno civil en gobernantes y gobierno religioso en la iglesia como formas de poder independientes. Se establecen varias formas de gobierno distintas; república, aristocracia, y monarquía; siendo esta última la preferida por Santo Tomás, con alguna carácterística republicana y aristocrática. Otras carácterísticas negativas derivadas de estos métodos son la tiranía, oligarquía y democracia.

6.-

Ética y política: la ley natural

– La ética de Santo Tomás es una ética eudemonista: la felicidad es el fin último del hombre. La felicidad se consigue haciendo el bien y evitando el mal, llevando una vida ética. Y el hombre sabe lo que es bueno y malo buscándolo en sí mismo, en su propia naturaleza. El conjunto de normas que se derivan del conocimiento de la naturaleza humana le llamamos ley natural –ley moral natural-. Y como la naturaleza humana tiene su origen en Dios, podemos decir que la ley moral natural está dada por Dios. Por tanto, la ética es el fundamento de la moral.

– Por otro lado, el hombre es un ser social por naturaleza. Esta sociedad debe regirse por leyes justas, que son las que buscan el bien de todos y cada uno de los hombres y que por tanto han de respetar la ley natural. Esta también es el fundamento de la política.

B.-

Razón y Fe San Agustín y Santo Tomás

– Para San Agustín así como para Santo Tomás, el fin último del hombre es conocer y amar a Dios y vivir con El después de la muerte (visión beatífica). En ambos, la fe y la razón tienen su función y no se desecha ninguna de las dos. Ambos coinciden en afirmar que la fe es la sabiduría fundamental y que no puede haber contradicción entre razón y fe, ya que ambas tienen su origen en Dios.

– En ambos, la razón ayuda a encontrar a Dios y por tanto conduce a la fe (en San Agustín, el “intellege ut credas”; en Santo Tomás las demostraciones racionales de las existencias de Dios y los preámbulos de la fe); también en ambos la fe ayuda a la razón a evitar errores (en San Agustín el “crede ut intelligas”; en Santo Tomás la fe es criterio extrínseco de verdad y además, suministra algunos datos a la razón para su reflexión) y en ambos la razón ayuda a esclarecer la fe (en Santo Tomás está más clara la función ordenadora, sistematizadora y profundizadora de la razón).

– La gran diferencia entre Santo Tomás y San Agustín será que este último, aunque distingue entre Fe y Razón como fuentes de conocimiento distintas, no trazó nunca fronteras entre ellas, sino que consideró que ambas conjuntan y solidariamente tienen como misión el esclarecimiento de la verdad que es una, la verdad cristiana. En cambio, Santo Tomás plantea que hay dos tipos de conocimiento diferenciados: el natural y el sobrenatural. Cada uno aporta valores distintos en la construcción de la Teología que es una ciencia mixta de razón y fe. Y a su vez distingue claramente la Teología de la Filosofía. Cada una de las dos ciencias es completa y autónoma en su nivel, con sus métodos y contenidos propios. Por ejemplo: ambas tratan de las criaturas; la filosofía estudiará su consistencia natural, sus causas, sus propiedades etc.; la teología las verá en cuanto salidas de Dios y ordenadas al Él cómo fin último.

C.-

Comparación existencia de Dios San Agustín y Santo Tomás

– San Agustín y Santo Tomás tienen en común que ambos son cristianos y, por tanto, ambos tienen fe en Dios, creen que Dios existe. – Sin embargo, sus posturas ante el tema de la fe y la razón son diferentes. S. Agustín, aunque distingue entre Fe y Razón como fuentes de conocimiento distintas, no trazó nunca fronteras entre ellas, sino que consideró que ambas conjuntan y solidariamente tienen como misión el esclarecimiento de la verdad que es una, la verdad cristiana. Por ese motivo San Agustín no se preocupa de elaborar pruebas sistemáticas de la existencia de Dios, aunque propone diversos argumentos que ponen de manifiesto su existencia, haciéndolo con esa estricta intención.

– Por su parte Santo Tomás afirma que Fe y Razón son fuentes de conocimiento distintas y cada una tiene su objetivo, su campo de actuación y su método de trabajo. Por tanto, es necesario que la razón alcance con su método –la razón natural- la existencia de Dios que, aunque sea una verdad evidente en sí misma, no lo es para nosotros. Santo Tomás sí articula unas pruebas auténticamente filosóficas de la existencia de Dios.

– San Agustín argumentará en dos líneas: a) el orden observable del mundo nos orienta hacia un Dios supremo ordenador o la universal creencia en los dioses por parte de todos los pueblos conocidos b) las verdades eternas e inmutables, que él admite, no pueden derivar de la experiencia sensible que es cambiante y temporal, tampoco pueden ser producidas por la mente humana que, igualmente, es cambiante y temporal; sino que han de tener su origen en un ser inmutable y eterno, a su vez, es decir, en Dios.

– Santo Tomás argumentará mediante las cinco vías, demostraciones “a posteriori” que va de los efectos a la causa. Así, accedemos a Dios como causa, pero partiendo de los efectos, lo cual responde mejor a nuestro modo natural de conocer. De este modo conocemos a Dios como motor inmóvil, causa incausada, ser necesario, ser perfectísimo o inteligencia ordenadora.

Disertación 1: El conocimiento natural de los primeros principios ha sido infundido por Dios en nosotros, ya que Él es el autor de nuestra naturaleza.

Conocimiento natural


: Por medio de la razón natural alcanzamos le conocimiento natural. Utiliza los métodos propios de la ciencia. Una de sus carácterísticas, es que sus postulados, conclusiones etc. Tienen una evidencia intrínseca, es decir, alcanzada por la razón, por sus propios medios. Es para Santo Tomás un elemento central de su pensamiento: junto con el conocimiento sobrenatural conformará la teología. Es importante dejar claro que nunca confunde la razón natural con la fe: cada una tiene su función y sus principios.

Primeros principios


Los primeros principios del conocimiento son las primeras verdades que nuestro conocimiento alcanza en las cuales se fundamentan todos los demás conocimientos. Se alcanzan por intuición ya que son evidentes, y por tanto no se puede demostrar. Se puede decir que están en nuestro conocimiento. Tienen, por tanto, una evidencia intrínseca. Entre ellos podemos citar el principio de identidad, el principio de no contradicción, el principio de tercero excluido que son leyes tanto del pensamiento como de la realidad.

Nos plantea Santo Tomás que si Dios es causa de nuestra naturaleza, al causarnos nos ha dado todo lo que hay en nosotros. Como nosotros encontramos por nosotros mismos, mediante el conocimiento natural, los primeros principios, quiere decir que allí los ha puesto nuestro Creador.

Parece que está tesis es radicalmente coherente si aceptamos que Dios nos ha creado. Si el conocimiento es una perfección, está perfección ha de proceder del creador, es decir, de su causa. Dicho de otra manera, la verdad que hay en nosotros estará causada por la Verdad de Dios, es una perfección participada. Este análisis le servirá a Santo Tomás para construir posteriormente su 4º vía o vía por los grados de perfección. Esta tesis tiene, por tanto, influencia aristotélica (la vía de la causalidad está tomada de Aristóteles) y platónica (la vía de los grados de perfección es de origen platónico).

Esta tesis solo tiene sentido si aceptamos las pruebas de la demostración de la existencia de Dios y además que ese Dios es el que nos crea.

Estas pruebas están basadas en la aceptación de que desde el conocimiento de experiencia se puede llegar a Dios mediante un proceso que implica la aceptación del principio de causalidad. Pero ni todo el mundo acepta la validez del conocimiento sensible, como es el caso de los racionalistas como Descartes, ni todo el mundo acepta la validez del principio de causalidad como es el caso de los empiristas como Hume.
Sin alejarnos tanto del comienzo de la filosofía, ya en Grecia los sofistas eran escépticos y negaban que pudiera haber ningún conocimiento verdadero.

En conclusión, la tesis enunciada está coherentemente deducida de la existencia de un Dios creador, por lo que su validez dependerá de la aceptación de esta demostración. Personalmente acepto la validez de esta demostración. Las posturas contrarias como el escepticismo no creo que ayuden a construir el edificio del conocimiento, precisamente porque lo niegan. Tampoco el Empirismo que niega la causalidad me parece que sirva para construir la ciencia. Por eso motivo, el marco teórico de Santo Tomás me parece más aceptable y dentro de él la tesis que ahora debatimos.

Disertación 2:

Podemos llegar a la causa a partir de los efectos, porque la causa produce algo semejante a sí mismo

Las cosas sensibles


En primer lugar, los seres sensibles son seres creados por Dios de la nada. Dios pone en la existencia sus ideas dándoles el ser. Pero muy especialmente hay que resaltar que como Dios es su causa, es posible ascender desde los efectos a la causa y por tanto se puede demostrar la existencia de Dios. Como hemos visto en la prueba de la existencia de Dios, todas las vías comienzan en un hecho de experiencias.

La sustancia de Dios


Una vez demostrada la existencia de Dios, Tomás de Aquino quiere conocer cómo es Dios, es decir, cuál es su sustancia o esencia. Cómo los seres creados están causados por Dios, en ellos habrá reflejos de cómo es Dios. ¿En qué consiste la esencia de Dios?  Dios es el mismo ser subsistente: en Él la esencia se identifica con la existencia. Esta propiedad es la raíz de todas las demás perfecciones y aquello por lo cual su esencia se distingue de los seres creados.

No parece difícil apoyar la tesis de que a la causa se puede llegar a través de los efectos. Todo lo que existe, o existe desde siempre o ha sido causado por otro, es decir, por su causa; porque no parece posible que algo sea causa de sí mismo. Casi podemos decir que es un principio natural del conocimiento: cuando sucede algo, naturalmente nos preguntamos por sus causas. ¿Por qué a esta persona le duele el estómago? ¿Por qué vuelan los pájaros? Si no existiera relación entre la causa y el efecto, no sería posible la ciencia.

A mi juicio, solo es posible objetar algo a esta tesis si afirmamos que causa y efecto son tan diferentes que observando el efecto no nos podemos imaginar ni remotamente cuál sería su causa. Pongamos un ejemplo: como yo veo que del fuego sale humo, cuando veo humo puedo imaginar que vendrá de un fuego. Un joven que vea por primera vez humo en un escenario se verá en peligro porque pensará que hay fuego en el teatro. En este caso, por el humo (efecto) no ha llegado a su auténtica causa (unos productos químicos). Luego no siempre es cierta la tesis de que de los efectos se pueden llegar a la causa. Pero creemos que son ejemplos cogidos por los pelos.

Personalmente creo que es evidente la relación entre la causa y el efecto. Sabemos que cuando activamos una causa se activa el efecto. Y actuar de otro modo no es lógico. De hecho, cuando activamos una causa somos responsables del efecto: así sucede en la vida civil con la responsabilidad; también sucede así en la ciencia: los científicos buscan la causa que es aquello que activado produce el efecto. Esto no excluye que a veces la inteligencia humana se equivoque y atribuya los efectos a unas determinadas causas de forma errónea, como pasa con el ejemplo del fuego en el escenario.

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