EL Raciovitalismo: El Ser Humano y sus Circunstancias en Ortega y Gasset
Introducción: Ortega y Gasset y el Raciovitalismo
José Ortega y Gasset (1883-1955) fue uno de los filósofos más influyentes de la lengua castellana y un intelectual español de gran relevancia histórica. Su pensamiento se enmarca en el proyecto de regeneración de España, característico de la generación del 98 y el Krausismo. A diferencia de otros filósofos que crean neologismos, Ortega buscó construir un lenguaje filosófico en castellano, dando origen a su filosofía conocida como Raciovitalismo.
Las Etapas de la Historia de la Filosofía según Ortega
Ortega divide la Historia de la Filosofía en dos grandes etapas:
1. Etapa Racionalista
Esta etapa, que abarca hasta la aparición del cartesianismo, considera al ser como una realidad independiente y externa al sujeto. El ser se concibe como algo objetivo y absoluto.
2. Etapa Vitalista
Con Descartes, la importancia del sujeto y su percepción de la realidad cobran relevancia. El ser, la verdad y la realidad existen en relación a un sujeto que las percibe. Esta etapa destaca la subjetividad y la experiencia individual.
Síntesis Kantiana y el Raciovitalismo
Ortega considera que el idealismo kantiano sintetiza ambas etapas al afirmar que la realidad existe porque hay un sujeto que la percibe. Sin embargo, critica la interpretación positivista de la filosofía del siglo XX que, según él, ha malinterpretado el verdadero sentido del idealismo kantiano.
La Indigencia del Ser y la Copertenencia
Para comprender el cambio que propone el raciovitalismo, Ortega se centra en el concepto del ser. Rechaza las concepciones racionalistas y vitalistas que consideran al ser como algo que existe sin necesidad de otra cosa. En cambio, plantea la indigencia del ser, donde el ser es un acto que surge de la confluencia de dos realidades que se necesitan mutuamente: el sujeto y el objeto. Pensamiento y cosas son inseparables, manteniendo una relación de copertenencia. El objeto necesita un sujeto que lo observe, y el sujeto se constituye como tal al percibir el objeto.
El Hombre y sus Circunstancias
Ortega afirma: «Yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas no me salvo a mí». El ser humano es un acto que se produce por la participación de condiciones internas (biológicas, psicológicas) y externas (historia, condiciones materiales). Esta unión va más allá de la mera copertenencia; el individuo se construye a sí mismo en relación con sus circunstancias. Solo desde la asunción de las circunstancias, se puede ejercer la libertad.
Libertad, Fatalidad y Vida
El hombre es una realidad indigente y dinámica que se construye a través de decisiones sobre las circunstancias que le toca vivir. Es aquí donde ejerce la libertad dentro de la fatalidad. La filosofía de Ortega se conecta con el existencialismo de Heidegger y la fenomenología de Husserl en la búsqueda del objeto de la filosofía. Para Ortega, este objeto es la vida, una realidad radical y primordial. La vida es lo que nos pasa, la conciencia de lo que nos pasa y lo que pensamos sobre ello. Vivir es una fatalidad, ya que nos vemos obligados a elegir ante circunstancias inevitables, pero en esta elección somos libres. «Vida es la fatalidad en la libertad y la libertad en la fatalidad».
El Proyecto de Vida y la Razón Histórica
El futuro es lo único que nos pertenece, y en él podemos ejercer nuestra libertad. El pasado es fatal, y el presente es una consecuencia de ambos. El objetivo fundamental del hombre, según Ortega, es regenerar su sociedad. El hombre no tiene una naturaleza fija, sino una historia que lo define. Esto nos lleva de una razón vital a una razón histórica.
Conclusión
El ser humano se realiza a sí mismo tomando decisiones sobre una realidad concreta. La suerte de nuestras circunstancias es la suerte de nuestra propia existencia. El raciovitalismo de Ortega y Gasset nos invita a comprender la interdependencia entre el ser humano y su entorno, y a asumir la responsabilidad de nuestra libertad en la construcción de nuestra vida.