Rousseau, Hume y Platón: Sociedad, Ética y Conocimiento

Rousseau: Sociedad y Política

Jean-Jacques Rousseau, un crítico de la Ilustración, se opone a la idea del progreso continuo guiado por la razón, que propone la mejora de la humanidad a través de la educación y la ciencia. En su lugar, sostiene que el progreso ha corrompido al ser humano, alejándolo de su naturaleza original. Sus ideas se basan en tres ejes principales:

  1. Conocer la naturaleza humana antes de la corrupción social, que desarrolla en su Discurso sobre el origen de la desigualdad.
  2. Elaborar un programa educativo que elimine los prejuicios y conocimientos inútiles impuestos por la sociedad, promoviendo una vida más libre y sencilla, como propone en su tratado Emilio.
  3. Transformar la sociedad mediante un pacto social que respete la libertad humana, que expone en El contrato social.

En el ámbito político, Rousseau afirma que el hombre nace libre, pero está sometido a sistemas opresivos. Critica tanto a los filósofos que ven al hombre como naturalmente social (como Aristóteles) como a los que defienden un pacto para escapar de la violencia (como Hobbes). Propone un contrato social en el que los individuos se asocian para protegerse mutuamente, pero mantienen su libertad al obedecer solo a la voluntad general, una ley colectiva que buscan y aprueban libremente. La libertad civil y política surge de este contrato, que genera una nueva «persona colectiva» con una voluntad común orientada al bien común.

Rousseau también plantea que el legislador debe adaptar la voluntad general a las características del pueblo, lo que justifica distintas formas de gobierno: monarquía para Estados grandes, aristocracia para medianos y democracia para pequeños, aunque reconoce que la democracia perfecta es más propia de los dioses que de los hombres.

Hume: Ética y Sentimientos Morales

David Hume, en su Investigación sobre los principios de la moral, plantea que los juicios morales no tienen su fundamento en la razón, sino en los sentimientos. Para Hume, la razón puede describir las consecuencias de nuestras acciones, pero no puede decirnos si una acción es moralmente correcta o incorrecta. La razón simplemente describe hechos, pero no juzga ni motiva nuestras decisiones morales.

La clave para Hume es que la moralidad proviene de lo que sentimos frente a las acciones, no de lo que razonamos sobre ellas. La aprobación o desaprobación de una acción no está basada en una deducción racional, sino en un sentimiento común a todos los seres humanos. Los juicios morales nos mueven a actuar, mientras que la razón no tiene esa capacidad.

Hume clasifica las conductas morales en cuatro tipos:

  1. Las que son útiles para los demás (como la sinceridad).
  2. Las que son útiles para uno mismo (como la prudencia).
  3. Las que son agradables para los demás (como la cortesía).
  4. Las que son agradables para uno mismo (como la serenidad).

Por otro lado, Hume rechaza conductas como la abnegación o la penitencia, características de la moral cristiana, ya que considera que son inútiles y desagradables tanto para uno mismo como para los demás, lo que las convierte en vicios.

En resumen, para Hume, la moral se basa en los sentimientos humanos y no en la razón, que es incapaz de motivar o fundamentar nuestros juicios morales. Según su teoría, la razón es esclava de las pasiones y no puede ni justificar ni refutar los juicios emocionales que guían hacia el bien o el mal.

Platón: Teoría del Conocimiento y Antropología

Teoría del Conocimiento

Para Platón, el conocimiento verdadero es el conocimiento de las Ideas. Argumenta que las cosas sensibles imitan a las Ideas, que el alma existe en una realidad intermedia entre los seres sensibles y las Ideas, y que estas últimas están en comunicación entre sí.

  • Reminiscencia: Buscamos lo que ya conocíamos pero hemos olvidado. Para Platón, conocer es recordar. Al encarnarse en el cuerpo, el alma olvida todo del mundo de las Ideas, pero como las cosas sensibles son una copia de las inteligibles, al verlas recuerda las originales.
  • Dialéctica: Es un método filosófico que permite alcanzar un conocimiento verdadero a través de preguntas, respuestas y la observación de las Ideas universales.

Platón define la relación entre el ser humano y el ser como amor (Eros). Eros es el dios del amor y, en griego, significaba deseo sexual. También existía Philia, otro tipo de amor, más relacionado con la amistad, sin pasión romántica. Finalmente, Ágape se refería al afecto, es decir, la entrega y el cuidado a los demás sin esperar nada a cambio.

Platón explica todo esto con el Mito de la Caverna.

Lo que Platón quería transmitir son los dos mundos:

  • El mundo sensible, que es la apariencia, lo que percibimos por los sentidos (las sombras de la cueva).
  • El mundo inteligible, que es lo que realmente existe (el mundo exterior).

Platón nos invita a no quedarnos con las primeras apariencias, sino a descubrir toda la verdad.

En el mundo sensible se encuentra la Doxa (opinión), que es el conocimiento basado en la percepción sensible y se divide en:

  • Eikasia: Percepción de imágenes y sombras, basada en la ilusión y la apariencia.
  • Pistis: Creencia.

En el mundo inteligible se encuentra la Episteme, que es el conocimiento de las Ideas a través de la razón, y se divide en:

  • Dianoia: Conocimiento de los objetos matemáticos.
  • Noesis: El verdadero conocimiento de las Ideas.

Antropología (El Ser Humano)

Una de las influencias de Platón fue el pensamiento de Pitágoras, no solo por las matemáticas sino también por su doctrina sobre el alma. Platón considera que el ser humano es un compuesto accidental de cuerpo y alma. El alma habita en el cuerpo por un tiempo indefinido, pero no determinado.

Platón describe al ser humano como compuesto de:

  • Cuerpo: Es terrenal y un obstáculo para alcanzar el conocimiento de las Ideas. Está dominado por pasiones que arrastran al alma. Platón llega a afirmar que lo mejor que le puede pasar a un filósofo es morir, y que la filosofía es una preparación para la muerte.
  • Alma: Permanece en el cuerpo y es inmortal. Tiene un proceso de reencarnación con el objetivo de volver al mundo de las Ideas, y solo será posible cultivando la sabiduría.

Para Platón, existe un conflicto entre el cuerpo y el alma, ya que el cuerpo produce en el alma modificaciones como pasiones, sentimientos y deseos que la perturban.

Estas modificaciones deben controlarse, ya que, de lo contrario, el alma nunca podría regresar a su origen. Por eso, Platón divide el alma en tres partes:

  1. Irascible: Su facultad es la ira y el coraje. Es mortal y noble, y se ubica en el tórax.
  2. Apetitiva: Su facultad son los deseos y pasiones innobles. Es inseparable del cuerpo y se encuentra debajo del abdomen.
  3. Racional: Es la única que sobrevive después de la muerte del cuerpo. Es eterna y su facultad es el conocimiento intelectual. Cuando las pasiones la dominan, el alma cae del mundo inteligible y se reencarna en el cuerpo, quedando atrapada como castigo.

Platón ilustra esta concepción del alma con el Mito del Carro Alado, donde el alma es como un carro tirado por dos caballos, uno noble y otro innoble, que deben ser guiados por la razón.

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