3. Argumento ontológico:
El llamado argumento ontológico, viene también a probar la existencia de
Dios. Tengo la idea de un ser sumamente perfecto;
Su existencia es inseparable
En Él de su esencia; por tal razón tan contradictorio sería concebir un ser
Sumamente perfecto,
Sin una de las perfecciones ya que, para él, la existencia es una perfección.
La Tercera prueba se inscribe, con caracteres propios, en la trama argumentativa Inaugurada por San Anselmo y que Kant denominó «argumento Ontológico». Constituye la prueba más célebre de Descartes, quien la considera «tan cierta como cualquier demostración geométrica».
El Punto de partida de su argumento lo constituye la idea de un ser soberanamente Perfecto; tal idea la poseemos clara y distintamente, con la misma claridad y Distinción con la que percibimos en un triángulo que sus tres ángulos han de Ser iguales a dos rectos. Ahora bien, examinando la idea de triángulo no se deduce De ella la existencia. Sin embargo, quien examina la idea de «un ser Omnisciente, omnipotente y en extremo perfecto, fácilmente juzga, por lo que Percibe en esta idea, que Dios, que es ese ser perfectísimo, es o existe» (Principios de Filosofía, I).
En Síntesis: si soy capaz de concebir la idea de Dios como perfectísimo, incluyo, Necesariamente, la esencia perfecta, es decir, existente. La llamada «prueba» ontológica se reduce, por tanto, a una intuición inmediata De la naturaleza de Dios en la que se incluye su existencia necesaria. Así pues, En la idea de Dios está comprendida su existencia y de ella depende absolutamente La certeza de todas las cosas. Hasta tal punto es así que sin el conocimiento De Dios es imposible llegar a saber nada perfectamente. La clave de esta prueba Es la concepción de la idea de Dios de modo claro y distinto, una vez que Previamente ha establecido que «todo lo que se conoce de modo claro y Distinto es verdadero» (Meditaciones Metafísicas, V).
No Obstante, hay un círculo vicioso: se apoya en la veracidad de Dios para Asegurar la capacidad cognoscitiva y, por otro lado, afirma a Dios a partir de Las ideas innatas que Él nos ha puesto en la mente. Se trata de saber, en Definitiva, si el cogito es realmente El principio de la filosofía o se subordina a Dios.
El Análisis de los argumentos cartesianos nos permite señalar algunas de las principales Tesis propias de su teología natural: el carácter innato de La idea de Dios, la noción de Dios como causa de sí mismo (causa sui), su teoría de la creación de las verdades eternas o su Doctrina acerca de la «creación continuada».
En lo esencial, este argumento mantiene que Concebir a Dios es casi la misma cosa que concebir que existe. Los pasos Básicos de esta prueba, tal y como la encontramos en las Meditaciones metafísicas, son los siguientes:
- todo
Lo que conozco clara y distintamente como perteneciente a ese objeto, le
Pertenece realmente;
Sé, por ejemplo, que todas las propiedades que percibo clara y Distintamente que pertenecen a un triángulo, le pertenecen realmente; En La idea de Dios está comprendido el ser absolutamente perfecto
Si revisamos la idea o Noción que tenemos del Creador encontramos que lo concebimos como un ser Omnisciente, omnipotente y extremadamente perfecto (o dicho en otros términos: Si investigamos con exactitud su naturaleza, encontramos que a ésta le Pertenece la infinitud);
Descartes Considera la existencia como una propiedad puesto Que puede ser atribuida a una cosa (tesis con la que no estará de acuerdo Kant); así, la existencia posible es Una perfección en la idea de un triángulo Porque la hace más perfecta que las ideas de todas las
- quimeras
Que no pueden ser producidas.
Pero La existencia necesaria es una perfección aún mayor.
El existir Realmente hace de algo más perfecto que el existir meramente en el Pensamiento o que la mera posibilidad de existír; la existencia Necesaria y eterna está comprendida en la idea de un ser absolutamente Perfecto; luego Dios Existe.
En la idea de Dios está comprendida su Existencia del mismo modo que en la idea del triángulo está el que la suma de Los tres ángulos internos sea igual a dos rectos. Señala también que esto no Ocurre con ninguna entidad distinta a Dios: en las ideas de las otras entidades Encontramos contenida sólo la posibilidad de existencia, no su realidad. En Dios –y sólo en Él– se encuentra su existencia necesaria, su naturaleza o Esencia así lo predispone. Descartes considera que la evidencia de esta prueba Es la misma que la que tenémos de que dos es un número par, tres es un número Impar y cosas semejantes.
Conclusión:
En Los tres argumentos expuestos, Descartes intenta probar la existencia de Dios, Partiendo de la propia existencia como un ser pensante, mientras que la Tradición aristotélica-escolástica hacía descansar una de las pruebas más Importantes en la existencia del mundo sensible y en la necesidad de que el Mundo, y el orden que en él advertimos, tengan una causa primera. Descartes en Cambio, encerrado en su propia conciencia tendrá que apoyarse en Dios para Probar la existencia del mundo exterior, invirtiendo por completo el orden Tradicional.