Razón Vital y Perspectivismo en Ortega y Gasset
En el quehacer filosófico que constituyó la vida de Ortega y Gasset, se hace necesario ofrecer una visión del conocimiento humano. Si al interpretar la realidad se presentan el Idealismo y el Realismo, en el terreno del conocimiento encontramos la oposición entre Racionalismo y Vitalismo. La razón se opone a la vida, y encontrar un término medio parece difícil.
Crítica al Racionalismo y Vitalismo
1. El Racionalismo es abstracto e incapaz de captar el «dato radical del universo» según Ortega: la vida. La razón construye conceptos estáticos, alejados del cambio constante de la vida. La abstracción racional nos aparta de lo esencial: la vida. Además, la razón depende de la vida, siendo una función más del ser humano.
2. El Vitalismo tampoco es una solución valiosa, ya que olvida la dimensión futuriza del hombre. Si somos un proyecto, no podemos vivir a expensas de un presente caprichoso, como el animal. La libertad humana exige anticiparse al tiempo, algo que el Vitalismo no permite al limitarse al presente.
La Propuesta de la Razón Vital
Ortega propone una vía intermedia: la razón vital. Ni la razón al margen de la vida, ni la vida humana al margen de la razón. Renunciar a cualquiera es renunciar a ser hombre. «Para mí es razón, en el verdadero y riguroso sentido, toda acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad.» Es irracional alejarse de la vida y vivir esclavizado por sus dictados. El raciovitalismo es la propuesta orteguiana. La vida humana es un proyecto que exige combinar vida y razón.
La razón vital posee una dimensión histórica, ya que el hombre está inmerso en la historia. La vida humana es histórica: hereda un pasado y se proyecta al futuro. La historia es el fluir de los asuntos humanos, un proceso abierto. «La razón histórica no acepta nada como mero hecho, sino que fluidifica todo hecho en el fieri de que proviene: ve cómo se hace el hecho.» El hombre se construye a sí mismo constantemente.
El Perspectivismo
El perspectivismo es una consecuencia de la razón vital, sintetizando escepticismo y racionalismo. El escepticismo niega verdades absolutas, afirmando que toda verdad es relativa a un contexto. El racionalismo admite verdades absolutas, eternas y universales.
Ortega propone el perspectivismo como punto intermedio. El sujeto no puede salir de su perspectiva particular, pero esto no implica escepticismo. El punto de vista individual puede ser objetivo y verdadero: «El punto de vista individual me parece el único punto de vista desde el cual puede mirarse el mundo en su verdad.»
La verdad es la perspectiva, la particularidad. Se critica la visión racionalista de una verdad absoluta. Cada individuo tiene una perspectiva, un punto de vista, por lo que no hay verdades únicas: «No existe, por lo tanto, esa supuesta realidad inmutable y única… hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama.»
Frente al escepticismo, se afirma la verdad de la perspectiva. Frente al racionalismo, se afirma la perspectiva de toda verdad. Ni verdad absoluta, ni verdad relativa: la verdad es perspectiva.