Ser social
Según Aristóteles el ser humano es un ser social-político o cívico-por naturaleza, pues tiene la tendencia natural a vivir con los demás. De hecho, es en comunidad, en la polis, donde puede desarrollar sus capacidades y donde puede satisfacer sus nececidades económicas, de subsistencia. Estar dotado de la palabra, del lenguaje, le confiere este estatus tan característico y lo diferencia de los animales y de los dioses, quienes si pueden vivir solos. Esta Concepción va ligada a su visión organicista de la sociedad. El Estado es anterior por naturaleza a la familia y a cada ser humano tomado individualmente. El todo, en efecto, es anterior a cada una de las partes. Así, al igual que un órgano aislado no tiene vida, tampoco un individuo solitario la tiene si no es relación con la comunidad.
Ilusión trascendental
Kant denomina así a la tendencia inevitable de la razón humana a buscar lo incondicionado (objetos que están más allá de la experiencia).
En la Crítica de la razón pura va a hacer una crítica a la Razón para establecer sus límites; en la obra va a estudiar las facultades de la Razón.
La Razón posee tres facultades:
sensibilidad, entendimiento y razón y cada una de ellas contiene unos a priori. En la sensibilidad, las intuiciones puras de espacio y tiempo;
en el entendimiento, las categorías, como la idea de causa, sustancia…; en la razón, la ideas de Dios, Alma y Mundo.
El conocimiento comienza con las impresiones provenientes de los sentidos; éstas se ordenan en la sensibilidad por las intuiciones de espacio y tiempo, convirtiéndose en “fenómenos”. Los fenómenos los categorizamos en el entendimiento (mediante las categorías) para realizar juicios o leyes. Posteriormente los unificamos por la razón para obtener teorías.
La razón es la capacidad para conectar unos juicios con otros formando razonamientos.
Existe una tendencia de la razón a buscar condiciones cada vez más generales y, en último término lo Incondicionado, la Cosa en sí o Noúmeno (lo que no se puede conocer porque no tenemos impresiones de ello)
Este intento de la razón de agrupar toda experiencia, saltándose la serie de las condiciones para llegar a lo incondicional, es lo que la lleva a generar Ideas: Dios, Alma y Mundo (el noúmeno o “cosa en si”). Es la Ilusión Trascendental de la Razón pues no tenemos impresiones ni de Dios, ni de Alma, ni de Mundo y las categorías sólo se pueden aplicar legítimamente a la experiencia. De ahí que incurrimos en errores o ilusiones: Paralogismos, Antinomias e intentar demostrar la existencia de Dios. Pero, aunque es ilegítimo, es una tendencia inevitable de la Razón de buscar lo Incondicionado.
Racionalismo-Empirismo
El problema central de la filosofía moderna es el del conocimiento, el hallar el origen, la naturaleza y los límites del conocimiento humano. En este contexto surgen dos corrientes filosóficas:
Racionalismo y Empirismo.
Ambas coinciden en que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce; lo que se conoce son ideas, las ideas son el intermediario entre la realidad y nuestra mente. Sin embargo, van a diferenciarse en casi todos los aspectos de sus respectivas epistemologías.
Racionalismo
Se da en el continente europeo durante el Siglo XVII.
Se caracteriza por la confianza plena en la razón humana
La razón es la única facultad que puede conducir al ser humano al conocimiento de la verdad; infravaloración del conocimiento sensible, los sentidos nos engañan. La razón es una razón autónoma, capaz de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales, a partir de las cuales es posible deducir todas las demás. Ésta primeras ideas son innatas y la razón las conoce de forma inmediata mediante intuición intelectual. Afirman que el conocimiento es ilimitado porque la razón es infinita, de ahí, que consideran a la metafísica una ciencia. Siguen un modelo deductivo matemático del saber. A través de él, se puede acceder a un conocimiento objetivo y universal. Esta corriente se inicia con Descartes y sus tres sustancias: pensante (yo), infinita (Dios) y extensa (Mundo).
Empirismo
Se da en Inglaterra durante los siglos XVII y XVIII. Para ellos la fuente y los límites del conocimiento están en la experiencia. Niegan la existencia de ideas innatas. La mente es considerada como un papel en blanco (Locke) sobre el que la experiencia va dejando su “huella”; son los sentidos y las sensaciones los vehículos a través de los cuales surgen las ideas en la mente. Por esta razón, consideran que el conocimiento tiene límites y ese límite lo da la experiencia. De ahí se deduce la imposibilidad de la metafísica como ciencia. Siguen un método del conocimiento propio de las ciencias naturales, observación, inducción y análisis de hechos. Sólo podemos obtener conocimientos probables. El representante que lleva el Empirismo a sus máximas consecuencias es Hume.