Razón y Fe: Un Análisis de Hume y Tomás de Aquino

Hume: La Moral y la Razón

La Razón y la Acción Humana

Según Hume, la razón por sí misma no impulsa la acción. Su finalidad es el conocimiento teórico, no el comportamiento humano. La moral, por otro lado, prescribe y establece los principios de la conducta. El conocimiento moral es normativo, ya que establece comportamientos y valoraciones sobre ellos.

Hume critica la falacia naturalista, la cual intenta deducir normas a partir de hechos. Argumenta que la razón es insuficiente para establecer un comportamiento humano. La acción es impulsada por las pasiones, emociones y afectos, que son los motores de la voluntad. El criterio moral reside en el gusto, las sensaciones, el placer-displacer y lo útil-inútil.

Contexto Histórico e Ideológico

La vida de Hume transcurre en el siglo XVIII, un siglo marcado por la razón y la libertad. El hombre y la razón ocupan el centro de todo. La ciencia, la técnica y la educación se consideran los medios del progreso. La Ilustración celebra el triunfo de la libertad y los derechos humanos, reflejado en la Revolución Francesa.

Hume, como filósofo empírico, considera que la experiencia es la fuente y límite del conocimiento objetivo. El conocimiento se adquiere a través de los sentidos. Dios, el alma y el mundo carecen de cientificidad. Lo que es real existe, lo que no es real no existe.

Contexto Bibliográfico

El texto pertenece al Tratado de la Naturaleza Humana, donde Hume expone sus argumentos y conclusiones. Su objetivo era llegar al público, pero su obra apenas despertó interés. Pretendía elaborar una nueva ciencia de la naturaleza, estudiando el conocimiento y la acción humana con el mismo rigor que la ciencia newtoniana.

Tomás de Aquino: Razón y Fe

Razón y Fe, Filosofía y Teología

La filosofía medieval se enfrenta a la relación entre razón y fe. Para Tomás de Aquino, no hay conflicto entre ambas. En su intento de racionalizar la creencia en Dios, apuesta por la teología natural, utilizando la filosofía como soporte teórico para comprender la causa primera, que es Dios, siendo cognoscible por la razón.

Tomás de Aquino se posiciona frente a la teoría de la doble verdad, defendida por el averroísmo latino, que afirmaba que la fe y la razón eran antagónicas. Para Tomás, esto es imposible, ya que son cosas contradictorias. Solo hay una verdad, de la que se deducen tres ámbitos de conocimiento:

  • Verdad sobrenatural: Proviene de la revelación divina e incomprensible.
  • Verdad natural: Ampliación del conocimiento sobre el mundo natural, incluyendo las verdades de la ciencia.
  • Preámbulos de la fe: Verdades naturales que Dios ha revelado para hacerlas accesibles a todos y que se divulgan por medio de la fe.

En definitiva, para Tomás de Aquino, razón y fe son complementarias.

Comparaciones entre Razón y Fe

  • La fe al servicio de la razón: Adelantándose a la razón, la fe ofrece soluciones a los problemas, confirma con autoridad divina lo descubierto por la razón y corrige a la razón cuando se extralimita o confunde.
  • La razón al servicio de la fe: Demuestra los preámbulos de la fe, mostrando al hombre que es racional creer, ilustra las verdades de la fe asequibles a la razón y defiende racionalmente la verdad revelada frente a los gentiles.

Dios y su Demostrabilidad

La existencia de Dios es una proposición evidente en sí misma, pero no para todo ser humano. Según Tomás de Aquino, la existencia de Dios es demostrable.

Tomás de Aquino demuestra la existencia de Dios a través de tres artículos:

  • Artículo 1: Es prioritario demostrar la existencia de Dios basándose en lo que percibimos, es decir, los efectos de la creación.
  • Artículo 2: Este camino posee dos posibles:
    • Demostración a priori: Pensar a Dios no implica que exista en la realidad. Es una realidad pensada.
    • Demostración a posteriori: A partir del efecto, se prueba la causa. Parte del hecho de la experiencia y se fundamenta en el principio de causalidad, pudiendo averiguar la existencia de una cosa sin necesidad de conocer su naturaleza.
  • Artículo 3: Prueba la existencia de Dios a través de las cinco vías:
    • Vía del movimiento: Parte de un hecho observable, considerando el movimiento como actualización de un ser que exige la acción de un ser en acto. Todo lo que se mueve es movido por otro. La limitación en la sucesión de causas nos lleva a la necesidad de una causa primera, el motor que nadie mueve: Dios.
    • Vía de la causalidad eficiente: Todo lo que existe no es causa eficiente de sí mismo. Todo lo que aparece como efecto de una causa eficiente distinta de sí mismo. La limitación en la sucesión de causas exige una causa primera.
    • Vía de la contingencia de los seres: Las cosas sometidas a no existir existen siempre. Hubo un tiempo en que nada existía. Si ahora existen cosas, tiene que existir un ser necesario que no solo existe, sino que no puede no existir. Este ser necesario no puede tener su existencia a partir de otro ser, puesto que en tal caso no sería necesario. Tiene que existir un ser necesario cuya causa de su existencia y necesidad está en sí mismo, causa de la existencia de los demás.
    • Vía de los grados de perfección: Entre los seres existentes, alguno es más o menos bueno, verdadero y noble que otro. Si los seres poseyeran las perfecciones por esencia, no habría grados de perfección. Estas perfecciones no tienen un origen espontáneo, tienen un origen en lo más perfecto. Lo que es absolutamente perfecto es Dios.
    • Vía del orden cósmico: Existe un orden y finalidad en todo el universo y en cada una de las criaturas. Todo se desarrolla para la realización plena hacia el fin que más conviene. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien. Por lo tanto, hay un ser inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin.

Las Vías de la Esencia

  • Vía de la negación: Se excluyen de Dios las limitaciones, imperfecciones y potencialidades que se encuentran en los seres creados.
  • Vía de la afirmación: Dios es la causa de todas las cosas, todas las perfecciones que encontramos en las criaturas.
  • Vía de la eminencia: Dios no posee limitaciones propias que poseen las criaturas, poseyendo atributos infinitos.

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