Reflexiones sobre la Virtud, los Deberes Humanos, la Sociedad y la Relación entre Ciencia y Fe

La Virtud y los Vicios

La virtud no se define por un acto aislado, sino por una disposición constante de la voluntad para actuar conforme a las normas morales. Es la reiteración de actos buenos lo que configura una conducta virtuosa, representando la perfección a la que el ser humano debe aspirar. La virtud no implica la ausencia de pasiones, sino su correcta ubicación. Aristóteles identificó cuatro virtudes cardinales: justicia, prudencia, fortaleza y templanza, en torno a las cuales gira la vida moral.

  • Prudencia: Guía la acción correcta en cada situación concreta.
  • Justicia: Otorga a cada uno lo que le corresponde.
  • Fortaleza: Permite afrontar los riesgos con valentía.
  • Templanza: Modera los deseos y placeres.

El vicio, por el contrario, es la disposición estable para obrar inmoralmente.

Los Deberes del Hombre

Se distinguen dos grupos de deberes:

  1. Deberes consigo mismo: Conservar y perfeccionar el propio ser, tanto la inteligencia (buscando el conocimiento necesario) como la voluntad (actuando conforme a las normas morales). El cuerpo y la vida son condiciones necesarias para alcanzar el fin temporal y eterno, siendo el suicidio una violación de este deber, ya que solo Dios tiene autoridad sobre la vida.
  2. Deberes con los semejantes: Ser veraz, ya que la mentira socava la confianza, base de la vida social. Otros deberes incluyen el respeto a la fama, la honra, la vida, la salud, la integridad corporal y la propiedad privada, esta última limitada por las exigencias de la justicia social. Se menciona también la licitud del duelo (aunque no se profundiza en este punto).

La Sociedad

El ser humano está destinado a la vida social, ya que ni espiritual ni físicamente se basta a sí mismo. Existen diversas formas de sociedad: conyugal, civil y cultural, todas ellas uniones estables de individuos con un fin común. Un elemento esencial es la autoridad, el poder de dirigir a los miembros hacia el fin de la sociedad, garantizando una cooperación eficaz frente al egoísmo y la desidia. La ética se centra en las sociedades naturales, aquellas a las que el hombre está destinado por su naturaleza.

La Sociedad Doméstica: La Familia

La familia se compone de dos sociedades parciales: la conyugal y la paterna.

  • Sociedad conyugal: Unión estable entre un hombre y una mujer para la procreación y educación de la prole. La esencia y el fin del matrimonio están fijados por la naturaleza. La procreación y la educación constituyen el fin primario, evidente en las características anatómicas y fisiológicas de cada sexo, así como en la tendencia sexual. A la generación debe seguir la educación impartida por los padres. Este fin, el más importante por su dignidad y necesidad, implica un amor constante y consciente entre los cónyuges para afrontar la responsabilidad de educar a los hijos. Además, el matrimonio proporciona la única forma lícita de satisfacer el instinto sexual.

La estabilidad de la pareja es crucial para la educación y el apoyo mutuo. El matrimonio debe ser monógamo (un hombre con una mujer), ya que la poliandria dificulta la atribución de la paternidad y la poligamia amenaza la paz doméstica y coloca a la mujer en una posición de inferioridad. El matrimonio es también indisoluble, por la dignidad de la mujer, la educación de los hijos y el apoyo mutuo entre los esposos.

Ciencia y Religión: Un Debate sobre la Creación y la Existencia de Dios

Se cita a Stephen Hawking en su libro «The Grand Design»: «Dado que existe la ley de la gravedad, el universo pudo y se creó de la nada. La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada, no es necesario invocar a Dios».

Se refuta esta afirmación argumentando que «de la nada, nada sale». Todo efecto requiere una causa. Se critica la idea de la «generación espontánea», ya superada por Pasteur, y se considera poco serio afirmar que el universo surgió espontáneamente de la nada. Se plantea un conflicto entre ciencia y religión, donde la religión invadió el campo de la ciencia (caso Galileo) y ahora la ciencia invade el campo de la teología.

Se argumenta que las ciencias experimentales trabajan sobre lo físico y deben evitar ingresar en lo metafísico. La realidad tiene manifestaciones materiales (objeto de la ciencia) y no materiales (pensamiento, alma, Dios), ambas igualmente reales. Se reconoce la investigación científica del cerebro, pero se señala la ignorancia sobre la aparición de pensamientos, deseos y sentimientos. Se destaca la existencia del espíritu, unido al cuerpo pero independiente en sus funciones superiores (conocer, amar, desear). Las vivencias superiores no se rigen por las leyes de la materia; somos libres y nuestra mente puede programar los actos. El cuerpo está sujeto a las leyes de la materia, pero el espíritu opera con libertad, pudiendo incluso negar los reclamos del cuerpo.

Se insta a las ciencias a no sobrepasar sus límites opinando sobre Dios. La búsqueda de Dios puede ser fácil, prolongada o incluso infructuosa. El soberbio se centra en sí mismo, mientras que el humilde puede ver las huellas del Creador en la creación. Dios se muestra a quienes lo buscan con humildad y perseverancia. Se menciona la soledad del desierto como un lugar tradicional para encontrar a Dios, pero se enfatiza la importancia de reconocer nuestras limitaciones para intuir Su presencia en el universo, la naturaleza y el dolor. Dios da sentido a lo que parece no tenerlo, aunque a veces no comprendamos su plan.

La Intuición y la Búsqueda de la Verdad

Se destaca la unidad entre religión y ciencia en la búsqueda de la verdad. La ciencia, con sus éxitos, tiende a reclamar el monopolio del conocimiento, volviéndose «narcisista». Se señala que, a pesar del progreso material, persisten la pobreza, la injusticia y la falta de libertad. Se menciona a Maritain y el valor de la intuición en la búsqueda de Dios. Encontrar a Dios, como encontrar a la persona amada, no es resultado de estadísticas, sino de una «iluminación». No hay evidencias físicas de lo que es real pero no material.

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