Relación de Kant con Marx

RELACIÓN ENTRE Kant Y Marx:


Cabe decir que Kant y Marx comparten una visión dialéctica de la historia. El concepto de “dialéctica”  no aparece como tal en el texto kantiano, y sí en Marx (a través de la influencia hegeliana). Sin embargo, la idea es muy similar: la historia, para ambos filósofos, atraviesa por diferentes etapas, y algunas de ellas pueden incluso parecer la negación de las anteriores, o incluso un retroceso en el progreso y el desarrollo histórico. Sin embargo, valorado con la suficiente perspectiva, se muestra como una etapa más del acontecer del ser humano.
En este sentido, Kant sería un precedente no sólo de Marx, sino también, como se ha indicado, de Hegel. 

Una consecuencia de lo anterior, es también que Kant y Marx compartan una valoración positiva del conflicto. En el caso de Marx esto aparece reflejado de un modo muy claro en el concepto de lucha de clases. Es el conflicto y la oposición lo que hace avanzar la historia. Si le quitamos las connotaciones sociales y políticas, Kant admite también que es el conflicto y el antagonismo lo que hace progresar la historia, de modo que incluso la guerra, , puede tener un sentido positivo. 

Una tercera similitud entre ambos filósofos es la defensa de la finalidad en la historia. Para ambos la historia tiene un sentido, y no puede ser sólo una azarosa sucesión de hechos sin conexión alguna. Muy al contrario, Kant habla del desarrollo de las disposiciones del ser humano como un fin irrenunciable. La naturaleza ha puesto en nosotros capacidades que tenemos que desarrollar todo lo que nos sea posible. Marx también admite una finalidad en la historia, que será el resultado inevitable de la lucha de clases. Mientras haya conflicto, originado por la desigualdad y la injusticia que se encuentra ya en la infraestructura de la sociedad, la humanidad no habrá alcanzado todavía su fin propio. 

Este tema de la finalidad, sin embargo, nos sitúa en un punto idóneo para hablar de las diferencias de ambos pensadores: mientras que para Kant la finalidad de la historia sería esa gran “uníón de pueblos” que comparta una constitución civil justa y perfecta, el fin de la historia para Marx sería una sociedad sin clases sociales, basada en la abolición de la propiedad privada, la colectivización de los medios de producción y la autogestión. Si nos fijamos, hay en el fondo una valoración muy distinta de la política: mientras que para Kant es el medio adecuado de realizar esa sociedad civil justa y cosmopolita, Marx piensa que al política puede convertirse en el medio por el que la clase dominante defiende sus intereses particulares, siendo por tanto, un instrumento ideológico más en manos de los burgueses. 

También hay en ambas filosofías una diferente concepción del ser humano: si algo define al hombre en Kant, es su racionalidad, y, en lo relativo a la sociedad, esa tensión que refleja Kant al referirse a la insociable sociabilidad humana. Por el contrario, para 

Marx el hombre no es racionalidad, sino trabajo. La dimensión práctica predomina sobre la teórica. Y en cuanto a la sociabilidad del ser humano, Marx piensa que precisamente es el trabajo el que conduce al ser humano al encuentro con otros seres humanos. El hombre sería sociable por naturaleza, pero es la propiedad privada y la sociedad basada en las clases sociales el que lo termina convirtiendo en un animal insociable, que recela de los demás. La naturaleza sociable del ser humano queda pervertida por tanto por la sociedad basada en la propiedad privada, que clasifica a los hombres según sus posesiones. 

Por último, otra de las diferencias que hay entre ambos autores es la concepción de las leyes y las instituciones. Para Kant es la sociedad civil, representada en las leyes y en las instituciones la que nos saca del estado de naturaleza, en el que el hombre es poco más que un salvaje. Las leyes y las instituciones tienen como fin enderezar la madera torcida de la humanidad. Frente a esto, Marx desconfiará de las leyes y de las instituciones públicas, pues sospecha que esconden, al igual que ocurre con otros elementos de la superestructura, los intereses de una clase social determinada. La constitución civil justa y perfecta a la que aspira Kant, puede convertirse fácilmente, a los ojos de Marx, en un instrumento más de explotación por parte de las clases privilegiadas. Cualquier elemento de la superestructura es susceptible de convertirse en ideología. 

A modo de conclusión, cabe resaltar no sólo las influencias filosóficas de Kant, sino también la actualidad de las tesis que hemos comentado a partir del fragmento propuesto. La influencia del filósofo alemán en otros pensadores como Hegel o Marx, en lo referente a filosofía de la historia, está fuera de toda duda, y en otras disciplinas filosóficas, como la teoría de conocimiento o la ética, sus aportaciones siguen siendo discutidas en la actualidad. La actualidad del texto propuesto parece clara, si nos fijamos en problemas actuales como los derechos humanos, la globalización o el orden político internacional, problemas todos ellos que bien podrían enfocarse desde los conceptos que nos ofrece Kant en Idea de una Historia universal en clave cosmopolita. 

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