Renacimiento y Reforma
El Renacimiento comprende los siglos XV y XVI, pero ya se empezaba a «notar» en el siglo XIV. Esta es una nueva etapa, donde el propio término Renacimiento significa renacer, renovar, aunque si es cierto que no rompe totalmente con lo anterior, más tampoco lo continúa. De este modo sigue el modelo de la cultura grecorromana (ya que nace un interés por la filosofía). Los cambios fundamentales son: el primer capitalismo; nueva concepción del universo como un mundo abierto, autonomía de razón y fe, desvinculación entre lo político y lo religioso (aparición de los primeros estados nacionales), nuevo tipo de organización política y primera secularización. Deja de estar preocupado por Dios.
También tenemos cambios culturales, pues recupera la tradición clásica, es decir, la filosofía griega; una nueva concepción del ser humano (antropocentrismo) y la perspectiva más mundana. Sus temas serán la libertad, pasando el ser humano a primer plano; el valor del individuo (humanismo) y la tolerancia religiosa.
En lo que al segundo tema se refiere, en el humanismo («naturaleza humana») se afirmaron los valores humanos de la cultura, con lo cual, durante el Renacimiento se hace un análisis, por una parte del hombre y por otra de la naturaleza. En la primera se concluye que el hombre puede gobernarse a sí mismo y se considera el centro de todas las preocupaciones (antropocentrismo); mientras que la segunda se concibe como dinámica y con fuerzas que actúan en el mareo de las leyes: naturaleza mecanicista.
Con todo, el Renacimiento no estuvo exento de problemas, destacando la comprensión del ser humano y su posición en el mundo, la concepción de este último y su situación en el conjunto de la realidad, la autonomía de la ciencia frente a la religión, junto con el desarrollo del método científico.
Los filósofos más importantes de este periodo fueron Nicolás de Cusa y Giordano Bruno, destacando en el pensamiento político: Maquiavelo (Italia), Tomás Moro (Inglaterra) y Campanella.
La Vinculación del Empirismo y el Racionalismo
Después de los descubrimientos científicos y geográficos del Renacimiento, la concepción medieval del mundo se derrumbó y sobre ella se construyeron dos nuevas visiones: el empirismo y el racionalismo.
Así pues, la primera se basa en el origen del conocimiento en la razón, admiten la existencia de ideas innatas, siendo estas universales; su modelo de conocimiento es el matemático y a la realidad solo se puede llegar a través de la razón.
Por otra parte, el empirismo fundamenta su conocimiento en la experiencia, que por demás es autónoma; el sujeto es secundario ya que primero es siempre la experiencia, no existen intermediarios entre objeto y sujeto y la propia experiencia es el límite, incluyendo también la no admisión de ideas innatas.
De este modo, la Revolución Científica comenzó en el siglo XV, con la introducción del heliocentrismo, como explicación astronómica, proponiendo un universo infinito y abierto. Además, también se dan tres nuevas imágenes cosmológicas, es decir, ahora el cosmos se considera un órgano, de creación divina y mecanicista. La ciencia se separa de la filosofía. Esta basada en hechos y comprobaciones.
También aparece el método hipotético deductivo, consistente en la observación de la experiencia, formulación de hipótesis, extracción de consecuencias y comprobación de estas. La ciencia es de orden material y emplea el lenguaje para describir la realidad. El ser humano adquiere libertad y deja de ser el centro del mundo.
Los autores más destacados de la Revolución Científica son Copérnico, propulsor del heliocentrismo; Brahe, propone la traslación de los planetas alrededor del Sol eliminando las esferas materiales; Kepler, afirmando que las órbitas son elípticas y que el Sol es uno de sus focos; Galileo, haciendo aportaciones físicas y cosmológicas.
En las primeras, empleó el principio de la inercia, analizó la caída libre de los cuerpos y el método hipotético deductivo, en las segundas defendió al sistema copernicano, acababa con la concepción aristotélica de los dos mundos, concluyendo que solo hay un mundo, ni perfecto terrestre ni supra lunar.
Finalmente tenemos a Newton. Este culmina la Revolución Científica, aportando la función mecanicista del mundo y viendo necesarias las matemáticas. Además, defiende que el ser humano es quien pone las leyes a la realidad, deducibles de la observación rigurosa sin extracción de principios metafísicos.
Así pues, como consecuencia de esta devolución, filosofía y ciencia ya nunca volverán a actuar conjuntamente. La concepción mecanicista abre el debate del determinismo o indeterminismo de la naturaleza y la unión de técnica y ciencia da lugar a la tecnología, muy importante en el desarrollo.