El relativismo de los sofistas
En el siglo V a.C en pleno auge de la democracia ateniense unos maestros llamados sofistas ofrecen enseñanzas sobre las cosas más cercanas al hombre (antropología, derecho, política o lingüística). Ofrecían preparar a los jóvenes para su participación en las instituciones publicas con el arte dialéctico como fundamento, su punto de partida era la critica de lo establecido, los sofistas introducen “el escándalo” de discutir entre lo que es por naturaleza y lo que es por convencíón y establecen lo que se conoce como el nombre de doble discurso, o el si y el no de una cuestión, aplicando este principio al campo de la ética no cabe definir la justicia o el bien o los demás valores morales. Es verdad que no tienen por qué parecer diferentes a cada uno. Lo que puede hacer en esto el hombre virtuoso es averiguar los acuerdos y las expectativas sobre lo justo y lo conveniente y plegarse a ello o por la vía de la persuasión y convencer a la ciudad de que tal cosa es conveniente. Una cosa queda clara, no se puede responder a la pregunta ¿Qué es bueno?, ¿Qué es la justicia?, solo tendría sentido la pregunta si es hecha sobre Atenas, Atenas o Corinto, y puesto que los criterios varían de una ciudad a otra, esto le sirve al hombre conocer las normas convencionales de cada ciudad.
El intelectualismo moral de Sócrates
Sócrates comparte con los sofistas el ambiente cultural, la época y las preocupaciones, pero no su relativismo y escepticismo, domina en el un absoluto empeño por buscar la verdad. Por esta razón invita a interrogarse a cada uno sobre que sea el bien en la confianza de que la razón que anida en cada uno puede alumbrar ese conocimiento.
A esta tarea convoca a sus conciudadanos particularmente a los mas jóvenes a los que incita a que indaguen por si mismos la verdad en torno a la condición humana, “conócete a ti mismo”. Para Sócrates el saber fundamental es el saber acerca del hombre, la tarea mas importante de cada uno es el cuidado del alma y la del político hacer mejores a los ciudadanos, el saber que defiende es ante todo moral, practico y universal. Sostiene que en el conocimiento esta el secreto de la actuación moral, formula de esta manera lo que se conoce como el intelectualismo moral (el conocimiento es virtud, el único vicio es la ignorancia y el remedio esta en que la virtud puede ser enseñada, cuando el hombre conoce el bien obra con rectitud, “nadie se equivoca a sabiendas”.
Platón o los ideales morales
Platón es discípulo de Sócrates, hereda de su maestro la pasión por la verdad, sitúa un mundo de realidades ideales en el que se encuentran también los valores morales (la justicia en si, la belleza en si, el bien). L hombre es para el un alma que se vale de un cuerpo, el alma existe antes que el cuerpo y le sobrevive, el mundo del alma es el mundo de las ideas, modelos ideales de todas las cosas del que ha sido exiliada, debe atravesar un largo camino de purificación hasta volver a ese mundo espiritual al que pertenece. Establece una correspondencia entre el bien del individuo y el bien de la sociedad, la organización y división de esta se hace por analogía con el alma humana, distingue en el alma humana 3 partes (la racional, la irascible y la concupiscible) es decir (inteligencia, carácter y deseo). El puesto de cada ciudadano en la sociedad formada a su vez por gobernantes, guardianes y productores depende de cual sea la parte del alma que mas predomine en cada uno. A cada clase social corresponde una virtud (la prudencia para los gobernantes, la valentía para los guerreros y la moderación a los productores). Tanto en el alma como en la sociedad puede haber conflictos, estos se deben resolverse ejerciendo cada uno la virtud que le es propia (la prudencia poseedora de la ciencia, del conocimiento y debe dirigir, la valentía esta llamada a proteger y la moderación a mostrarse obediente y moderada). Los gobernantes que han de adquirir el mas alto conocimiento se han de hacer filósofos, deben ser seleccionados de entre los mejores guerreros que son aquellos que mediante la gimnasia han logrado liberarse de los deseos y han adquirido la fortaleza necesaria para ascender por el camino del conocimiento hasta llegar a la contemplación de los ideales morales.
Aristóteles: el bien como felicidad
El hombre siempre aspira a la felicidad (eudaimonia), esta presenta 3 carácterísticas (autarquía, perfección y excelencia). ¿En que consiste y como se alcanza? A través de la vida teórica o contemplativa. Con este tipo de vida logramos encauzar las pasiones. La virtud es un habito o termino medio que decide todo hombre prudente, por ejemplo (el valor (cobardía-temeridad); la generosidad (avaricia-ostentación)). La felicidad también necesita de la salud, una cierta fortuna, amor (fama, poder) en pocas dosis de ello. Porque el hombre es un animal político cuya vida transcurre en sociedad (Polis). Solo en la vida social se alcanza la felicidad.