Comentario Kant
AUTOR: Kant es el principal representante de la filosofía ilustrada alemana del Siglo XVIII. Se educó en la tradición racionalista aunque, conforme al espíritu ilustrado, hace un uso crítico de la misma. Su filosofía crítica recibe el nombre de “idealismo transcendental” y con ella pretende superar la oposición entre Racionalismo y Empirismo dando un giro copernicano a la visión que tradicionalmente se tenía de la realidad y del sujeto al afirmar que la realidad es una construcción subjetiva.
TEMA: El texto habla de la utilidad de la crítica de la razón pura. Señala que esta crítica tiene una doble utilidad: Por un lado, señalar los límites que el conocimiento humano no puede traspasar y por otra advertir que esa limitación lo que hace es poner de relieve que además de un uso teórico la razón pura tiene un uso práctico que hace necesario que la razón traspase esos límites para poder justificarse como actividad.
IDEAS PRINCIPALES: La razón pura tiene dos usos bien diferenciados. Un uso teórico o especulativo y un uso práctico En su uso teórico o especulativo la razón no puede sobrepasar los límites de la experiencia si no quiere adentrarse en el ámbito de lo desconocido Los principios a los que la razón llega cuando traspasa los límites de la experiencia encuentran su sentido y su necesidad en el ámbito de la razón práctica.
Además de un uso teórico la razón tiene un uso práctico que prima sobre el teórico
EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS: La tarea de la crítica de la razón pura es analizar las condiciones trascendentales priori del conocimiento. La crítica de la razón pura es (y lo dice Kant en el texto) UN TRATADO SOBRE EL MÉTODO DE LA FILOSOFÍA. Este método consiste en el análisis de los contenidos a priori del conocimiento (lo que el sujeto pone en el conocimiento). Si la metafísica hace esto, es decir, acepta que su único uso correcto es al análisis de los contenidos a priori del conocimiento (lo que el sujeto pone en el conocimiento) la metafísica se concluirá del mismo modo que lo han hecho la lógica, las matemáticas y la física. El texto señala que la UTILIDAD DE LA CRÍTICA DE RAZÓN PURA -DE LA FILOSOFÍA, POR TANTO-, ES NEGATIVA. Con esto Kant quiere decir que la metafísica no suministra ningún conocimiento sino que únicamente sirve para establecer los límites de todo conocimiento. Es decir, la filosofía no me permite conocer nada sino que me dice qué es lo que no puedo conocer. Y lo que no puedo conocer son los principios con los que la razón sobrepasa sus límites: la idea de Dios, la idea de un alma libre e inmortal o la idea de mundo.
EL CONOCIMIENTO SÓLO PUEDE LIMITARSE A LA EXPERIENCIA.AUNQUE NO PODEMOS CONOCER EL NOÚMENO CIENTÍFICAMENTE, SI PODEMOS PENSARLO DE FORMA PRÁCTICA… Tal vez, por nuestra forma de conocer no podamos conocer las cosas en sí, pero al menos podemos suponer (pensar) que existen las cosas en sí, diferentes de las cosas como se me muestran (fenómeno)
. De hecho, tenemos una seguridad moral de la existencia de esos principios. Kant pone dos ejemplos de esto: estamos seguros de la existencia de un mundo nouménico y estamos seguros de la existencia de un “alma libre”. No pensar o suponer que existe el mundo en sí sería como afirmar que conocemos la manifestación de algo que no existe: que el fenómeno es la manifestación de una inexistencia. Kant afirma que aunque no podemos conocer esos objetos (del mundo) como cosas en sí mismas, sí ha de sernos posible, al menos, pensarlos. De lo contrario, se seguiría la absurda proposición de que habría fenómeno sin que nada se manifestara. Algo parecido ocurre con la libertad. No puedo conocer mi alma como algo libre porque el conocimiento se limita a los fenómenos y todo fenómeno está condicionado por las leyes de la naturaleza. Pero la puedo pensar como noúmeno. Podemos tomar la voluntad en dos sentidos, como un fenómeno y en este sentido no sería libre, estaría determinada por las leyes de la naturaleza. Pero también la podemos considerar desde un punto de vista moral. Y del mismo modo que tengo la certeza moral de que hay un mundo detrás de los fenómenos, también tengo la certeza moral de que mi voluntad es libre en cuanto a la moral, ya que LA MORAL PRESUPONE LA LIBERTAD (no hay moralidad si no somos libres moralmente).La misma argumentación puede extenderse a la existencia de Dios, al que consideramos como modelo de perfección y como aquél que premiara nuestro esfuerzo por ser mejores conforme a los patrones de la moralidad. Dios, alma y mundo se convierten así en postulados de la razón práctica. Kant pone de manifiesto en este fragmento que la única restricción que impone su crítica es la de considerar como “conocimiento” a algo que no lo es (lo nouménico). Pero los intereses del ser humano no quedan trastocados lo más mínimo por el hecho de no poder conocer científicamente las totalidades que representan las ideas de mundo, sujeto o Dios, porque esto no significa ni implica que los vayamos a sacar de nuestro horizonte vital. En la Crítica de la razón pura, Kant hizo un considerable esfuerzo por explicar cómo es posible el conocimiento de los hechos (es posible gracias a la conjunción de dos elementos: las impresiones sensibles procedentes del exterior y ciertas estructuras a priori que el sujeto impone a tales impresiones: las formas de espacio-tiempo y las categorías o conceptos puros) y hasta dónde es posible el conocimiento de objetos (el conocimiento objetivo sólo tiene lugar en la aplicación de las categorías a los fenómenos; las doctrinas metafísicas no proporcionan conocimientos objetivos porque aplican las categorías más allá de la experiencia y eso no les está cognoscitivamente permitido). Pero la actividad racional humana no se limita al conocimiento de los objetos. El hombre necesita conocer también cómo ha de obrar. La razón posee también una función moral. Esta doble vertiente de la razón -conocimiento de objetos y conocimiento moral- puede expresarse por medio de la distinción razón teórica y razón práctica. No se trata de dos razones diferentes, sino de una misma razón con dos funciones claramente diferenciadas. La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas y la razón práctica se ocupa de cómo debe ser la conducta humana. A la razón práctica no le interesa cuáles son los motivos que determinan empírica y psicológicamente a los hombres (deseos, sentimientos…), sino cuáles deben ser los principios que han de determinarle a obrar si es que su conducta ha de ser racional y, por lo tanto, moral. Según Kant, la diferencia entre ambas actividades racionales se manifiesta en el modo totalmente distinto en que una y otra expresan sus principios o leyes: la razón teórica –científica formula juicios, mientras que la razón práctica formula imperativos o mandamientos.