Contexto Cultural y Filosófico de René Descartes
Contexto Cultural
El pensamiento de Descartes se desarrolla en un período de profunda crisis cultural. La Escolástica Medieval, aún predominante como sistema educativo (y criticada por Descartes en su obra), se muestra dogmática e incapaz de responder a las inquietudes intelectuales de la época. Estas inquietudes estaban fuertemente influenciadas por los avances científicos y filosóficos del Renacimiento.
La Inquisición, sin embargo, perseguía a quienes se desviaban de la doctrina oficial, generando un ambiente de tensión. A pesar de su prudencia, el propio Descartes no escapó a persecuciones. En este clima, las ideas de Galileo Galilei, con su nuevo método científico basado en la matematización y la experimentación, ganaban terreno, desplazando gradualmente al Tomismo. El nacimiento de la nueva ciencia fue, sin duda, el acontecimiento cultural de mayor impacto en el pensamiento cartesiano.
Contexto Filosófico
El período histórico de Descartes se caracteriza por la incertidumbre filosófica. La filosofía cristiana, que había dominado durante siglos, se tambaleaba. El Renacimiento trajo consigo una recuperación del pensamiento grecolatino, especialmente del Humanismo, que enfatizaba la autonomía del individuo frente a la dependencia total de Dios propuesta por la filosofía medieval.
La recuperación renacentista del pitagorismo, que inspiró la idea de un mundo regido por la armonía matemática, influyó notablemente en Kepler y en el propio Descartes. En Francia, el Escepticismo de Michel de Montaigne negaba la posibilidad de un conocimiento seguro. Descartes se opuso a este escepticismo, buscando establecer una nueva forma de pensamiento basada en principios verdaderos e incuestionables.
En este contexto, la cuestión de la certeza se volvió crucial. La filosofía moderna criticaba el realismo ingenuo de Aristóteles y el tomismo. Se entendía que el conocimiento no era un simple reflejo de la realidad, sino que estaba constituido por ideas. El problema de la certeza surgía al preguntarse qué garantizaba la veracidad de estas ideas.
A esta pregunta se dieron dos respuestas principales en la época moderna:
- Racionalismo (Europa continental): Priorizaba la razón como fuente de conocimiento.
- Empirismo (Islas Británicas): Enfatizaba el papel de la experiencia sensorial.
Las nuevas ciencias de la naturaleza (especialmente la física) representaban una síntesis de estos dos enfoques: las matemáticas, consideradas una obra maestra de la razón, se unían a la observación empírica. En el siglo XVIII, Kant buscaría una solución integradora, argumentando que el conocimiento se fundamenta tanto en los datos empíricos como en los elementos a priori de la razón.
Descartes inicia la tradición del Racionalismo, cuestionando la Filosofía Medieval y abriendo un nuevo camino que sería seguido por figuras como Spinoza y Leibniz, y finalmente superado por Kant. Al criticar la Escolástica, Descartes se convierte en el primer pensador moderno.
Análisis del Contenido del «Discurso del Método»
El «Discurso del Método» se puede dividir en las siguientes partes:
Primera Parte: Introducción y Autobiografía Intelectual
Descartes describe el método que ha desarrollado para aumentar gradualmente su conocimiento y la confianza que tiene en él, basándose en su propia experiencia. Advierte, sin embargo, que su propósito no es enseñar un método universal, sino mostrar cómo ha guiado su propia razón. Insta al lector a ser objetivo, a analizar y a mejorar el método si es posible.
Descartes relata su formación intelectual, su deseo de aprender y su posterior decisión de estudiar el «Gran Libro del Mundo y de Sí Mismo», buscando el conocimiento a través de la experiencia y la meditación, en lugar de adquirirlo pasivamente. Reconoce la importancia de cambiar de perspectiva para obtener un conocimiento global.
Segunda Parte: Los Cuatro Preceptos del Método
Esta es la sección central del libro, donde Descartes expone los pasos de su método. Reconoce la existencia de muchas ciencias, pero no todas son verdaderas o útiles. Critica a los matemáticos de su tiempo por crear un «arte confuso y oscuro». Propone un método con pocos pasos para facilitar su aplicación y evitar confusiones.
Los cuatro preceptos fundamentales son:
- Evidencia: «No aceptar como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que lo era». No precipitarse a aceptar proposiciones dudosas.
- Análisis: «Dividir cada una de las dificultades que examinase, en tantas partes como fuese posible y como requiriese su mejor solución». Abordar los problemas de forma ordenada.
- Síntesis: «Conducir por orden mis pensamientos comenzando por los objetos más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos…». Sigue un orden lógico, similar al razonamiento matemático.
- Enumeración y Revisión: «Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que adquiriese la seguridad de no omitir nada». Asegurar la completitud y la validez de la solución.
Descartes afirma que estos pasos le permitieron aumentar su conocimiento y comprender cuestiones complejas.
Tercera Parte: La Moral Provisional
Descartes presenta su «moral provisional», compuesta por cinco máximas, que le servirían de guía mientras reestructuraba su mente y sus conocimientos a través de su método.
Las máximas son:
- Llevar un estilo de vida moderado y obedecer las leyes.
- Ser firme y decidido en las acciones.
- Dominarse a sí mismo, aceptando la incertidumbre de la vida.
Como conclusión a su moral provisional, Descartes destaca la importancia de elegir una ocupación en la vida y decide continuar su búsqueda de la verdad a través de su método.
Cuarta Parte: Fundamentos Metafísicos: «Pienso, luego existo» y la Existencia de Dios
«Pienso, luego existo» es la premisa fundamental del método cartesiano. La duda se convierte en el primer principio de su filosofía. Descartes argumenta que es imposible negar nuestra propia existencia, ya que nuestra naturaleza se basa en el pensamiento.
Es posible fingir que no se tiene cuerpo, pero al negar la existencia, esta queda reafirmada. Descartes concluye que el alma, la parte del ser que piensa, es independiente del cuerpo y de cualquier cosa material. Es una res cogitans (sustancia pensante) distinta de la res extensa (sustancia material).
En esta parte, Descartes demuestra la existencia de Dios. Argumenta que la idea de perfección, que poseemos a pesar de nuestra propia imperfección, debe provenir de un ser perfecto, es decir, Dios. La idea de Dios es, por tanto, una idea innata. Dios es eterno, inmutable, omnisciente y omnipotente, poseyendo todas las cualidades que podemos imaginar pero no poseer.
Quinta Parte: Cuestiones Científicas y Físicas
Esta parte contrasta con la cuarta, más metafísica, abordando temas científicos. Descartes, aunque concordaba con las teorías de Galileo, modifica sus planteamientos originales para evitar conflictos con la Iglesia.
Presenta una teoría vaga sobre la creación y la evolución. Habla de biología, argumentando que los animales y los hombres son biológicamente similares, pero que la razón nos distingue. Los animales son, por tanto, almas de grado inferior. Realiza una analogía entre el corazón humano y el de los animales de sangre caliente, y describe sus mecanismos y funciones. Finalmente, estudia la razón o alma racional, afirmando que no se deriva de la materia, sino que fue creada para conducir el cuerpo.
Sexta Parte: Utilidad de la Ciencia y Conclusiones
Descartes reflexiona sobre la utilidad de la ciencia. Destaca la necesidad de una comunidad científica para extender el conocimiento y la importancia de cultivar la salud del cuerpo para pensar adecuadamente.
Relación con la Filosofía Contemporánea
(Esta sección debería relacionar la filosofía de Descartes, o de Platón si el texto original lo mencionara, con la de Ortega y Gasset o Nietzsche, según corresponda. Dado que el texto original no especifica una relación concreta, esta sección se deja como indicación para un desarrollo posterior.)