René Descartes: Pensamiento, Ideas y Criterio de Verdad en la Filosofía Moderna

René Descartes (1596-1650): Contexto y Obras Principales

El Discurso del Método (1637)

El Discurso del Método, publicado en 1637, es la primera obra filosófica escrita en francés. Con ella, Descartes busca ampliar el ámbito de la reflexión y establecer un conjunto sólido de certezas. Para Descartes, el saber se basa en el sentido común, «la cosa mejor repartida del mundo», pero también necesita de un método seguro. Este método se fundamenta en la lógica matemática y consta de cuatro preceptos:

  1. Evidencia: Intuición de verdades claras y distintas.
  2. Análisis: Intuición de verdades simples.
  3. Síntesis: Deducción de lo complejo a partir de lo simple.
  4. Enumeración: Revisión y comparación para evitar el error.

Meditaciones Metafísicas (1641)

En 1641, Descartes publicó las Meditaciones Metafísicas, donde analiza el conocimiento humano mediante la introspección filosófica, complementando la búsqueda de la verdad iniciada en el Discurso del Método. Utilizando la duda metódica, descubre la certeza absoluta del ser pensante como base del conocimiento de la realidad. A partir del «yo pienso», demuestra la existencia de Dios y del mundo, marcando el inicio de la Modernidad.

El Racionalismo y sus Representantes

El Racionalismo es la corriente epistemológica dominante en el pensamiento europeo continental de los siglos XVII y XVIII. Sus máximos representantes son Descartes, Spinoza, Leibniz y Malebranche. Esta corriente, opuesta al empirismo británico, se caracteriza por:

  • El estudio del origen del conocimiento.
  • La confianza en la razón y el rechazo de los sentidos.
  • La creencia en la existencia de ideas innatas.
  • La consideración de la realidad como sustancial.
  • Una visión cuantitativa y matemática del universo.

El racionalismo está en la raíz científica y filosófica de movimientos como la Ilustración y el Positivismo en el siglo XIX.

El Cógito y el Criterio de Verdad

En la «primera regla del método», Descartes establece cómo la duda se convierte en la base de toda investigación racional y científica. Para lograr un conocimiento seguro, suspende todo lo que no sea absolutamente indudable, es decir, no se pronuncia sobre aquello que carezca de certeza, rigor y seguridad epistemológica. Por eso su duda es metódica, y permanecerá en ella hasta encontrar algo totalmente seguro y cierto. Se trata de una duda universal, una etapa previa e ineludible en la búsqueda racional de la certeza.

Esta fase de razonamiento se organiza en tres momentos:

  1. Rechazo de la experiencia como fuente de conocimiento.
  2. Imposibilidad de distinguir entre la vigilia y el sueño.
  3. «Hipótesis del genio maligno»: Aunque hay casos de los que no puedo dudar en condiciones normales, como las verdades matemáticas, podría existir un genio cuyo poder e inteligencia me lleve a equivocarme incluso en cuestiones evidentes o elementales.

Con esto, Descartes busca aplicar una duda radical para poner límites al conocimiento verdadero y encontrar un principio absolutamente cierto y seguro.

Descartes encontró ese principio en la evidencia de su existencia como sujeto pensante: «Pienso, luego existo» («Cogito, ergo sum»). Esta primera certeza supera la duda escéptica y supone el descubrimiento del «yo», de la identidad del sujeto como principio básico de la filosofía moderna. Es una evidencia inmediata a la que se accede por intuición, estableciendo el criterio de verdad: «todo lo que conciba con la misma claridad y distinción que esta proposición será verdad».

Antes de Descartes, la filosofía aristotélico-escolástica no buscaba la verdad, ya que esta se manifestaba a través de la fe y la revelación. Ahora, el único criterio es el racional, apoyado en la regla del método. El filósofo ya no piensa desde Dios, sino desde sí mismo; antes Dios era el punto de partida de la filosofía, ahora será la conclusión.

Pensamiento e Ideas: La Esencia del Ser Humano

A partir de la evidencia del «cógito», Descartes deduce que la esencia del ser humano es el acto de pensar. Lo primero que conoce el sujeto es el pensamiento y después la existencia. «Existo en cuanto que pienso y mientras pienso, por lo tanto, soy una cosa que piensa, soy una sustancia que existe porque piensa y porque conozco, afirmo, quiero, imagino y siento».

Los pensamientos toman la forma de ideas, que son los contenidos del pensamiento, los productos de mi existencia como sujeto o sustancia pensante. Las ideas tienen una doble dimensión:

  • Objetiva: Las ideas son imágenes de las cosas, representan objetos.
  • Subjetiva: Son formas personales del pensar de cada sujeto.

Descartes distingue tres tipos de ideas:

  • Adventicias: No son elaboraciones propias del sujeto, sino que son generadas por las cosas externas, es decir, proceden de los sentidos.
  • Facticias: Son creadas por el sujeto combinando varias ideas adventicias; son producto de la imaginación.
  • Innatas: No provienen del exterior ni son construidas por el sujeto, sino que forman parte de la estructura natural de nuestra mente. Son las más importantes, incluyendo las ideas de infinito, causa, sustancia, Dios y alma. Son la base de la demostración cartesiana de la existencia de Dios y del mundo, lo que se conoce como «teologismo gnoseológico».

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