¿Que sostiene la teoría pictórica del lenguaje respecto al significado? Según wittgenstein

Frege distingue dos enunciados de identidad “a = a” y “a = b”. La relación de identidad que aparece en estos enunciados no puede ser entre signos de objetos ni entre objetos. Si la identidad es entre objetos la información que nos proporciona (a = a) no es diferente de la que nos proporciona (a = b). Si la relación se da entre nombres de objetos, entonces no estamos diciendo nada extralingüístico. Así pues Frege soluciona esta cuestión distinguiendo en las expresiones la referencia y el sentido.
La referencia es el objeto mismo que designamos con un signo, el sentido expresa el modo de darse el objeto. Es decir, con (a = b) expresamos dos modos diferentes de referirnos a un mismo objeto. La teoría del significado presentada por Frege nos dice que los signos significan los modos de darse los objetos a los que nos referimos con nuestras palabras. El sentido es una aproximación al objeto mismo. Para Frege nuestras palabras refieren a objetos y, además expresan modos de darse tales objetos, es decir, que tienen sentido. De este modo, la referencia de un signo es un objeto, si el objeto es sensible, la representación que tengo no es más que una «imagen interna» construida a partir del recuerdo de las sensaciones que tal objeto me produjo, y en esto se diferencia la representación subjetiva de la referencia. El sentido de una expresión se entiende en la medida en que se tiene un cierto conocimiento del referente. Frege rechaza la tesis de que las palabras son signos de ideas. A estas ideas sólo tiene acceso el mismo hablante, las palabras las usamos como signos de estas ideas para comunicarlas. Según Frege los significados y los conceptos son entidades privadas, para abrirse a un nuevo paradigma de corte platónico: el Realismo del significado, desde donde defiende que nuestras palabras refieren a objetos del mundo, tienen referencia y, también, sentido. El sentido viene dado por el conocimiento que se tiene de la referencia, sin que de aquí se siga que es algo subjetivo, con respecto a esto dice Frege que

“La humanidad tiene un tesoro común de pensamientos, que transmite de una generación a otra”. Es decir, los sentidos y los significados de las palabras pertenecen a comunidades de hablantes y no a las mentes de los individuos; lo que es exclusivo de los hablantes son sus representaciones subjetivas, de las que las palabras no son signos.


Mientras que para el primer Wittgenstein había un solo lenguaje, a saber: el lenguaje ideal compuesto por la totalidad de las proposiciones significativas (lenguaje descriptivo), para el segundo
Wittgenstein el lenguaje se expresa en una pluralidad de distintos «juegos de lenguaje» (del que el descriptivo es sólo un caso). Cabe decir que el primer Wittgenstein realza la substitución «explicativa» frente a la «inductiva» -carácterística del segundo Wittgenstein- en una segunda parte más introspectiva del lenguaje exacto, calificándolo de un modo más adecuado al uso, como se ha dicho del primer y segundo Wittgenstein; en tanto que la inversión del significado, inversión producida por la reiteración del significado opuesto al directo, puede cambiar el contexto de la proposición y asimismo admitirla. Por otra parte, el primer Wittgenstein definía lo absurdo o insensato de una proposición en tanto que ésta rebasaba los límites del lenguaje significativo, mientras que el segundo Wittgenstien entiende que una proposición resulta absurda en la medida en que ésta intenta ser usada dentro de un juego de lenguaje al cual no pertenece. De ahí que, para el primer Wittgenstein, el significado estaba determinado por la referencia, lo que equivale a decir que si una palabra no nombra ninguna cosa o en una proposición no figura ningún hecho, carece de significado en tanto que resulta imposible asignarle un determinado valor de verdad. Pero el segundo Wittgenstein reconoce que en el lenguaje ordinario la función descriptiva es una de las tantas funciones del lenguaje y que, por ende, el dominio del significado es mucho más vasto que el de la referencia. Así, para el segundo Wittgenstein, el sentido de una proposición o el significado de una palabra es su función, o sea que está determinado por el uso que se haga de la misma. En síntesis: el criterio referencial del significado es reemplazado por el criterio pragmático del significado.

En cuanto a la noción de verdad, el primer Wittgenstein adopta sin más el criterio correspondentista, puesto que, en virtud de la relación isomórfica entre lenguaje y mundo, la verdad se constituye como la correspondencia entre el sentido de (lo representado en) una proposición y un hecho. Pero dado que el segundo Wittgenstein postula distintos usos posibles del lenguaje más allá del descriptivo, la aplicación del criterio semántico de verdad parece quedar restringida al ámbito del lenguaje meramente descriptivo.

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