Racionalismo de Descartes: El Sujeto como Fundamento del Conocimiento

El Racionalismo de Descartes

El Sujeto como Fundamento del Conocimiento

Descartes, filósofo racionalista considerado el padre de la filosofía moderna, situó al sujeto como fundamento del conocimiento. Sujeto y razón son los conceptos clave de su filosofía, que moldeó el pensamiento occidental hasta el siglo XIX. Según Descartes, la razón, facultad natural e igual en todos los hombres, distingue lo verdadero de lo falso. Las diferencias de opinión surgen porque no todos consideran las cosas del mismo modo o siguen un método adecuado. Aunque la razón distingue la verdad del error, la voluntad humana puede llevarnos a juicios precipitados y errores. Por eso, no basta con la razón, sino que necesitamos un método que frene la voluntad y limite la razón a lo que puede juzgar con evidencia.

El Método Cartesiano

El método debe estar en consonancia con la estructura y operaciones de la razón, que opera por intuición (captación inmediata de la verdad) y por deducción (conexión de intuiciones a través del razonamiento). El método cartesiano consiste en reglas que limitan la voluntad del investigador y permiten a la razón operar espontáneamente.

Las Cuatro Reglas Metodológicas

  1. Aceptar como verdadero solo lo evidente, lo que se presenta a la mente de forma “clara y distinta”.
  2. Analizar el problema, descomponerlo en partes simples hasta captarlas como evidentes.
  3. Componer el problema, deduciendo de lo simple los aspectos complejos.
  4. Revisar el proceso para no omitir nada.

La novedad reside en el modo en que se enuncian, en el estilo personal y directo, y en el análisis metafísico subyacente. La cuestión central es: ¿por qué lo evidente es verdadero? La segunda regla permite la intuición, la tercera la deducción, y la cuarta frena la voluntad para que la razón no se desvíe. Descartes ataca el criterio de verdad basado en la autoridad. Si la razón es infalible y universal, nadie puede dictar la verdad. La cuestión principal es justificar la primera regla: ¿por qué la evidencia subjetiva es igual a verdad?

La Duda Metódica

Descartes no pretende que creamos en su palabra, sino que juzguemos su método. Para aceptar la regla de la evidencia, plantea la duda metódica, la más elaborada duda escéptica. El método cartesiano es esta argumentación que busca fundamentar la primera regla: lo evidente es verdadero porque lo concebido de forma “clara y distinta” es indudable.

Niveles de Duda

Descartes comienza con argumentos del escepticismo clásico:

  1. Duda de las ideas relacionadas con la percepción de los sentidos, que a veces nos informan erróneamente.
  2. El argumento del sueño: la experiencia completa de la realidad podría ser falsa.

Descartes va más allá con la duda hiperbólica, una duda exagerada que busca un conocimiento indudable.

La Hipótesis del Genio Maligno

Descartes plantea que incluso en sueños, las matemáticas parecen válidas. Pero, ¿podría ser falso este pensamiento aunque no lo concibamos de otro modo? Recurre a la noción de un ser Todopoderoso que puede hacer que nos equivoquemos incluso en operaciones matemáticas simples. Descartes hace referencia al Dios cristiano, cuyo único límite es lo inconcebible. Con la hipótesis del Genio Maligno, Descartes parece asumir la posición de la Iglesia, considerando la ciencia desde una posición instrumentalista. Pero esto implica asumir el escepticismo y negar el conocimiento. Por eso, concluye que hay un pensamiento verdadero: el propio sujeto que piensa existe como “ser pensante” (cogito). El Genio Maligno podría hacer que no existiera, pero entonces no pensaría. El cogito es el criterio de certeza. Pero, ¿por qué lo cierto es verdadero? El cogito es cierto porque el sujeto no puede concebirlo de otro modo. Para que sea verdadero, es necesario cancelar la hipótesis del Genio Maligno.

El Cogito y la Verdad

Con el criterio de certeza, Descartes analiza otras ideas. Concibe con claridad y distinción que es imperfecto (porque duda) y contingente (existe mientras piensa). Perfección y necesidad son ideas que sugieren un origen diferente al de las ideas de objetos físicos. La idea de perfección debe provenir de un ser perfecto, ya que la causa debe tener la misma realidad que el efecto. La idea de un ser necesario implica la existencia real de tal ser. Este ser necesario coincide con el ser perfecto, autosubsistente. Así, Descartes cancela la hipótesis del Genio Maligno: existe un ser necesario y bondadoso que asegura la adecuación entre las ideas claras y distintas y la realidad. Esta percepción ocurre gracias a que la razón, siguiendo el método adecuado, capta las naturalezas simples de la realidad, de las cuales tenemos ideas innatas. Solo estas ideas son conocimiento, mientras que las ideas adventicias (de los sentidos) y las facticias (compuestas por el sujeto) no lo son.

La Sustancia y la Libertad Humana

A pesar de la dificultad de los argumentos cartesianos sobre la existencia de Dios, el problema más famoso es cómo encaja la libertad humana en un mundo concebido como una gran maquinaria.

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