Contexto de Descartes y el Surgimiento del Racionalismo
El Siglo XVII: Conflictos y Cambios en la Filosofía
Durante el siglo XVII, Europa experimentó un período de grandes conflictos, principalmente debido a la intolerancia religiosa y la lucha por el poder político. La Guerra de los Treinta Años, en la que participó el propio Descartes, fue un ejemplo de esta convulsión. Esta inestabilidad política y religiosa se reflejó en la filosofía, que se encontraba en un estado de duda e incertidumbre. Descartes buscó fundamentar el conocimiento a través de una nueva filosofía basada en la razón.
El Antropocentrismo y la Nueva Ciencia
En el contexto sociocultural del Barroco, el antropocentrismo se convirtió en una fuerza dominante, colocando al ser humano en el centro de las reflexiones. La filosofía racionalista de Descartes adoptó un enfoque subjetivo, argumentando que solo podemos conocer nuestro propio pensamiento. Esta idea llevó a la posibilidad de dudar de la existencia del mundo exterior y de la nuestra propia, planteando la hipótesis de que todo podría ser un sueño, un tema recurrente en el arte y la literatura de la época, como en las obras de Shakespeare y Calderón de la Barca.
El siglo XVII también fue testigo del desarrollo de la nueva ciencia, que se convirtió en un modelo para la filosofía. Descartes propuso que la filosofía debía adoptar un método similar al de las matemáticas para alcanzar el conocimiento verdadero. Su filosofía rompió con la escolástica dominante en las universidades e influyó en pensadores como Spinoza y Leibniz, dando origen a la corriente filosófica del racionalismo.
Descartes: Padre del Racionalismo y la Filosofía Moderna
Descartes es considerado el padre del racionalismo y de la filosofía moderna. El racionalismo, junto con el empirismo, comparte la característica del subjetivismo, afirmando que nuestro conocimiento se basa en ideas, no en un acceso directo a las cosas. Sin embargo, el racionalismo se diferencia del empirismo en su afirmación de que la razón es la fuente principal del conocimiento, en contraste con la experiencia sensorial que defiende el empirismo.
Contexto de Hume y el Empirismo
Hume y la Filosofía Empirista
David Hume fue uno de los principales representantes de la filosofía empirista, junto con John Locke. El empirismo surgió en las Islas Británicas en un contexto marcado por conflictos políticos y religiosos, como las revoluciones inglesa (1640-1660) y gloriosa (1688). Estos eventos influyeron en las críticas de los empiristas a la religión y su búsqueda de un fundamento para la política.
El Empirismo: La Experiencia como Fuente del Conocimiento
Hume, influenciado por Locke, argumentó que la experiencia es la base de todo conocimiento válido. El empirismo sostiene que la experiencia, tanto externa como interna, es la única fuente y el límite del conocimiento. La mente se concibe como una»tabla ras» que se llena a través del proceso cognitivo. Esta postura rechaza la teoría de las ideas innatas propuesta por el racionalismo.
El Criterio de Verdad y la Influencia de Newton
Para el empirismo, el criterio de verdad es la experiencia sensible. Solo se consideran válidos los contenidos mentales que provienen de la experiencia. Hume admiraba a Newton y su metodología experimental en la física, y tomó la ciencia experimental como modelo para la filosofía. A diferencia del racionalismo, que se inspiraba en las matemáticas, el empirismo se basaba en las ciencias experimentales como la química y la medicina.
Hume: Un Filósofo Ilustrado y Crítico
Como filósofo ilustrado, Hume sometió a un análisis crítico el conocimiento y la razón. Su teoría del conocimiento y su postura ante la religión lo llevaron a un escepticismo moderado, buscando evitar el dogmatismo y el racionalismo. El empirismo se convirtió en una actitud que buscaba hechos comprobables y desconfiaba de cualquier otra instancia racional o tradicional.