Raciovitalismo y Perspectivismo de Ortega y Gasset: Claves y Conceptos

El Raciovitalismo de Ortega y Gasset

La Razón Vital: Un Equilibrio entre Idealismo y Realismo

La realidad se explica desde el idealismo y el realismo, mientras que el conocimiento se explica desde el enfrentamiento entre el racionalismo de Descartes frente al vitalismo de Nietzsche.

La razón se opone a la vida y no parece existir un término medio. Esta va a ser la tarea de Ortega.

El racionalismo es muy abstracto. La razón nos aleja del dato radical del universo que es la vida. Ortega recuerda que la razón procede o es una función de la vida.

El vitalismo se olvida del futuro. Para Ortega, lo más importante del hombre es ser un proyecto, un quehacer. Solo los animales viven el presente.

Ortega propone una vía intermedia: ni razón ni vida, sino la razón vital. La razón no puede estar al margen de la vida, ni la vida al margen de la razón.

El raciovitalismo combina la razón y la vida. La naturaleza es el fluir de la vida, mientras que la historia es el fluir de los asuntos humanos. La vida es un proceso inacabado.

El Perspectivismo como Consecuencia de la Razón Vital

La consecuencia de la razón vital es el perspectivismo, que pretende sintetizar el escepticismo y el racionalismo.

Para los escépticos no existe ninguna verdad absoluta o eterna, ya que toda la verdad es relativa.

Por el contrario, para el racionalismo sí existen las verdades absolutas, eternas y universales, como defendía Platón.

Ortega quiere encontrar el punto medio y en este caso será el perspectivismo. El sujeto solo se debe a su punto de vista particular, a su perspectiva.

Cada individuo tiene circunstancias diferentes, por lo que captará una parte de la verdad sola y exclusivamente para él. Cada individuo, persona o pueblo es un órgano insustituible para la conquista de la verdad. Los puntos de vista diferentes, lejos de oponerse, se complementan.

Frente al escepticismo, Ortega afirma la verdad de la perspectiva. Frente al racionalismo, afirma la perspectiva de toda verdad.

Ni verdad absoluta ni verdad relativa: la verdad es la perspectiva. Cada hombre es insustituible, todos somos necesarios.

Ortega y Descartes: Una Comparación

Vamos a relacionar a Ortega con Descartes, puesto que su teoría es una de sus inspiraciones para crear el raciovitalismo.

Punto de Vista Ontológico

Para Descartes, la única existencia real es lo racional y lo que se puede expresar matemáticamente. Esta realidad es igual para todos los sujetos que apliquen correctamente el método.

Diferencia en su dualismo ontológico la sustancia pensante (razón) de la sustancia extensa (cuerpo). Para Ortega, la realidad es perspectiva. La realidad completa nunca será conocida porque la realidad se muestra para él desde tantos puntos de vista como sujetos.

Punto de Vista Epistemológico

Para Descartes, será verdadero lo que la razón distinga como claro y distinto. Una razón separada y sin ningún contacto con el cuerpo. Para Ortega, el conocimiento siempre es alcanzado desde una determinada perspectiva o punto de vista.

Ningún sujeto ni ninguna época podrá alcanzar jamás el conocimiento absoluto, solo llegará a una parte de la verdad. Por eso la verdad no es consecuencia de una sustancia pensante, sino de una razón encarnada en la vida que llamamos razón vital.

Punto de Vista Antropológico

El racionalismo de Descartes propone un dualismo antropológico en el que lo único importante es la existencia del yo pienso o res cogitans. La res extensa es simplemente un elemento secundario.

Las diferencias culturales que Descartes reconoce entre ellas no afectan a la esencia humana que es el pensamiento. Para Ortega, lo que define al hombre es su vida. La vida no es ninguna sustancia y no tiene naturaleza, lo que tiene es historia.

El hombre es un ser que se está haciendo continuamente a sí mismo. Sin verdad no hay hombre, pero esta verdad solo se puede alcanzar con un elemento: la razón vital.

Glosario de Conceptos Clave

  • Generación: Es un periodo de aproximadamente 15 años, en el que está vigente una forma de vida. Es ella la unidad concreta con la que se mide la auténtica cronología histórica. Cada generación está constituida por una fecha central y siete años atrás y siete delante. Los que pertenecen a ella se llaman contemporáneos, frente a los coetáneos, que son los que tienen la misma edad pero no viven el mismo tiempo. Existen dos clases de generaciones: las decisivas y las no decisivas. Las generaciones decisivas son las que hacen cambiar las épocas históricas o que viven el cambio entre las épocas históricas. Las no decisivas constituyen el resto.

  • Razón pura: Se trata de una razón cuyos conceptos carecen de contenido empírico, o sea, que no obtiene sus conceptos de la experiencia. Es una razón abstracta y a priori, independiente de la experiencia.

  • Razón vital: Concepto fundamental de Ortega con el que indica que la razón no es un simple agregado a la vida, sino uno de sus constitutivos, sin la cual ésta no puede entenderse. La vida consiste, en una de sus dimensiones esenciales, en saber, o más bien, en «saber a qué atenerse». La razón vital no es una razón abstracta y universal, sino concreta, referida al contenido de la vida de cada uno. Tiene tres características: es histórica, narrativa y a posteriori. Es histórica, porque no acepta nada como definitivamente terminado, sino que capta las cosas en su hacerse, en su devenir. Es narrativa, porque entiende la vida como relato, como conjunto de cosas que nos suceden. Y es a posteriori, porque no se acerca a la realidad con esquemas preestablecidos, sino que usa categorías «ocasionales», cuyo sentido depende de la circunstancia.

  • Perspectiva: Punto de vista desde el que observamos o entendemos algo. El punto de vista depende de la capacidad e intención del sujeto que observa y comprende. Como los sujetos somos muchos y peculiares, las perspectivas son múltiples y diversas.

  • Realidad: Lo que verdadera e indudablemente hay, el mundo. El mundo es siempre el mundo del yo. Así, Ortega se opone a la definición de realidad como lo que existe por sí con independencia del sujeto (realismo ingenuo). Con el mismo argumento rechaza la definición racionalista de realidad como lo universal, eterno e invariable. También rechaza la posición escéptica del relativismo, que niega la posibilidad de conocer la realidad o incluso su propia existencia. Frente a esta corriente, Ortega sostiene que el carácter peculiar y concreto de cada yo no es un obstáculo para llegar a la realidad, sino el medio para acceder a ella, ya que la realidad es perspectivista.

  • Racionalismo: Propiamente es la corriente filosófica que se desarrolló desde el siglo XVII y cuyos representantes más destacados fueron Descartes, Spinoza y Leibniz. Ortega lo usa en un sentido más amplio, en el que incluye las corrientes que asumen que: a) la razón es lo que define al ser humano; b) la razón está por encima de las particularidades de cada sujeto, es ultravital y extrahistórica; c) esa razón es capaz de conocer la verdad que es eterna, única e invariable.

  • Verdad integral: La verdad es el reflejo adecuado de lo que las cosas son. Ningún individuo o época tiene acceso a toda la verdad, a la verdad integral. Sólo se llegaría a esa verdad sumando las verdades parciales. Cada individuo y época tiene acceso a una “verdad parcial” (doctrina del punto de vista). Por tanto, la verdad no es una, eterna e invariable (racionalismo), sino perspectivas. Sin embargo, eso no es relativismo, ya que la parcialidad de cada realidad no le resta validez, sino que es consecuencia de la estructura de la realidad, que es perspectivista. Así, un sujeto sólo puede conocer una cara de la realidad, la que se le ofrece desde su circunstancia.

  • Relativismo: Posición filosófica que niega la existencia de verdades universales y absolutas. No hay más que verdades “relativas” a la condición de cada sujeto. Cada individuo vive en un contexto histórico-cultural en función del cual juzga qué sea lo verdadero. Por tanto, toda verdad está determinada por el modo de ser del sujeto que la alcanza. En consecuencia, no existen valores objetivos universales como la verdad, el bien o la belleza.

  • Historia: La vida humana no es algo meramente vegetativa o sensitiva. La vida humana es algo que no está hecho, quehacer, tarea, acontecimiento, o sea, algo que nos sucede y se está desarrollando; por tanto, algo esencialmente histórico. Dice Ortega que «el hombre no tiene naturaleza sino que tiene historia». El hombre es básicamente un proyecto que se dirige hacia el futuro, pero que parte de un pasado. El hombre nunca es definitivamente, sino que va siendo. El carácter histórico de la vida humana implica responsabilidad y autenticidad. Como ser en proyecto que es, está forzado a elegir desde su circunstancia. El es el responsable de su elección. Asimismo ese proyecto vital debe ser conforme a lo que es él.

  • Punto de vista: Lugar desde el que contemplamos o divisamos algo. Según sea el lugar que ocupemos, así será la visión que tengamos del objeto. El lugar determina y limita lo que vemos del objeto. En filosofía la expresión «punto de vista» se ha intelectualizado para referirla al conocimiento y a la realidad captada a través de él. En Ortega la doctrina del punto de vista es una doctrina fundamental, que tiene un doble carácter epistemológico y ontológico. No es posible un conocimiento absoluto, porque todo conocimiento es un conocimiento de un sujeto, que se halla situado en un lugar y en un momento determinado, o sea, en una circunstancia. Pero no sólo varía el conocimiento según sea el punto de vista, también es diferente la porción de realidad que el punto de vista nos permite conocer.

  • Dimensión vital: Se refiere al carácter concreto, histórico y perspectivista que tiene todo conocimiento. Como la vida, el conocimiento es propio de un sujeto individual, inserto dentro de una circunstancia histórica determinada y referido a esa parte de la realidad que sólo ese sujeto puede captar. No hay vida en general, sino vida concreta, la de cada uno, que se desarrolla en un lugar y un tiempo determinado. Lo que se dice del conocimiento también puede aplicarse a la verdad y a la filosofía. No es posible una verdad inmutable ni una filosofía inmutable, porque eso sería abstraerse de la vida, confundir lo que sólo es una perspectiva con la totalidad de lo real.

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