Razón y Fe: Evolución del Pensamiento Filosófico desde el Individualismo hasta la Escolástica

Individualismo y la Búsqueda de la Felicidad

El individualismo marca un cambio fundamental: el marco de referencia del individuo deja de ser la ciudad y se centra en el propio individuo. El hombre reclama para sí la autonomía y autosuficiencia que antes se reconocían como privilegios de la polis. Se busca la seguridad personal y la felicidad individual. Con la filosofía y la ciencia se persiguen fines prácticos; el sabio ya no es únicamente el que sabe, sino el que sabe vivir. La filosofía se aproxima a la ética.

La Ética Epicúrea

La ética epicúrea es una ética material, ya que identifica el bien con algo concreto: el placer o el goce.

El Florecimiento Científico en Alejandría

Alejandría se convirtió en el gran centro científico de la época, gracias, sobre todo, a la fundación de un centro de investigación científica.

  • Matemáticas: La figura principal fue Euclides.
  • Física: El científico integral (destacó en geometría, física, mecánica e ingeniería) de este período fue Arquímedes de Siracusa.
  • Astronomía: Destacan Aristarco de Samos y Ptolomeo.
  • Medicina: Galeno fue una figura clave.

La Patrística y la Filosofía Cristiana

La Patrística representa el surgimiento de la filosofía cristiana sobre la base de la filosofía griega. De ella toma conceptos fundamentales (primero de la tradición platónica y luego de la aristotélica) y métodos para realizar su tarea. Los pensadores cristianos de los primeros siglos reaccionaron de modos diversos frente a la filosofía griega, dando lugar a tres corrientes fundamentales:

  1. Continuidad y concordancia entre filosofía griega y cristianismo: Consideran que el cristianismo necesita a la filosofía griega para comprenderse a sí mismo, pero a su vez, la filosofía cristiana supera a la filosofía griega. La filosofía cristiana se presenta como la expresión completa y definitiva de la verdad.

  2. Discontinuidad entre filosofía griega y cristianismo: Esta postura es defendida por aquellos pensadores que consideran que la fe es un asunto plenamente independiente, que se justifica a sí misma, sin necesidad de atender a razones. El cristianismo no constituye la continuación de la filosofía griega. La salvación por la cruz es un hecho y no es objeto de demostración. La fe es un hecho radical e incompatible con la razón.

  3. Racionalización del cristianismo: Pretende reducir totalmente el cristianismo (la fe) a la filosofía (la razón).

La Relación entre Razón y Fe

El cristianismo no es una filosofía, sino una doctrina revelada por Dios que tiene como objetivo salvar al hombre. Con el desarrollo del cristianismo surge la necesidad de recurrir a argumentos filosóficos para justificar y argumentar las creencias, y es cuando comienza a plantearse el problema de las relaciones entre la razón y la fe.

Las posiciones que generalmente se adoptan son dos: una conciliadora, que consiste en identificar razón y fe, o al menos, establecer entre ellas una relación muy estrecha; y otra postura de oposición, que considera que no hay relación posible entre razón y fe.

Agustín de Hipona: La Unión de Fe y Razón

Agustín de Hipona propone una identificación absoluta entre fe y razón, entre religión y filosofía: son dos medios de que dispone el hombre para alcanzar la Verdad, la felicidad: Dios. La fe “ilumina” a la razón indicándole cuál es la Verdad, Dios; y la razón ayuda a la fe permitiendo entender eso que se cree, Dios. No hay que entender a la fe y a la razón como dos caminos distintos, sino como un solo camino que se diversifica en etapas: la fe es el inicio del camino, pues la Verdad es revelada por Dios a los hombres; pero una vez que ya hay fe, necesitamos razonar, entender aquello que creemos. El camino hacia Dios se inicia con la fe y se recorre con la razón, que contribuye a esclarecer los contenidos de la fe. Ni la fe ni la razón por sí solas pueden llevarnos a la Verdad, a Dios. La razón busca la Verdad, pero sin fe está “a ciegas”, necesita la “iluminación” de la fe para saber cuál es esa verdad: Dios. La posición agustiniana puede resumirse con la proposición credo ut intelligam (creo para poder entender): el entender (razón) sigue al creer (fe). El camino comienza con la fe en Dios y termina con su comprensión. San Agustín está anticipando a San Anselmo y su famoso argumento ontológico para la demostración de la existencia de Dios.

Averroes: La Doble Verdad

Para Averroes, razón y fe no son dos etapas de un mismo camino que nos lleva a una única Verdad, sino que son dos caminos, no sólo distintos, sino además incompatibles. Averroes afirma la existencia de una doble verdad: hay una verdad de fe (verdad revelada, teológica) y hay una verdad de razón (verdad racional, filosófica). Una afirmación puede ser verdad teológica (por ejemplo, “el alma es inmortal”), y su contraria puede ser una verdad filosófica (por ejemplo, “el alma es mortal”). Ambas verdades son autónomas, independientes. Se está intentando defender la autonomía e independencia absoluta de la razón frente a la fe.

Tomás de Aquino: Distinción sin Contradicción

Tomás de Aquino sostiene que razón y fe son distintas pero no contradictorias. Tomás niega la “doble verdad” tal y como la entendía el averroísmo latino, como contradicción entre la verdad racional y la verdad revelada. Distingue entre las verdades naturales, que pertenecen exclusivamente a la razón y donde la fe no tiene nada que ver; y las verdades reveladas, que pertenecen a la fe y sobrepasan a la razón humana.

Guillermo de Ockham: Separación de Razón y Fe

Guillermo de Ockham propone una nueva relación entre la razón y la fe, marcando la crisis definitiva de la filosofía escolástica medieval y anticipando la filosofía y la ciencia modernas. Los ámbitos de la razón y la fe quedan totalmente separados, ya no existe esa “zona común”, los preámbulos de la fe de los que hablaba Tomás de Aquino, y tampoco cabe colaboración mutua: la razón nada puede decir sobre aquello que rebasa la experiencia. Es una tesis radicalmente empirista que encontraremos a menudo con posterioridad en la filosofía moderna.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *