La Pregunta por el Ser Humano: Un Problema Fundamental de la Filosofía
Uno de los problemas fundamentales de la filosofía ha sido, y sigue siendo, el «problema del hombre». Este problema consiste, básicamente, en establecer si la especie humana cuenta con alguna propiedad exclusiva que la distinga del resto de las especies animales y si cumple alguna función especial en el mundo.
El Origen de la Pregunta por el Ser Humano: Período Antropológico
Con la filosofía griega se inicia un largo proceso de reflexión racional acerca del sentido y significado del ser humano. Este inicio tiene lugar en el siglo V a.C., se denomina “periodo antropológico”, y se caracteriza por:
- El intento de Sócrates por definir de modo objetivo lo humano y algunas de sus preocupaciones, como “lo bueno” o “lo justo”.
- La posición subjetivista de los sofistas, para quienes “el hombre es la medida de todas las cosas”.
Pese a esas diferencias, existe un deseo de autoconocerse. Esta “autognosis” es, sin duda, el motor de cualquier especulación o de cualquier intento de explicación antropológica.
El “Yo” en el Cristianismo
La reflexión filosófica de la época medieval no procede de una evolución interna del pensamiento griego. Existe un elemento absolutamente novedoso, que marca una brusca ruptura con la filosofía anterior: la creencia fundamental en un Dios personal, salvador y resucitado. Se erige, así, un sistema de pensamiento absolutamente teocéntrico.
El Ser Humano como Centro: Del Renacimiento a Kant (Período Antropocéntrico)
El Renacimiento supone un importante giro en muchos de los aspectos del conocimiento y de la vida. Es la expresión cultural de una serie de profundos cambios económicos, políticos, sociales, científicos, técnicos e intelectuales, que se empezaron a gestar a partir del siglo XIII y paulatinamente fueron dando sus frutos entre los siglos XIV y XVI. Sin lugar a dudas, el Renacimiento supone una grandiosa revolución cultural. Figuras relevantes son los humanistas, como Erasmo de Rotterdam o Leonardo da Vinci. Pero, ¿cuáles son las características comunes de los humanistas?
- Entienden al ser humano como una totalidad completa y armónica.
- Consideran importante la historicidad del ser humano.
- Creen en la capacidad de transformación del ser humano.
- Revalorizan el estudio de las letras clásicas.
- Entienden al hombre como un ser natural.
Ante estos profundos cambios, que conllevan una visión más amplia del ser humano y del Universo, se derrumba el doble muro que encerraba al hombre entre dioses y bestias. Ahora, el ser humano se admira de sí mismo y, en ese proceso de autoconciencia, se sitúa como principio y como centro. Como consecuencia, se comienza a pensar en una plena y más autónoma libertad individual.
El Futuro del Ser Humano desde la Biotecnología
Por último, cabe apuntar la paradójica situación que arrastra consigo la naturaleza humana. Esta nos lleva a una constante creación y producción de elementos artificiales. Llegado a un cierto punto, el conjunto de nuestro entorno se vuelve casi absolutamente artificial. Por tanto, ¿qué significa “naturaleza humana”? Ante esta nueva y más compleja realidad social, económica, política, tecnológica, etc., cabe preguntarse qué debemos hacer. Uno de los referentes fundamentales para abordar esta cuestión desde una perspectiva actual es Hans Jonas, quien parte de dos consideraciones:
- La ciencia y la técnica han invertido las relaciones entre hombre y mundo. Para los antiguos, la potencia humana era limitada, mientras que el mundo, en cambio, era infinito. Hoy en día, la situación se ha invertido. La naturaleza es vulnerable.
- El hombre es el único ser conocido que tiene responsabilidad. Jonas plantea la responsabilidad de mantener un mundo habitable y un mundo humano.
El debate para las próximas décadas está servido pues, al ser posible la modificación y creación de seres humanos a través de procedimientos tecnológicos, surgen preguntas como: ¿es legítimo crearlos?, ¿en qué circunstancias? Autores como Peter Sloterdijk abogan por un nuevo humanismo que dirija sus pasos hacia la aceptación de la ingeniería genética. En cambio, otros como Jürgen Habermas defienden que la aplicación de la biotecnología es incompatible con la dignidad humana y expresa el temor de que, a través de estas técnicas, se pueda producir un cambio irreversible en la naturaleza humana.
La Actividad del Hombre: El Homo Faber
Homo Faber: Técnico
La ciencia es un saber de las causas de los fenómenos y de sus leyes; no es solo un saber teórico sobre el mundo, sino también un saber de la acción y de la intervención eficiente sobre este. Y ahí es donde surge su relación con la técnica.
- Prehistoria: Las técnicas se limitaban a instrumentos muy rudimentarios utilizados por pequeños grupos tribales nómadas.
- Edad Media: La palabra “técnica” designaba tradicionalmente el conjunto de procedimientos de un oficio o de un arte, codificados y transmitidos de maestros a aprendices para obtener un resultado útil.
- Revolución Industrial: Con el uso de nuevas fuentes de energía, como la electricidad, el petróleo y la energía nuclear, la técnica se ha convertido en el aspecto más destacable del mundo contemporáneo.
- Época Moderna: La técnica ha dejado de ser una simple herramienta para convertirse en una superestructura que domina las sociedades industrializadas.
Esta transformación significa que las tecnociencias y su aplicación son ahora el principal objeto y contexto de argumentación teórica, moral y política de nuestra cultura. Actualmente, es necesaria una nueva idea de la cultura en armonía con el mundo tecnocientífico, que pueda ser el adecuado instrumento de mediación entre la técnica y el ser humano. Es precisa la génesis de una cultura que articule de manera apropiada naturaleza, técnica y humanidad.
Homo Faber: Artístico
La palabra arte, del latín ars, se remite al término griego tekhné, que significa “todo aquello que es producto por el ser humano y que, por tanto, se diferencia de lo que es fruto directo de la naturaleza”. El giro que permitió diferenciar claramente el arte de cualquier otra actividad productiva se produjo en la época moderna, de la mano de filósofos como Hume o Kant. La clave estuvo en sus reflexiones en torno al gusto estético, entendido como la capacidad para detectar la belleza, y la experiencia estética, concebida como el estado emocional en el que se encuentra quien contempla de forma desinteresada un objeto.
El arte, en su sentido actual, es una actividad orientada a la producción de objetos capaces de suscitar una experiencia estética en quienes tienen sentido del gusto estético. Consecuentemente, una obra de arte es un objeto creado con la finalidad de provocar este tipo particular de experiencia en quienes lo contemplan.
El arte ha desempeñado cuatro funciones que lo vinculan con otras tantas áreas de la cultura:
- Función pedagógica: Las obras de arte se han empleado para educar y transmitir conocimiento (ej. arte egipcio, griego, romano, catedrales medievales).
- Función moral: El arte sirve para purificar al espectador de emociones perniciosas o para realizar una crítica social.
- Función política: El poder político se ha servido del arte para calmar los ánimos de la población (función de evasión), como signo de distinción (burguesía renacentista) o para conmemorar hazañas.
- Función estética: El artista debe perseguir únicamente fines estéticos.
Por último, la Estética es la disciplina encargada de la reflexión filosófica en torno a la belleza y el arte. Su objeto de estudio consiste en determinar qué hace de algo un objeto estético, en qué nos basamos cuando emitimos un juicio estético, qué validez tiene un juicio de este tipo, en qué consiste una experiencia estética, qué la diferencia de otros tipos de experiencia y qué es una actitud estética.