Racionalismo y Empirismo: Dos Corrientes Filosóficas
El Racionalismo
El racionalismo, iniciado por René Descartes, es una corriente filosófica continental que enfatiza el papel de la razón y la deducción en la adquisición del conocimiento. Los racionalistas buscaban un fundamento sólido para el método científico y los descubrimientos, confiando en la razón para alcanzar verdades universales y necesarias.
- Descartes creía en la existencia de ideas innatas, principios del conocimiento que son inherentes a la mente humana.
- El método cartesiano, un método deductivo, se basa en partir de estas ideas innatas para llegar a conclusiones ciertas.
- Los racionalistas sostenían que todas las ciencias podían avanzar utilizando el mismo método deductivo.
El Empirismo
El empirismo, iniciado por John Locke, es una corriente filosófica británica que valora la experiencia sensorial y la observación como fuentes principales del conocimiento. Los empiristas se centraron en analizar los límites del conocimiento en relación con la experiencia.
- Los empiristas afirman que existen límites en nuestra capacidad de conocer, por lo que las verdades no siempre son universales y necesarias, sino más bien probables.
- Niegan la existencia de ideas innatas y sostienen que la razón opera inductivamente, partiendo de la experiencia.
- Para los empiristas, solo la lógica y las matemáticas pueden operar deductivamente, mientras que las demás ciencias son inductivas.
El Método Cartesiano y sus Cuatro Reglas
Descartes se propuso encontrar un método que garantizara la certeza del conocimiento. Inspirado por el método axiomático-deductivo de la geometría, propuso cuatro reglas fundamentales:
1ª Regla: Evidencia
Solo se acepta como verdadero aquello que se presenta con absoluta evidencia, caracterizada por la claridad y la distinción. Se deben evitar dos vicios: la precipitación y la prevención.
2ª Regla: Análisis
Analizar las dificultades en la investigación hasta llegar a las naturalezas simples, elementos que la mente no puede seguir dividiendo.
3ª Regla: Deducción
Deducir nuevas ideas a partir de las ya conocidas, utilizando un proceso de encadenamiento de verdades llamado síntesis.
4ª Regla: Revisión
Revisar todo el proceso para evitar errores, ya que la debilidad de un eslabón compromete la solidez de toda la cadena.
La Duda Metódica
Para encontrar una verdad absoluta e indubitable, Descartes implementó la duda metódica, que consiste en tomar provisionalmente como falso todo aquello de lo que se puede dudar. Esta duda se desarrolla en tres momentos:
- Las falacias de los sentidos: Los sentidos pueden engañarnos, por lo que no son una fuente confiable de conocimiento.
- La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: Los sueños pueden parecer reales, lo que cuestiona la realidad de nuestras experiencias.
- La hipótesis del genio maligno: Un ser poderoso podría estar engañándonos, haciéndonos creer que nuestras ideas son verdaderas cuando en realidad son falsas.
La Primera Verdad: «Pienso, luego existo»
A pesar de la duda radical, Descartes llega a una verdad innegable: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Para dudar, es necesario existir. Esta primera verdad, «pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum), se convierte en el fundamento de todo el sistema cartesiano y en el modelo de toda verdad y certeza.