Contexto Histórico-Cultural de Descartes en el Siglo XVII
El siglo XVII fue una época marcada por una creciente inestabilidad en toda Europa. Se iban constituyendo los estados europeos modernos, que se enfrentaban entre sí por intereses imperialistas. Los factores de desintegración de la Iglesia culminaron con la Reforma en la primera mitad del siglo XVI.
Las numerosas disputas desembocaron en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La Paz de Westfalia puso fin a esta guerra y produjo la desaparición de la hegemonía de los Habsburgo y el surgimiento de nuevas grandes potencias, entre ellas Francia, Países Bajos y Suecia, tres de las naciones más vinculadas con Descartes.
El siglo XVII fue el siglo del absolutismo. El poder del rey, reforzado por la burguesía, agravó las crisis en lugar de resolverlas. Se mantuvo todavía la sociedad estamental. Hubo un gran cambio social debido a factores económicos, religiosos, culturales y artísticos. Los dos primeros son los que cobraron más importancia.
Se desarrollaron la cartografía, las técnicas de navegación y la brújula. Todo ello hizo posible las rutas comerciales y la expansión marítima.
En el siglo XVII comenzó el Barroco, una nueva sensibilidad artística que expresaba la fugacidad, el pesimismo, el desorden y el desengaño. Destacaron Molière, Calderón de la Barca y Cervantes en literatura, y Velázquez y Rembrandt en pintura. El tiempo se convirtió en una obsesión. En el tiempo fugaz mandaba el capricho de la Fortuna. Todo es contingente y azaroso: no hay en el mundo humano necesidad ni orden, todo es apariencia. Descartes puso en duda la existencia de la realidad. La búsqueda cartesiana de la certeza fue un intento de superar la incertidumbre propia de su época.
Contexto Filosófico de Descartes
El Discurso del método es una obra corta que consta de seis partes, en las cuales se encuentran las claves fundamentales del pensamiento de Descartes. Fue publicada en francés en el año 1637. Apareció como un prefacio a tres ensayos científicos titulados Dióptrica, meteoros y geometría. Hay algunos críticos que aseguran que el hecho de que apareciera como un simple prólogo es señal de que el propio autor no le concedió excesiva importancia. La verdad es que se puede considerar como una de las obras que abre paso a la filosofía moderna, sobre todo por su defensa de la razón como fuente principal de conocimiento y criterio de verdad.
René Descartes estudió en el colegio de los jesuitas de La Flèche, donde conoció la filosofía escolástica de orientación aristotélico-tomista, si bien renovada para adaptarla a las exigencias del momento. Aun así, para Descartes constituía un falso saber cuyo método silogístico era inútil, ya que sus principios generales no se admitían por motivos racionales, sino por la fuerza de la fe o la autoridad de los grandes filósofos o de la Iglesia. De ese modo, la ciencia no podía progresar.
En esta época existían otras dos corrientes de pensamiento contra las que Descartes reaccionó: el escepticismo, que mantenía la imposibilidad de alcanzar la verdad, y la filosofía escolástica, que Descartes consideraba llena de opiniones diversas que solo servían para disputar y hablar de todo con apariencia de verdad y poder ser admirado por los más ignorantes. Antes de la aparición de las ideas de Descartes y su racionalismo, la comprensión filosófica de la naturaleza y el hombre desde la Edad Media se basaba en las categorías platónico-aristotélicas, de las que se sirvió el cristianismo para combinar el pensamiento religioso con el racional. Con el Renacimiento, el cambio en los horizontes del pensamiento filosófico y científico se hace patente y se produce un enfrentamiento con la línea de pensamiento escolástico. Se pone en duda la autoridad académica y eclesiástica, el sentido común y los datos de los sentidos. Se hace necesaria la búsqueda de la verdad por medio de la investigación, así como por un método demostrativo.
El Racionalismo Cartesiano y sus Influencias
Descartes pertenece a la corriente filosófica denominada racionalismo que, en su sentido más amplio, defiende el predominio de la razón sobre el conocimiento sensible. Ya en su época tuvo detractores y defensores.
El cartesianismo se difundió no solamente en Francia, sino también en los Países Bajos, Inglaterra, Alemania e Italia. Rechazaron sus teorías muchos aristotélicos y jesuitas, así como los escépticos y los empíricos. Aunque muere antes de que Descartes empiece a publicar sus más importantes escritos, es interesante mencionar a Francis Bacon (1561-1626) que con su Novum Organum, aparecido en 1620, hace otra gran aportación a la búsqueda de un nuevo método, convirtiéndose además en el precursor del empirismo, una corriente que en el pensamiento moderno representa el extremo opuesto al racionalismo, ya que niega la existencia de las ideas innatas y hace hincapié en el valor de la experiencia.
Conclusión
En resumen, la época en la que vive Descartes es una época de profunda crisis como consecuencia de la caída del sistema aristotélico-tomista, tambaleante ya desde el siglo XIV.