Descartes: El Fundamento de la Razón
Con el Racionalismo, la razón del hombre se convierte en el centro de la investigación filosófica, sostenida sobre sí misma y no sobre la fe, girando todo en torno a ella. Más tarde, el Racionalismo dará lugar a la Ilustración: en el siglo XVIII imperará la diosa Razón: la razón natural, la religión natural, el derecho natural, la naturaleza humana.
A Descartes debemos agradecerle el nuevo rumbo que va a tomar la Filosofía. Desde él se va a valorar más el sujeto que el objeto, la persona humana encontrará su propia identidad (Ortega y Gasset). Y, por supuesto, se valora la autonomía del pensamiento del hombre, como síntoma claro de la modernidad.
Ese esfuerzo cartesiano para dar el salto de lo subjetivo a la realidad exterior lo han recogido los existencialistas, que definirán al hombre como ser-en-el-mundo. Incluso los positivistas insistirán en que la realidad está más allá del cogito, y para alcanzarla la Filosofía tiene que profundizar en la Ciencia, en los datos positivos, en lo dado.
Críticas al Sistema Cartesiano
Sin embargo, desde mi punto de vista, la filosofía de Descartes contiene algunas cuestiones susceptibles de crítica:
- En primer lugar, queda encerrado en el cogito y no sabe salir de él. Comienza a confiar en las ideas claras y distintas, pero al encontrar la existencia de Dios ya no confía en dicho criterio sino en la veracidad de Dios, con lo que la autonomía del pensamiento queda sofocada por la teología.
- En segundo lugar, en el sistema cartesiano toda la verdad se apoya en el sujeto pensante, toda la realidad lo es en tanto que es pensada. ¿Cómo salir del ámbito mental? Descartes recurre a Dios, con lo que la filosofía no queda al margen de las creencias.
Locke y Hume: El Auge del Empirismo
La filosofía inglesa destacó, desde finales de la Edad Media, por una gran preocupación por la experiencia. Encontramos antecedentes en Roger Bacon y Ockham. El modelo de ciencia del empirismo ya no serán las matemáticas de los racionalistas sino las ciencias experimentales: en concreto, las ciencias físicas, destacando la influencia de Francis Bacon y de Newton. El empirismo inglés supone la verdadera modernidad filosófica: la crítica y ruptura con la escolástica, y también la crítica del racionalismo cartesiano.
A pesar de las diferencias entre los autores empiristas, puede decirse que iniciaron una nueva dirección en el conocimiento científico; la moral y la política comenzaron a exigir una fundamentación racional que las presentara como teorías científicas.
Al mismo tiempo, consiguieron que las ciencias se independizaran de cualquier tipo de tutela.
En política tendrá gran repercusión la teoría contractualista en la legitimación del poder (Hobbes y Locke) que se extenderá a Rousseau y a Kant.
El liberalismo de Locke influirá en los pensadores de la Ilustración, y las ideas ilustradas de Hume preparan el terreno para que más tarde Kant elabore su sistema.
Además de en el Idealismo Trascendental de Kant y en Rousseau, encontramos ecos racionalistas en el positivismo de Comte y en el Círculo de Viena (positivismo lógico). Nietzsche, por el contrario, los acusa de atentar contra el espíritu filosófico.
Análisis de Locke y Hume
- Locke: Es la síntesis de la tradición empirista inglesa y el racionalismo cartesiano. Con él nace el enunciado fundamental del empirismo: todos los contenidos del conocimiento se originan en la experiencia, la cual señala el camino de toda verdad, sea ética, política o religiosa. Su teoría de la propiedad privada inaugura la forma de pensar capitalista y su teoría política inspiró gran parte de la historia de los siglos posteriores.
- Hume: Las consecuencias que se derivan del concepto de causa, tal como lo concibe Hume, respecto a un conocimiento que pretenda ser científico no pueden ser más destructivas. Conducen a un escepticismo puesto que nunca podremos conocer el fundamento de nuestras impresiones, y el conocimiento de la experiencia nunca nos permitirá salir de un subjetivismo incompatible con la ciencia.
Esta crítica de la noción de causa según el postulado empirista provocó en Kant, racionalista hasta entonces, su despertar del «sueño dogmático». Toda su obra crítica intenta superar este supuesto que hacía de todo punto imposible el conocimiento científico.